Con un ritmo insoportablemente lento. Unos diálogos vacíos llenos de puntos suspensivos como dejando que el interior lo ponga el espectador, es decir, sin ideas. Es fácil escribir guiones con pausas supuestamente grandilocuentes. Besos eternos que no aportan nada. Todo lo debe poner el espectador, menos la música que ciertamente era buena y, al menos, bien introducida. Solo la música aceleraba el ritmo. No hay conflicto. No hay NADA. El personaje de la mujer con alopecia era cargante hasta no poder más y con el agravante de que estaba sobreactuado. El abogado que la persigue es inverosimil. Cualquiera con un mínimo de dignidad la habría despedido con un sencillo "¡adiós guapa! No sé si te esperaré cuando te bajes de ese pedestal de autocomplacencia! No me fui del cine por no hacer levantar a mis espectadores vecinos que también bostezaban sin descanso.

...porque hay que meter a un malo a toda costa. Incluso a costa del guión. Es cierto que los primeros minutos son buenos porque ese tipo de emoción se les da bien a los norteamericanos. Nos identificamos con el personaje desde el primer momento. No hay problema. No cae en lo cursi, aunque está en el filo. Sin embargo la historia de los perros está como pegada de mala manera a la historia principal. Al ver la película sentí como que el guionista se encontró con que sus personajes habían llegado demasiado pronto a su destino y que debía añadir algo más a toda costa. Parece que no se le ocurría nada y se inventó lo de los perros. Quizás debiera haber alargado la llegada a las cataratas para que su historia adquiriera un relieve de "aventura" más auténtica que permitiera buenos diálogos entre los personajes y más escenas de humor. Como tantas veces, los guiones norteamericanos son como los globos. Parten de muy buenas ideas y se desinflan al poco tiempo con historias que no vienen al caso o que hacen perder el interés y las expectativas despertadas.

¿Os habéis fijado en lo mal que lo hace la protagonista? ¡Hasta los moratones que presenta en la cara son de diseño y están puestos a su servicio. No tiene expresión. Es terriblemente mala. Es la Ana obregón del cine norteamericano. La evolución de los personajes no es creíble en absoluto. Su pretensión de cine clásico es demasiado evidente y por ello nos debería haber puesto en alerta. Demasiado fiel al modelo, tanto lo es, que resulta falsa. Se ha quedado en querer y no poder.

Lo que es difícil no hace que el resultado sea bueno. Reconozco que es muy complicado hacer esta película, pero ¿es buena por ello? De acuerdo, te hace un lío del cual no sabes cómo se va a salir, pero ¿eso es muestra de calidad? Salgo del cine con la impresión del espectador que ha visto como el mago la ha engañado con el ilusionismo, pero sin mensaje ni contenido. En ese sentido, me parece mediocre. La interpretación de actores y actrices es lamentable. Noriega no sabe, Fele tampoco y Penélope es cada vez peor: no aprenden. El gran problema del cine español es que los actores y actrices de fama son pésimos. ¡Qué pena! ¡Con lo buenos actores y actrices que hay desperdigados por las academias de barrio.

Las primeras secuencias en las que se muestra al personaje cuando regresa a su tierra son antológicas en cuanto a pesadez. Primer plano+lo que el personaje ve, otro primer plano+lo que ve+primer plano+otra cosa que ve... y así durante un interminable rato. Un rollo de primer orden. No la he soportado.