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Críticas de AriasGSergio
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Críticas 63
Críticas ordenadas por fecha (desc.)
6
21 de abril de 2015
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
"Por ti, iría hasta los campos dorados de San Francisco y te traería tu peso en oro". Cientos de veces hemos escuchado las lisonjeras frases de un galán medieval cortejando a una damisela que se presenta inalcanzable. Pero pocas hemos visto contada esta historia como en Stardust (2007), una comedia romántica aventurera que se sale humorísticamente de los márgenes de la encuadernación antigua del cuento arquetípico.

El director Matthew Vaughn probablemente sea uno de los más regulares en su filmografía. Debutó en 2004 con los que en la actualidad serían unos padrinos de excepción (Tom Hardy y Daniel Craig) en Layer Cake. Recientemente, ha estrenado con sorprendente éxito en crítica y público Kingsman: Servicio secreto (junto a Colin Firth) y antes venía de revitalizar la saga X-Men y ejecutar la Kick-ass original, parodia negra y de culto sobre superhéroes que dejó el listón demasiado alto para su secuela. En Stardust, Vaughn toma como premisa la novela de Neil Gaiman llevándola a la gran pantalla con una estética visual cuidada con vaho y frote de camiseta, unos personajes irreverentes (destacando la gran aparición de Robert De Niro, además de la encantadora pareja formada por Charlie Cox y Claire Danes, mucho más sonriente previa a su interpretación de la agobiante y obsesiva protagonista de Homeland) y ese toque de humor inglés que diferencia al filme del resto de largometrajes. Y es que Stardust es un eructo de fish and chips del narrador en mitad de un cuento épico sobre princesas y dragones. Una mofa que busca constantemente el giro cómico de unos acontecimientos tan contrariamente rígidos de las sociedades medievales.

Stardust se confirma como un filme entretenido, con esa peculiar apariencia steampunk (subgénero artístico basado en mezclar normalmente fantasía con tecnologías de vapor encuadrados en la época victoriana) que la hace más atractiva que otras opciones relacionadas como Caballeros, princesas y otras bestias (su rudeza es proporcional a su ausencia de gracia).
AriasGSergio
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7
20 de abril de 2015
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Giuseppe Tornatore volvía a sentarse tras la claqueta cuatro años después de su última película, Baarìa (una comedia dramática con tintes históricos que fue seleccionada por Italia como representante de habla no inglesa en la gala de los Oscars). Es reconocible cierto patrón en la filmografía del veterano cineasta: después de su torrente creativo de los años 80 y 90 dónde alcanzó el clímax con Cinema Paradiso (1988), Tornatore se ha tomado su tiempo en preparar y dirigir sus largometrajes. Ese mimo que profesa a sus obras, es el mismo que alberga el protagonista de La mejor oferta (un notabilísimo Geoffrey Rush) hacia el arte en todas sus formas: incluida la belleza de una mujer. Y es esa veleidosa musa de la juventud la que a un viejo anciano solitario se le escurre entre las manos como el agua, intentando vanamente retenerla entre sus dedos.

La mejor oferta es un drama romántico con una estética muy elegante, que se extrapola a la dignidad y sensibilidad con la que Tornatore y Rush tratan un tema tan complejo como frecuente: el amor ciego hacia una mujer. Tan invidente que provoca a un personaje del recato que coquetea con la manía higiénica de Rush a lanzarse al fango con el traje recién traído de la lavandería por una simple mirada de ESA mujer, que podría ser un concepto universal porque ha estado presente al menos una vez en la vida de todo hombre.

La ternura del romance y las punzadas del drama siempre fieles compañeros de recreo, son además acompañados con un inteligente thriller de suspense y estafas, que sirve a Tornatore para representar metafórica y visualmente la última gran verdad: esa soledad en una habitación vacía de risas y llantos, de vida.
AriasGSergio
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3
3 de mayo de 2014
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Dirigida por Ridley Scott y con 4 protagonistas (lo que casi la hace una obra coral, si no fuese por el sobresaliente tanto interpretativa como narrativamente hablando Fassbender) conocidos por todo el mundo, no tengo dudas de que El Consejero apuntaba a ser una de las películas más destacables del 2013.

El cebo está ahí, y ya está. A eso se reduce una película floja, sonrojante precisamente por venir apadrinada por dichos nombres y apellidos. El Consejero aglutina mucha estrella pero adolece de una nula constelación narrativa, fruto de la inconexión de los actos narrados por el debutante guionista.

La impresión que transmite es la de un conjunto de frases que forman parte de un discurso prepotente aisladas como islas, separadas entre sí por un fiero y ambicioso océano. De lo poco rescatable, el descenso al Inframundo del personaje de Fassbender (y la interpretación de éste) y el claro contraste entre la apacible y placentera escena inicial co-protagonizada con Cruz y los últimos compases del filme, hundido en su desesperación.

PD: Ah, y el nuevo peinado que exhibe Bardem. Pensábais que lo había olvidado. Pero no.
AriasGSergio
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3
15 de febrero de 2014
10 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ben (Kevin Hart) divide su tiempo en jugar a la videoconsola y trabajar como guardia de seguridad en un Instituto. Es por ello, que cuando decide proponerle matrimonio a su novia, el hermano de ésta (Ice Cube) no ve con buenos ojos el compromiso y decide llevárselo a patrullar durante un día (en clara alusión y parodia a 'Training Day') para que le demuestre que está equivocado sobre él.

‘Ride along’ es la típica y manida comedia de acción coprotagonizada por dos caracteres en claro contraste, cuyos roces entre ambas placas deberían originar desplazamientos tectónicos en nuestro diafragma. Lamentablemente éste no es el caso.

Partimos de la dificultad para destacar en un género tan sobre-explotado dónde otros ya asentaron su base petrolífera antes para absorber todo el crudo, con un argumento sobre el que cada nuevo director aplica tippex y escribe su propia versión pero ajustándose a los estándares que marcan esas películas pertenecientes al ideal popularizado por filmes como ‘2 policías rebeldes’.

Sobre esta premisa, el director Tim Story intenta sin mucho éxito aprovechar el tirón de dos personalidades tan distinguidas en distintas facetas en EEUU: a mi derecha con 66 kilos de vis cómica: ¡Kevin Hart! Y a mi izquierda, el otrora leyenda del rap old school… ¡Ice Cube! Aún así, aunque ambos “actores” (nótesen las comillas) se ajustan a los papeles que les escribieron (es precisamente esa predecibilidad de que sus respectivos roles se correspondan a lo esperado lo que aumenta aun mas la sensación de deja vu del metraje) no brillan en sus respectivas facetas y cuando piden por radio refuerzos el guión redactado por hasta 4 tipos no logra rescatarlos de la emboscada que les hace la mediocridad.

Mención especial al traidor en esta última cena presidida por Story, y es que el ritmo de la película cual Judas Iscariote crucifica al simplón realizador haciendo que una de las exiguas ventajas que podría y debería tener una película de estas características se vuelva en contra suya y termine por definir un filme aburrido durante largos periodos, una travesía por el desierto que nos da la sensación de haber pasado una y otra vez por el mismo sitio y estar dando vueltas en círculos (hey! me suena esa palmera, ¿no es la de antes?)

'Ride Along' sólo logra ser ínfimamente digerible gracias a alguna carcaja aislada, unas gotas en medio del inhóspito yermo.
AriasGSergio
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5
22 de noviembre de 2013
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
‘Somos los Miller’ es una pasable comedia de acción y familiar dirigida por Rawson Marshall Thurber (aquel tipo de ‘Cuestión de pelotas’) en la que Jason Sudeikis interpreta a un traficante de marihuana que se ve obligado a viajar traspasando la frontera entre países hasta México para pasar un cargamento de “maría” utilizando a una familia improvisada (una mujer stripper, un hijo virgen y una hija rebelde sin casa) como tapadera.

Hacer reír es una habilidad nata y trabajosa, además de poco premiada (solo hay que ver como año tras año los dramas arrasan en los Festivales de Cine) y hay pocas películas que consigan provocarnos arrugas bellas de forma prolongada sin prostituir sus fotogramas en favor de la explotación del gag fácil.

Normalmente, aquellas comedias que se asocian y comparten la pajita de la bebida con géneros dramáticos o guardan un significado profundo suelen ser las mejores (véase ‘Intocable’) o incluso aquellas que apuestan por la fórmula gamberra y ruda (trilogía ‘Resacón’) han conseguido cosechar carcajas de público y crítica.

‘Somos los Miller’ es un híbrido malformado de ambas: por momentos trata ser el tipo duro del bar de carretera pero la moraleja de la familia como valor irrenunciable está presente como un goteo incesante escena tras escena.

En definitiva, se deja ver sin más y cuenta con la interesante aparición de Edd Helms (el mojigato dentista que nos sorprendió en la anteriormente mencionada ‘Resacón’) y Jennifer Aniston (que tiene su momento 'Friends' si no sois impacientes y veis las tomas falsas al final del metraje, que el cine no es el Bernabéu y hay que salir cuanto antes para pillar menos atasco, leches).
AriasGSergio
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