Cuarta entrega cinematográfica de una de las sagas de ciencia-ficción más rentables de la historia del cine basada en la novela del escritor francés Pierre Boulle, y una de las mejores secuelas más entretenidas, oscura y violenta que se ha hecho hasta el momento de las cuatro películas restantes.

Realizada con un presupuesto mínimo de tan sólo 1,7 millones de dolares pero con gran vigor y maestría por el realizador británico J. Lee Thompson "LOS CAÑONES DE NAVARONE" (1961) el rodaje de esta producción se inició, el día 31 de Enero de 1972 utilizando como escenario el recien construido complejo por aquel entonces Century City, lugar idoneo para el rodaje de una película de estas caracteristicas y ambientada en un futura sociedad policial y opresora gobernada con mano de hierro por el implacable gobernador Breck (Don Murray)

Thompson era por aquel entonces un realizador mal denominado por muchos críticos como un simple artesano carente de un universo creativo propio y personal, pero muy eficaz, rápido y competente en su oficio incluso como guionista, capaz por muchos de los que le conocieron de sacar el máximo provecho de un guión cinematográfico vulgar de cualquier película para convertirlo bajo su control en una obra maestra, cosa que demostraría en las décadas entre los años 50 y 70.

También fué el primer director asignado en un principio a dirigir la primera entrega cinematográfica, pero debido a lo apretado en su agenda de trabajo, sería finalmente sustituido por Franklin J. Schaffner, de todos modos su productor Arthur P. Jacobs estaba muy satisfecho por su labor en películas como "ELLA Y SUS MARIDOS" (1965) y "LA SOMBRA DEL ZAR AMARILLO" (1969) lo cual para Jacobs era una garantía de poder asignarle la dirección de esta entrega cinematográfica y posteriormente con la última al año siguiente.

Con un guión escrito por Paul Dehn e inspirada en los violentos disturbios de Watts de 1965 y a pesar de los problemas durante su montaje y posterior post-producción por parte de la censura norteamericana, y de su extremada violencia en las secuencias de acción, la película supuso todo un éxito durante su estreno en Inglewood donde tuvo una muy buena acogída por parte del público afroámericano al verse asimismos identificados con los oprimidos simios, donde el movimiento Black Power empezaba a imponerse en la sociedad de la época incluso en el cine.

Película que no llegó a ser en su momento un éxito de taquilla en pleno auge del género de la ciencia-ficción en plena Guerra Fría quedando relegada a un injusto olvido en las décadas posteriores.

Su argumento trata acerca de lo que supone una rebelíón de la máquinas basada en una novela escrita por D.F. Jones en el año 1966, cosa que no siendo muy original ya se vió en el film de Stanley Kubrick "2001: UNA ODISEA EN EL ESPACIO" (1968) pero que años más tarde se anticiparía a otros como "ENGENDRO MECÁNICO" (1977) , "JUEGOS DE GUERRA"(1983) o la trilogía de "TERMINATOR" (1984-91-03) y todas ellas parten de como un sofisticado sistema informático que acaban como ya he mencionado antes por sublevarse contra la especie que lo creo para servir en sus funciones, el hombre.

La película nos muestra el peligro potencial que supone crear y depositar nuestra confianza y seguridad en la más avanzada tecnología jamás creada con la esperanza de preservar la paz en el mundo entero, sólo por obtener un respiro y despreocuparnos de nuestros hermanos rivales semejantes, pero que finalmente se convertirá en una especie de peligroso dictador electrónico capaz de aniquilar todo intento de insurrección por parte de los humanos que en su desesperación por haber perdido el control de su más preciada herramienta, y haran todo lo que esté en su mano por intentar desconectarla y destruirla antes de que sea demasiado tarde.

Y es más que nada una advertencia de que por mucha tecnología que haya, no existe por así decirlo la seguridad total y absoluta, la rivalidad existente entre los humanos queda relegada a un segundo plano en el film.

Fué en su momento una película que tuvo su época más oscura y que afortunadamente no fué más que una ficción para el mundo entero que bien podría haber funcionado bien en las taquillas, eso no quiere decir que el peligro haya pasado, todo lo contrarío, el peligro existe a medida que la tecnología avanza a pasos grandes, y seguirá existiendo mientras siga habiendo insensatos que solo piensan en perjudicar a sus semejantes, que en el bienestar de todos ellos, por que el mensaje de la película sigue estando allí para advertirnos de las consecuencias que ello conlleva.

En pocas palabras es una película que tiene que ser recuperada y de obligada visión para los actuales aficionados al género.

Lo Mejor; El desarrollo y el ritmo narrativo del film, destacando sobretodo el final.

Lo Peor; Que al igual que otros filmes de su género y época este ha envejecido considerablemente (es obvio) y visto hoy en día una historia como la presente parece algo impensable por no decir imposible.

La llegada en aquella época del cometa Halley fué el motivo por el cual se realizó esta película, y los productores Yoram Globus y Menahem Golan aprovecharon la ocasión de adaptar el libro "The Space Vampires" escrito por Colin Wilson en 1976 y contando con la ayuda de los guionistas Dan O'Bannon (Alien: El 8º Pasajero) y Don Jakoby en su adaptación cinematográfica dando como resultado esta película en homenaje a las producciones de la Hammer de las décadas de los años 50 y 60.

Lo cierto es que para su realización se reunió a los mejores talentos dentro del mundo del cine, contando con los especialistas en efectos especiales visuales John Dykstra y de maquillaje Nick Maley que realizaron un trabajo extraordinario en el film siendo el primero premiado con su labor en el Festival de Cine Fantástico de Sitges con el premio Caixa de Catalunya y Hooper su director supo sacar buen provecho de ambos talentos para recrear las apocalípticas escenas de la destrucción de Londres.

Por desgracia y a pesar de su buena labor en el filme por parte de su director la película no tuvó el éxito deseado en taquilla, quiza por el desnudo de la protagonista Mathilda May, pero no se puede negar que en su momento fué todo un logro espectacular en cuando al despliege de medios empleados, lo malo es que el paso del tiempo la ha hecho envejecer mal.

Destacar como no la presencia de Patrick Stewart en un pequeño papel en la película antes de alcanzar la fama con la serie de televisión Star Trek: La Nueva Generación encarnando al capitán Jean-Luc Picard, y la espectacular música de Henry Mancini.

Philip Kindred Dick (1928-1982) no fué en vida un autor reconocido en base a sus obras escritas, bien es sabido por todos los que han leido su mencionadas obras que habitualmente consumía todo tipo de sustancias estupefacientes y tenía amistades de dudosa reputación con las cuales compartía toda clase inimaginable de experiencias.

Esta película en parte autobiográfica es una parte de esa vida tan intensa como degradante que tuvo, pero que nos otorgó como herencia relatos cortos y novelas de una indudable calidad e imaginación que el cine ha plasmado de manera más o menos acertada en posteriores producciones cinematográficas, no descartando por ello, el consumo habitual de dichas drogas para mantener un ritmo de producción y creatividad como ningún otro autor ha tenido a lo largo de su vida.

La película nos sumerge en ese mundo para mostrárnoslo con toda su crueldad y su decadencia personal, el fracaso de un sistema social incapaz de poner solución a todo este caos, excepto si por ello el protagonista ha de convertirse en una especie de espía al servicio del mencionado sistema al que se supone que eres y debe ser fiél para delatar a sus semejantes, con el consiguiente sacrificio que ello conlleva para si mismo.

La sensación que supone visionar el film en cuestión, es de autentico escalofrío e inquietud como si estuviera dentro de un oscuro tunel donde hay una entrada, pero no hay ninguna salida ni luz donde se vea el final de dicha ratonera para nuestro ilustre protagonista.

La primera y la mejor versión cinematográfica llevada a la gran pantalla la novela del escritor polaco Stanislav Lew, que el director ruso Andrei Tarkovksy dirigió aportando por su parte, un toque personal propio a la hora de elaborar el guión escrito conjuntamente con Friedrich Gorenshtein y trasladando de manera muy rigurosa la esencia de la historia descrita en el libro.

Debido a la polémica suscitada y posterior censura que Tarkovsky sufrió con su anterior película "ANDREI RUBLEV"(1966) por parte del Goskino (Comité de Estado para la Cinematografía) durante la época soviética, Tarkovsky finalmente decide llevar la obra de Lem en un intento de evitar la mencionada censura, ya que la ciencia-ficción era considerada como un género para adolescentes, a pesar de que el propio Tarkovsky no era precisamente un entusiasta de ese género.

La elaboración y posterior desarrollo del mencionado film, le llevó al propio Tarkovsky junto con su habitual director de fotografía Vadim Yusov y el director artístico Mijaíl Romadin a visionar el film de Stanley Kubrick "2001: UNA ODISEA DEL ESPACIO" (1968) y finalmente decidieron hacer su propia película de una manera diferente y totalmente opuesto al film de Kubrick, en cuanto a contenido y estética inspirándose en las pinturas renacentistas del pintor italiano Vittore Carpaccio y buscando una máxima estilización narrativa, críptica y enigmática que permitiera sortear a la ferrea censura de su país, para llegar hasta su público y que este la interpretara de manera libre y abierta.

En pocas palabras es una película sumamente enigmática y preciosa en el contenido estético de sus imagenes del planeta donde se desarrolla la historia en si, también es un poderoso drama psicológico de tal sofisticación y pureza donde su propia sofisticación la convierten en una película díficil.

Su atractivo está en el hecho de que la propia confrontación con entidades que están más allá de la comprensión humana y finalmente acaban apelando al propio desconocimiento interior del propio ser humano compartiendo una fascinación por la trascendencia y paradójicamente por el silencio, un silencio necesario donde no hay respuestas fáciles en la introspección de individuo con todas sus cargas y su necesidad de dar un paso adelante y enfrentarse a esas entidades alienígenas que no se muestran en cuerpo y rostro.