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Críticas de Fernando Puertas
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Críticas 121
Críticas ordenadas por fecha (desc.)
8
17 de junio de 2010
3 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una de las mejores películas del director español Pedro Almodóvar es Mujeres al borde de un ataque de nervios, ganadora de un Goya a la mejor película.
Con un guión cuidadísimo, Almodóvar nos presenta una comedia de enredos que, aún afirmándolo con la boca pequeña, podría decirse que recuerda en cierto modo a aquellas comedias screwball de directores como Preston Sturges, solo que más a la española, todo sea dicho.
En Mujeres al borde de un ataque de nervios vemos cómo los hombres pueden llegar a poner histéricas a las mujeres hasta el punto de hacer éstas cosas increíbles que no harían en estado normal.
Más valorado en el extranjero que en España, Almodóvar, guste o no, es uno de los nombres más importantes del séptimo arte. Determinado sector de la sociedad española no le perdona (ni a él ni a otros tantos artistas) el que sea votante de Zapatero y pertenezca a ese grupo de “los de la ceja”, lo cual hace difícil que su obra sea estudiada en España con el adecuado rigor. Así, no es raro toparse con personas que, aún sin tener la más mínima idea de cine, se toman a broma y critican las películas de este señor y en general de todo el cine español actual, pero no estaríamos diciendo una insensatez si afirmásemos que la mayoría de veces estas críticas tienen más que ver con lo político que con la obra de Almodóvar o de cualquier otro cineasta español en sí.
Fernando Puertas
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7
12 de junio de 2010
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Alvy Singer (Woody Allen) es un comediante neoyorquino de 40 años hostil hacia el mundo que le rodea. Sin ir más lejos, divide a la gente en horribles, que serian los tullidos, minusválidos, ciegos, etc; y miserables, que seríamos todos los demás.
Todas sus relaciones amorosas han salido mal por una u otra razón, pero el mensaje de la película es que, a pesar de lo malo que nos puede deparar nuestra existencia, seguimos adelante con ella porque, en el fondo, estamos seguros de que a la larga nos da más cosas buenas que malas.
En Annie Hall, el alter ego de Woody Allen nos cuenta su relación con Annie (Diane Keaton), a quien conoció en un partido de tenis y de quien se enamoró.
Lo cierto es que una película del director neoyorquino no es cualquier cosa. En ellas vemos innumerables citas literarias que demuestran una y otra vez que Woody Allen es sin lugar a dudas un pozo de cultura. La influencia del sueco Ingmar Bergman en Woody Allen es de sobra conocida, hasta el punto de que en alguna ocasión Sven Nykvist, habitual director de fotografía de Bergman, trabajó con Allen. Del mismo modo, en Annie Hall, aparte de esas reflexiones bergmanianas en torno al sinsentido de la existencia del ser humano en la Tierra, vemos que, sin ir más lejos, Alvy y su chica acuden al cine a ver Cara a cara, película que Bergman hizo en 1976.
Fernando Puertas
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6
10 de junio de 2010
3 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Edgar Neville nos cuenta una historia acerca de cómo las decisiones más insignificantes que podamos tomar condicionan nuestra vida hasta el punto de darle un giro de 180 grados. Así pues, nuestro destino no está escrito, y lo vamos desarrollando a cada segundo que pasa.

Con un impecable sentido del humor, Neville critica esa sociedad española de su época clasista e intolerante, amante de las apariencias y preocupada por el qué dirán. No hay más que fijarse en lo generosas que son muchas de las familias que se mencionan en el filme, porque “dan muchas limosnas”. Dentro de estos círculos de alta sociedad, la bohemia y el arte son cosas mal vistas, propias de las malas gentes, con las que es conveniente no mezclarse y, si es posible, no saludarles por la calle.

Novedosa para la época, pues se aleja del lenguaje clásico en su estructuración del tiempo y el espacio, La vida en un hilo es mejorable en lo que a la calidad del sonido se refiere. No obstante, esto es entendible sabiendo las circunstancias que acompañaron a la implantación del sonoro en Europa y especialmente en España. Pero lo que sí creo que es insalvable es la pésima actuación de Conchita Montes, quien en más de una ocasión deja demasiado patente que está leyendo un papel que tiene delante.
Fernando Puertas
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7
5 de junio de 2010
13 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
Pasión es la primera película en color del director sueco Ingmar Bergman. En ella vuelven a repetirse los argumentos existencialistas tan comunes en el autor: existencia de Dios, sentido de la vida del ser humano, etc. Después de ver Pasión uno se da cuenta de que da igual que ajusticiemos al que ha cometido un crimen o ha hecho el mal, porque éste es algo exterior al ser humano, algo independiente de él. Podremos acabar con alguien que ha hecho algo malo, pero saldrá otro que haga algo peor, y después otro, y otro, por lo que cabe preguntarse qué sentido tiene nuestra existencia en un mundo en el que abunda el mal. Parece que únicamente podemos encontrar consuelo y desarrollarnos como persones mediante la vida de ermitaño, porque sólo así, alejados de toda civilización y, por lo tanto, de todo mal, seremos libres.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Fernando Puertas
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7
30 de mayo de 2010
5 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
La mirada de Ulises es una película del director griego Theo Angelopoulos que se llevó el Gran Premio del Jurado y el FIPRESCI en Cannes en 1995. En ella asistimos al regreso de un director de cine (Harvey Keitel) a su tierra en busca de tres bobinas rodadas por los hermanos Manakis, los primeros cineastas griegos, que se cree que albergan en su seno la primera película griega sin revelar.

A través del viaje de A, que así es como, según el estudioso de Angelopoulos Andrew Horton, aparecía el nombre del director en el guión original (¿quizá se llame así por Angelopoulos?), el espectador recorre los diferentes escenarios de la península balcánica sumergida en los conflictos bélicos de la época. En ese viaje en el que A en busca de las tres bobinas cumple el mismo papel que Ulises en busca de Ítaca, asistimos a un paisaje de filmotecas y cines destruidos por las bombas. También vemos niebla y melancolía, la cual viene reforzada por la excelente música de Eleni Karaindrou. El director asiste mediante sus recuerdos a escenas de su pasado, familiares y amorosas, todas ellas envueltas en un poso de nostalgia.

En lo que a la realización se refiere, llaman la atención los planos larguísimos que se marca el director, en algunos casos secuencia, los cuales funcionan a la perfección gracias a unos actores de raza como son Keitel y Erland Josephson, que se olvidan de la cámara para convertirse en los personajes que interpretan. En este sentido cabe destacar la escena en la que el director asiste al fin de año (en verdad son varios fines de año) que celebraba con su familia, todo rodado en una toma, por no hablar del escalofriante fuera de campo del final.
Las referencias al cine también son de agradecer: esos brindis a la salud de Dreyer y Murnau, esa filmoteca que alberga copias de Metrópolis y de Persona, pero por favor, no más desnudos integrales de Harvey Keitel.
Fernando Puertas
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