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España España · Barcelona
Críticas de David MS
Críticas 603
Críticas ordenadas por fecha (desc.)
4
8 de diciembre de 2013
4 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Justa Venganza, Hard Cops, Desafío a la Muerte, El Patrullero: Patrulla Fronteriza, The Eagle Path, Juego de Asesinos, Los Ojos del Dragón, Seis Balas y un par de secuelas de Soldado Universal (la 3 y la 4) son el bagaje fílmico de Jean Claude Van Damme en los últimos años. Todas producciones directas a DVD con escaso presupuesto y la misma poca aceptación por parte del público. Las dos únicas propuestas que se han salido de este formato doméstico son las que pienso son sus mejores papeles y largometrajes, la autobiográfica JCVD (2008) y la divertida Los Mercenarios 2 (2012).

El pasado viernes se estrenó en TV por La Sexta el que es su último trabajo hasta el momento, Cerco al Enemigo (2013), y lo he visto. Suelo pasar del cine de Van Damme pero en esta ocasión me ha llamado la atención ver el nombre de Peter Hyams en la dirección y he pensado que a lo mejor había salido algo potable. Hyams es director de buenas películas como Capricornio Uno (1977), Atmósfera Cero (1981) y también de un par con el propio JCVD, la regulera Timecop (1994) y un correcto sucedáneo de Jungla de Cristal como Sudden Death (1995).

Los protagonistas de Cerco al Enemigo junto al 'músculo de Bruselas' son Tom Everett Scott (Un Hombre Lobo Americano en París), Orlando Jones (Evolution), Linzey Cocker (Megapetarda) y Kristopher Van Varenberg (hijo del propio Van Damme).

Van Damme interpreta a un tal Xander, que va tras un alijo de heroína que ha caído en un parque natural. En ese mismo escenario un guardabosques (Scott) y un visitante que tiene una venganza personal contra él (Jones) se encuentran luchando a vida o muerte por rencillas del pasado. Ambos se ven obligados a unir fuerzas cuando aparece Xander, que no quiere dejar nadie con vida en el lugar. A partir de ahí Cerco al Enemigo se convierte en una nueva versión de Blanco Humano (1993) pero con el belga haciendo de villano en lugar de héroe.

Son producciones como Cerco al Enemigo las que hacen que JCVD se encuentre en un momento tan bajo de su carrera, cavando su tumba artísticamente. Y no hay que engañarse, será difícil que salga del pozo si lo mejor en lo que puede participar son mediocridades como esta. Una película que como puntos positivos solo tiene la duración -85 minutos- y la primera escena, una pelea donde Van Damme demuestra que quien tuvo retuvo.

Historia poco original con el esquema 'caza al hombre' visto desde El Malvado Zaroff (1932), un mal protagonista -imposible creerse a Everett Scott como tío expeditivo-, una puesta en escena impersonal por parte de Hyams, y una horrible fotografía obra del mismo director, destacando las escenas diurnas, fácil de imaginar en cualquier telefilm de sobremesa. Acción tampoco mucha, la primera escena ya mencionada y un par de tiroteos que hacen de Cerco al Enemigo un producto idóneo para el formato 'direct to DVD', con espacio en la estantería de videoclub al lado de la videografía de Lorenzo Lamas o Don 'The Dragon' Wilson.

A Van Damme por lo menos le sirvió para interpretar un excéntrico megalómano villano comiquero con el que se le ve disfrutar cada línea de diálogo, un personaje que es un psicópata ecologista, vegano y anti-armas con ecos del Joker del Ledger y el Silva de Bardem en Skyfall. Su labor no está a la altura de éstos pero hay que apreciarle el intento de salirse de su rol habitual, aportando un nuevo registro a su no muy amplia gama de personajes.
David MS
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7
7 de diciembre de 2013
2 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un par de décadas tarde llega a las salas Plan de Escape (2013), una producción que en los 80/90 hubiera sido el acontecimiento cinematográfico del año y un certero éxito en taquilla. La razón es la unión de dos estrellas del momento, héroes de acción como Sylvester Stallone y Arnold Schwarzenegger encabezando por fin el reparto de una película. En pleno 2013 ambos se han convertido en intérpretes caducos y la clase de cine que practicaban en obsoleto, excepto por las películas en las que ambos actores siguen participando sin mucho éxito -menos cuando se reúnen por colegueo para realizar alguna parte de Los Mercenarios-.

Ni siquiera 25 millones de dólares ha recaudado en USA, cifra que es mejorada por el cómputo global del planeta, llegando casi a los 120 millones gracias a cuantiosas ganancias en países como China -40 millones-. Dirige el sueco Mikael Håfström y secundan a la pareja de protagonistas actores como Jim Caviezel, Vinnie Jones, Curtis '50 Cent' Jackson, Amy Ryan, Sam Neill y Vincent D'Onofrio.

La Tumba es el título inicialmente previsto para Plan de Escape, indica el nombre de una prisión de la que es imposible escapar. Ray Breslin (Stallone) es un estudioso de la seguridad de las prisiones, haciéndose pasar por preso para escapar y de esa manera demostrar la poca fiabilidad del sistema penitenciario -y de paso ganarse unas perras con la empresa que lleva y que se dedica a mejorar las instalaciones-. No creo que haga falta decir que Breslin será encerrado en La Tumba; allí se hace amigo de Emil Rottmayer (Schwarzeneger), otro preso, y el villano, por eso de ponerle nombre y cara es el alcaide Hobbes (Jim Caviezel).

Seguro que lo he escrito otras veces por aquí, pero me gustan las películas del subgénero carcelario, vayan de sobrevivir a una prisión o de escapar de ella. A Stallone parece que también deben gustarle porque es la cuarta vez en su carrera que escapa de una tras Evasión o Victoria (1981), Encerrado (1989) y Tango y Cash (1989). La gracia de Plan de Escape es una prisión de la que huir es el más difícil todavía dentro del subgénero, el típico tópico y cliché de este tipo cine. Plan de Escape cumple con estas expectativas.

Añadir el plus cinéfilo que es ver en pantalla a la pareja Sly/Schwarzenegger. De su labor decir que el primero está algo apagado, muy por debajo de un Schwarzenegger secundario que le roba todo el protagonismo cuando coinciden en pantalla, por su vis cómica, por mejores frases para su lucimiento, y por la mejor escena de la película -en el clímax-.

Lo mejorable de Plan de Escape: se echa en falta un mejor director en las escenas de acción, Mikael Håfström firma con corrección pero se nota que no es un director de 'actioners' como si lo son Richard Donner, Walter Hill o John McTiernan, por decir tres que lo hubieran clavado y que pertenecen a la generación de los actores protagonistas.
David MS
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5
6 de diciembre de 2013
2 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Raro debut de Keanu Reeves como director de cine, una producción de artes marciales co-producción entre China y USA rodada en ambos idiomas -dependiendo del actor que esté en pantalla-. Man of Tai Chi está protagonizada por Tiger Hu Chen, amigo de Reeves desde que ambos coincidieran en la trilogía de Matrix. En esta trilogía Chen formaba parte del equipo de especialistas que se encargan de las escenas peligrosas. La película parece más un agradecimiento o una admiración de Reeves por su amigo, que no una película personal con la que debutar como director; porque dudo que a Reeves le encandilara un guión prototipo del cine de artes marciales de ahora y de siempre. A buen seguro un suculento cheque también tuvo que ver.

Los protagonistas de Man of Tai Chi son el citado Tiger Hu Chen, el propio Keanu Reeves, Simon Yam (Yip Man), Karen Mok (La Vuelta al Mundo en 80 Días) e Iko Uwais (la estrella de la indonesia The Raid).

Chen Lin-Hu (Tiger) es un alumno de Tai Chi que se ve metido en el mundo ilegal de peleas clandestinas dirigido por el magnate Donaka Mark (Reeves). Al principio el chico, bastante pacifico él, se niega, pero se ve obligado a aceptar para ganar dinero y evitar que una constructora construya una urbanización que pasaría por encima del templo shaolin donde entrena con su maestro, y que tiene quinientos años de antigüedad -el templo, no el maestro aunque los aparente-.

90% Lionheart: El Luchador -con Van Damme- + 10% El Show de Truman = Man of Tai Chi. La primera es uno de los muchos ejemplos de este tipo de cine de peleas clandestinas con un protagonista que les desbarata el negocio a las casas de apuestas; a El Show de Truman trae en mente un pequeño matiz de guión, la única sorpresa del libreto. Tampoco nos engañemos, esto no va de contar una buena historia, esto va de repartir hostias como panes.

Ahí Man of Tai Chi consigue ser eficiente porque no paran de pelear en toda la peli. Peleas bien captadas por la cámara, combinación de la destreza en las artes marciales de los intérpretes con algunas elementos del subgénero como las acrobacias imposibles con los cables que se tapan en post-producción, habituales en el cine chino y de Hong Kong -como ejemplo, cada largo dirigido por Tsui Hark-.

Respecto a Keanu Reeves poco a decir, no sé cuanto de él hay en Man of Tai Chi. Un papel secundario difícil de tomar en serio, y una dirección funcional cada vez que se dejan de lado las escenas de artes marciales. Parece más una imagen para vender y apadrinar una película, que no realmente un involucrado -aunque yo no soy nadie para dudar de ello-.
David MS
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6
4 de diciembre de 2013
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
La última noticia sobre Las Brujas de Zugarramurdi (2013) es que ha conseguido distribución en USA con el título de Bitching & Witching; un nuevo escaparate para que lo último de Alex de la Iglesia pueda amasar más dinero y reconocimiento. De momento y a falta de unas semanas para acabar el año, es de los films nacionales más exitosos de 2013 con casi cinco millones de euros ingresados, una cifra que sirve para salvar los muebles pero queda lejos de los últimos hits del país como Lo Imposible (2012) o Las Aventuras de Tadeo Jones (2012).

El reparto de Las Brujas de Zugarramurdi: Hugo Silva, Mario Casas, Carmen Maura, Carolina Bang, Pepón Nieto, Terele Pávez, Macarena Gómez, Secun de la Rosa, Santiago Segura, Carlos Areces, Maria Barranco, Enrique Villén, Javier Botet y Jaime Ordóñez.

Jose (Silva) y Tony (Casas) y el hijo del primero de ellos, cometen un robo a una joyería 'Compro oro' de Madrid y se dan a la fuga, siendo perseguidos por la madre del crío (Gómez) y la policía (Nieto y De la Rosa). El par de prófugos deciden huir a Francia, pero antes han de pasar por el pueblo de Zugarramurdi, lugar en el que son esperados por las brujas que dan título a la peli (Maura, Pávez y Bang).

Si hubiera escrito la crítica tras ver solo los primeros cincuenta minutos de película, no cabría duda, estaría ante el mejor trabajo de Alex de la Iglesia desde El Día de la Bestia (1995). Pero el film no es un mediometraje que acabe en este minuto cincuenta, tienes otros cincuenta restantes que no están a la altura de los primeros, y que echan a perder un largometraje que deja con la sensación de 'lo buena que podría haber sido, y lo fallida que acaba por ser'.

Acción, tiroteos, persecuciones, un ritmo desenfrenado, dos zoquetes que se ganan al espectador desde la primera aparición -Silva y Casas-, algún buen secundario -el taxista-, líneas de diálogo ingeniosas, situaciones cómicas y bizarras -Bob Esponja con una metralleta-. El primer acto y parte del siguiente es una auténtica locura, un gran derroche de imaginación, y eso que lo bueno parece que está por llegar, la llegada de los protagonistas al Zugarramurdi del título.

Incluso en el peor de los momentos sigue siendo un desmadre de película, pero a De la Iglesia se le acaba por ir de las manos y toda la parte final es irregular, a veces, simplificando, mala. La trama de las brujas no da para mucho, innecesaria subtrama amorosa incluida; coincide con un exceso de protagonismo de una de ellas que está fatal -Carolina Bang, novia del director-. Abundan en el tercer acto escenas ridículas, los personajes de Segura y Areces sobran, los (d)efectos especiales, un épico final bastante lamentable, y un happy ending metido con calzador. Una parte final que por cierto casi se olvida de lo mejor que tenía la película hasta entonces, los geniales protagonistas -en especial de Casas-.

Lo positivo: aunque no lo hubiera imaginado nunca, Hugo Silva y Mario Casas, el taxista Jaime Ordóñez, de las brujas la mejor Terele Pávez. Los primeros cincuenta minutos son tremendos.

Lo negativo: desaprovechada Carmen Maura -y cuando sale es perjudicada por un horrendo clímax-, Carolina Bang por guapa que sea y Macarena Gómez. Los últimos cincuenta minutos.
David MS
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6
3 de diciembre de 2013
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Dos películas de mismo título en años consecutivos llegaron a España en 1997 y 1998. La primera es El Negociador -cuyo título original es Metro-, la segunda se llama simplemente Negociador, sin el artículo. La primera de ellas fue uno de los intentos de Eddie Murphy de cambiar de registro, o por lo menos de ampliarlo. Se trata de una cinta de acción con toques de comedia que puso en imagen el realizador Thomas Carter (Espera al Último Baile). Secundan a Murphy actores como Michael Wincott (El Cuervo), Michael Rapaport (Poderosa Afrodita) y Carmen Ejogo (En la Mente del Asesino).

El guión de Randy Feldman explica el duelo entre un negociador (Murphy) -el mediador que se usa cuando hay un conflicto con rehenes y hay que negociar con el criminal- y un ladrón de bancos (Wincott), ambos con cuentas pendientes desde su primer encontronazo. Otra subtrama entra en juego y converge con la principal en el clímax, el intento del protagonista de recuperar a su ex-novia (Ejogo).

A medio camino se quedó Eddie Murphy de conseguir si no una buena película, por lo menos sí una mucho mejor de lo que acabó siendo El Negociador. Lo bueno de la película, cada vez que el film se centra en el oficio del protagonista, su duelo con el intimidante villano (gran Michael Wincott) y las persecuciones por las calles de San Francisco a bordo de coches, camionetas y tranvías. Buena labor del director en las escenas de los robos a bancos, de contenida tensión, y también apreciable el trabajo de los directores de segunda unidad en el par de escenas de acción que dan lugar -la central con el estilo aparatoso y pirotécnico visto el año anterior en La Roca (1996)-.

Lo malo: parece que Eddie Murphy no pueda desligarse del todo de su faceta de humorista y tenga que aportar las dosis de humor, y una trama romántica que trae en mente lo peor de su filmografía -Boomerang: El Príncipe de la Mujeres (1992)-. Si al protagonista le hubieran quitado todo rastro de vida personal, o por lo menos la relación amorosa, El Negociador hubiera sido mucho mejor, y tampoco habría rondado las dos horas que acaba por durar -que claman por ser recortadas-.
David MS
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