Almodovar me parece a veces a Woody Allen que se empeña en hacer una película al año, sea buena o no. Esta le ha salido un tanto repetitiva, innecesaria y desde luego no quedará grabada en mi memoria. A ratos me parece panfletaria acerca de los muertos de la guerra civil, con escenas como las mujeres yendo a homenajear a sus muertos que parecen carteles soviéticos y también se me hace poco arriesgada, con las mismas escenas de colores que marcan su estilo pero que a ratos cansan. Es como si fuera un mundo, un Madrid, una España Almodovariana e irreal.

Otro fallo que le veo es que parece rodada atropelladamente y hasta alguna vez veo trastabillar a Penélope hablando y no se ha corregido la toma. Además, viniendo de la MAGNÍFICA, Dolor y Gloria, todavía marca más la diferencia.

Por otro lado, aunque a veces falle y sobreactúe, Penélope es tan buena actriz (y tan bella) que te sigue impresionando. Aitana Sanchez Gijón queda desdibujada, con quizás pocas apariciones.

Pues a mi me gustó. Es una película de aventuras entretenidas e ideal para ver con niños, mejor aún con niñas, y atraparlas con el encanto de la protagonista y de su fuerza como mujer.
Es divertida y te mantiene atrapado esperando a ver cuando Enola vuelve a hablar con nosotros.
Me encanta como se utiliza aquí el recurso de romper la cuarta pared y que Enola hable con nosotros según le van pasando sus peripecias. La fotografía es preciosa y el Londres victoriano muy atractivo.
No le doy una puntuación más alta por algunas deficiencias como la falta del espíritu detectivesco que se supone a una Holmes, el desdibujado Sherlock que aquí prácticamente no tiene relevancia en su inteligencia y algunas escenas quizás demasiado violentas para una película tan blanca como debiera ser esta.
En fin, una película estupenda para ver en familia y disfrutar.

Una de las películas más malas que he visto en mucho tiempo. Es penosa y encadena escenas una detrás de otra, sin sentido, sin armonía, sin emoción. Un derroche de pasta inmenso para unos personajes con los que no hay manera de empatizar. Ridículamente diseñados para abarcar todo el aspecto de razas y tendencias sexuales, parecen más bien un grupo de alguna ONG bienintencionada que unos superheroes encargados de salvar el mundo.
No se quien está peor, el único que se salva es la sorna del personaje hindú.
Los efectos especiales son desmesurados e increíbles, solo me impresionaron las aproximaciones del gigantesco Dios que Dios sabe por qué, no destroza la tierra entera cada vez que su enorme masa interactúa con el planeta.

Las historias de amor no tienen interés, solo salvaría a esa pareja gay, con hijo y todo, que dan un poco de normalidad a todo el conjunto.
Especialmente reseñable el patético personaje de Salma Hayek, que impresiona tan poco y que describen poderoso y muestran ultra débil a la vez.
En fin, una pérdida de tiempo considerable

Pocas películas consiguen que me queden ya a verlas de tirón, hasta la 1:30 h porque me hacen disfrutar con su visionado, sin importante demasiado ni el blanco y negro, ni que sea española ni tampoco no saber a donde van a ir a parar. Con esta me pasó; estaba disfrutando tanto de los interesantes y magnéticos personajes, así como de los afilados discursos y situaciones que no tenía sueño. Todo era tan fluido y elegante que era como un chute de buen cine del que no quería dejar de gozar. Se puede considerar un clásico rodado en el siglo XXI

A Garci se le nota disfrutar, ir a su aire, mostrando lo que quiere mostrar y contratando a quien más le conviene, haciéndoles saber perfectamente a los actores que papel desempeñan en la película en la que brillan titular y suplentes por igual. La historia y su final es muy previsible pero el camino hasta llegar ahí nos deja preciosos diálogos e interpretaciones. A mi al menos me encantaron las figuras del rockero y la de Santos,, el ayudante.

El principal atractivo de la historia es ver como es la vida de dura y lo inhóspito que puede resultar Australia. Aparte de eso no es creíble ni el romance, ni el sexo, ni el drama exagerado de ella.
No se, quizás es que no me metí en la historia y solo me sentía atraído por el morbo de la actriz que no resulta la típica tia atractiva de las películas sino que tiene su punto de chica de todos los días.

El actor japonés ni resultaba atractivo y si frio como el hielo. Ya hemos visto muchas veces el hieratismo y la férrea disciplina que se imponen los japoneses para que nos venga a sorprender ahora.

En fin, poco que aprovechar salvo los paisajes, la angustia de quedar atrapados y esos pantalones de Toni.

Ya lo siento.