Para no hacer spoiler, no digo si la protagonista consigue o no hacer contacto con extraterrestres. Pero lo que afirmo rotundamente es que consigue hacer contacto con el espectador. Hablo por mí pero estoy segura de que a muchos otros les ha pasado. Una historia humana, es decir, nada de tópicos ni lecciones morales, pero ofreciendo un dilema puro en todo su esplendor y simplicidad. Un dilema al que parece que se quiere dar respuesta pero... se le da algo mejor que una respuesta: una oportunidad de dárnosla nosotros, los espectadores, o de seguir dudando si no lo conseguimos. Perturba, conmueve, sin aparatosidad. Siendo una película de ciencia ficción, también es una película psicológica, filosófica, sentimental... Ingredientes que son muy difíciles de combinar. Y el ritmo creo que es el perfecto para sumergirte en una calma inquietante hasta el final.

El análisis, sutil, exhaustivo, difícil, del proceso hacia una verdad interior. Y un retrato de los argumentos del poder, tan bien diseñados, tan enmascarados de "verdad superior" que fácilmente podrían convencernos o seducirnos. Un debate ético antiguo y probablemente sin final.
Después de ver la película, uno se hace algunas preguntas —por poca tendencia que tenga al cuestionamiento— y eso es saludable.
Técnicamente me parece muy bien resuelta, y las interpretaciones —con el audio en versión original— son tan eficaces que terminas convencido de haber presenciado escenas reales, de una violencia tan intensa como poco aparente.

No es que la película no atrape. Atrapa "a pesar de", lo cual es un punto a su favor. Pero el "a pesar de" existe y te va dejando una sensación ambivalente. En mi caso, y para poder abandonarme a una intriga que me apetecía seguir, he tenido que hacer oídos sordos a unos cuantos aspectos que me desagradaban. Por ejemplo, ya en las primeras escenas la película me ha sonado a "vista otras muchas veces" (no importa si de por medio hay un psiquiátrico, un orfelinato o una lúgubre mansión). Y continuando con los tópicos, el revuelo de enfermos mentales todos cortados por el mismo patrón (salvo una excepción) me ha resultado excesivamente grotesco y, en cierta forma, ofensivo. Las actuaciones me han parecido correctas, pero el personaje femenino protagonista no ha conseguido generarme empatía. Sospecho que es, en parte, porque he comparado la Alicia de la película con la de la novela (que leí hace muchos años), la cual te seducía desde un principio, con su carácter amable y su toque enigmático. No sé cual hubiera sido mi percepción de la película si no hubiera leído la novela previamente, sospecho que me habría gustado algo más. Pero habiendo disfrutado de la trama psicológica de la novela, mucho más psicológica que policíaca, y de la personalidad de los enfermos del centro, mucho más humana y menos estereotipada, ha sido difícil que no echara en falta algunas sutilezas. Por otra parte, en la novela hay frases de antología de las cuales prescinde la película porque su intención no es hacernos pensar sino intrigarnos. Y lo consigue, a pesar de muchos "a pesares" a mi me ha intrigado y me ha proporcionado un rato entretenido, y es por eso que no podría suspenderla ni puntuarla más allá de un aprobado justo.

Antes de empezar a ver la película, mientras buscaba las opciones de subtitulado, me di cuenta de que prácticamente carecía de diálogos, que siempre aparecía la misma mujer, a lo sumo un chico joven que debía ser su hijo. Y pensé “una película de esas que se hacen las interesantes”. Pero me puse a verla intentando aparcar los prejuicios.
Cuando llevaba media hora de visionado pensé que me gustaba pero que no sabría decir por qué. La única explicación posible era que si me había mantenido el interés durante aquella media hora, sin ver una trama aparente, ni un ritmo aparente ni, puestos a decir, una película aparente, debía ser porqué había una trama, un ritmo y una película fuera de serie, es decir, con unas leyes narrativas propias que yo estaba descubriendo.
Una vez vista por completo, me siento incapaz de calificarla o argumentar mi satisfacción de espectadora, pero eso no significa que no lo vaya a intentar. Lo intento, pues.

Cuando se habla de sus escenas lentas... discrepo, no són escenas lentas, sino a tiempo real, a un arriesgado y bien calculado tiempo real. Los personajes comen el primer plato y el segundo, y tú con ellos. La milimetrada coreografía de mujer y objetos y casa, con la banda sonora de los sonidos cotidianos, invita a la inmersión absoluta, al voyerismo más paciente y desinhibido. Y aunque se dice que es una película feminista, y es cierto, no se merece la reducción a esa etiqueta. Va mucho más allá. A mi entender, es la historia de una mujer anclada a unos rituales domésticos relacionados con el orden, la limpieza, la rutina, por los que se siente protegida. En el trasfondo, sí, la frustración que ha originado ese estado obsesivo, Incluso cuando uno de esos rituales huye sorprendentemente de lo convencional, para ella continua siendo parte de lo doméstico.
Vemos la descripción minuciosa de pequeñas acciones manuales, inseparables de los gestos mentales que las llevan a cabo. Es la narrativa de lo que se ve y de lo que hay detrás, en una red que ata todos los elementos físicos y psicológicos, en una intradermis que se nos revela gracias a un juego de luces, reflejos, sombras, encuadres, cámaras fijas, elipsis, repeticiones, que envuelven y a la vez penetran la historia. Todo, cinematográficamente, está urdido con un tacto impecable, y la historia se va haciendo más y más profunda al mostrar la imperfección del mecanismo del ritual, y el momento en que empieza a desmoronarse. La sutil y casi imperceptible pérdida de control y desconcierto consiguiente de la mujer.

Allí donde algunos dicen “película aburrida” yo diría “película hipnótica”. Y solo es recomendable verla si estás dispuesto a dejarte hipnotizar.

Muy acertada al reflejar, entre otras cosas y con auténtica mágia, aspectos técnicos de la filmación de escenas de cine mudo. Original por como gira entorno a la singularísima relación de dos hermanos. Justamente una de las cosas que más me ha interesado de la película es la naturaleza de esa relación de extremo amor fraternal incluídos los conflictos que de ésta pueden derivarse. Psicológicamente muy bien tratada. En definitiva, una deliciosa película, entre la fantasía y la impecable documentación, Entre la poesía y el humor, la comedia y el drama. Reconozco que en el último tramo, el de contenido más dramático, me ha fallado un poco el ritmo, como si me faltara alguna escena necesaria para la redondez absoluta, pero se le puede perdonar setenta veces siete.