Al final es siempre lo mismo: un libro malo, pero que engancha, que se vende como rosquillas a nivel mundial tenía que tener su versión cinematográfica. Un diretor de renombre y unos actores de primer nivel son el reclamo publicitario para ir a ver este aburrimiento de mas de dos horas de duración.

La publicidad mueve a las masas; el día que se ponga de moda un libro que trate sobre la eyección fecal a lo largo de la historia y venda miles de copias, sacarán su versión cinematográfica...y ese día nos daremos cuenta que somos sumamente gilipollas al ir a verla.

Generalmente, cuando voy a ver una película al cine intento ,cómo no, centrarme en la proyección ( siempre y cuando el acomañanete sea varón, claro). En el caso concreto de este film creo recordar que a los 10 minutos de metraje ya estaba comentanto con la persona que tenía al lado la actualidad del día mientras disfrutabamos de unos nachos con queso; y oiganme, ¡qué buenos estaban!.

La película no merece ni crítica; en serio. De verdad de la buena.