Después de haber visto Los chicos del coro, encontré este otro trabajo de Barratier y no dude en alquilarla. Dos actores incluso, aparecen en ambas películas pero la coincidencia de estos tres personajes no la salva de ser plana, aburrida y de interés local. Plagada de frases y anécdotas que probablemente solo los franceses comprenden en su totalidad, se queda como una película más de catálogo, tan solo para pasar el rato y después olvidarse de ella. Pero no está mal si eres francés.

Otra gran película que logra rebasar la frontera del exceso de los efectos especiales sin perder su dosis de sentimiento y emotividad. Con un guion original que nos mantiene hora y media pegados al sillón del cine, el maestro James Cameron nos lleva de la mano por un mundo insólito poblado por una civilización bondadosa de extraterrestres a quienes los seres humanos quieren despojar del mundo en que han vivido por centurias. De todos los elementos que la clasifican como película de ficción, la proyección del humano hacia el cuerpo mortal del avatar se impone como la más conmovedora, pues logra traspasar todas las fronteras de lo posible al devolverle a ese humano las capacidades perdidas.

Película emotiva en extremo que nos hace reflexionar sobre la dureza de la infancia cuando se está solo, se es huérfano o se está fuera del círculo afectivo que constituye una familia. Con angelicales voces, los niños de este hospicio escapan a ratos de esa crudeza llevados de la mano por el nuevo prefecto de la escuela que al mismo tiempo es un profesor de música con la frustración de no encontrar empleo en su gremio en la Francia de la postguerra. Sin ser la gran película ni tener destacadas actuaciones, los maravillosos coros y la sensibilidad de sus personajes, la llevan hasta la estratosfera del cine. Un aplauso para los interpretes de la música.

No es fácil encontrar buen cine Argentino, y no porque no hay, más bien es porque no está fácilmente disponible. Esta película es en definitiva una buena y original propuesta del cine de este país. Buena porque está bien rodada y bien actuada. Original por que trata el tema de la epilepsia, poco frecuente en el cine latinoamericano, y lo combina con escenas de acción y suspenso de una manera bastante coherente y convincente. Sin ser la gran película, si es una buena manera de invertir hora y media en tanto se olvida uno de la cotidianeidad.

Película llena de candor y blancura, altamente recomendable para toda la familia. De alguna manera, retrata un mundo perfecto donde los problemas más graves tienen que ver con la llegada de un hermanito. Ambientada en los sesentas, también nos muestra un estilo de vida con valores familiares más vivos y más claros que los que tenemos ahora. Todos los niños actúan en forma bastante aceptable, y toda la ambientación, vestuario y lenguaje están perfectamente cuidados y acordes a la época. A una de esas épocas que no volverán. En algunas críticas previas se percibe cierta decepción de los usuarios que han leído los libros en que se basa esta película, pero bueno, aun así, merece la pena verla para pasar un rato agradable.