No tenía muchas películas a elegir en la sala del multicines y decidí entrar con mi chica a esta segunda parte del nuevo Jumanji. Este tipo de películas de aventuras, como las de Dwayne Johnson o Brendan Fraser, ya se sabe de antemano que no son muy buenas, pero al menos hay alguna posibilidad de que entretengan sin hacer grandes esfuerzos mentales. El único motivo por el que entré a ver la película fue porque vi la anterior y esta a su vez por la versión original del fallecido Robin Williams. Esta segunda parte de Dwayne Johnson, al igual que la primera que protagoniza, tampoco es que vaya a pasar a la historia del cine como un gran clásico, pero es mala, por momentos muy mala, y peor que la anterior.

Al menos la primera parte tenía cierta originalidad, sin copiar tanto al Jumanji de Robin Williams era una propuesta interesante, un producto de consumo a base de efectos especiales y algo de humor, también era mala pero la segunda parte es muy similar sin aportar nada nuevo. Si acaso, los efectos especiales son de calidad y hay algunas escenas de acción, pero el conjunto no hay por donde cogerlo. Es un guión demasiado infantil, o con personajes que explotan hasta la saciedad sus debilidades y recurrentes torpezas, una especie de producto prefabricado, puede que con una sana intención de hacer de psicólogo infantil a granel.

Cinta nada recomendable, es mejor esperar a que la ponga alguna televisión en una tarde de los domingos, siendo muy generosos puede tener algún interés para el que no haya visto la anterior o para un público infantil.

Me decidí a entrar en la sala del multicines solo tras leer las buenas críticas, y no muy convencido porque las películas de temática del motor no me suelen gustar, pero a esta cinta no se le pueden poner muchas objeciones.

En primer lugar el guion no abusa de las imágenes de carreras, solo lo justo, además tienen un papel importante las historias paralelas de amistad, negociaciones, o las bromas y el humor obscuro tan particular del coprotagonista, el piloto Ken Miles, interpretado convincentemente por Christian Bale, que al parecer en realidad era así. Matt Damon también hace un gran trabajo, todos los actores en general, en consonancia con el conjunto, que hasta se atreve a no dejar disfrutar al espectador de la alegría de ganar justo cuando el espectador está en más sintonía con los protagonistas. Una cinta muy entretenida hasta para el que no le guste tanto el mundo del motor, aunque este ha cambiado mucho, ahora ver a un piloto mecánico y dando sugerencias a los ingenieros sería imposible.

En definitiva, una película más que recomendable, de las mejores que he visto en los últimos años.

Terminator es una de mis sagas favoritas, aunque solo las 3 películas originales, así que en cuanto vi algunas críticas favorables de esta secuela no me lo pensé dos veces.

Esta vez no se trata de una cinta con alardes trascendentes ni diálogos profundos, es más parecida a las 2-3 originales, con un argumento simplón copia de anteriores y mucha acción. A pesar del argumento manido, el guion tiene algún giro, pero más que otra cosa destaca en las escenas de acción, muchas y muy logradas. Las dos caras conocidas, Arnold Schwarzenegger y Linda Hamilton, dan la talla, sobre todo Linda Hamilton, aunque algo metidas con calzador dentro del argumento, uno de los motivos por los que quizás al personaje de Schwarzenegger le sobran gestos que no vienen mucho a cuento. El argumento conecta con las dos primeras películas y obvia al resto, jugando con la paradoja del viaje temporal. Hasta aquí todo bien o pasable, pero la parte mala no falta, de ahí que no sea una candidata a representante de pertenecer a un imaginario podio junto a las primeras. Aparte de la discutible actuación de Schwarzenegger y del argumento copiado, parece que la cinta está montada tan caóticamente como el guion, con unos personajes poco desarrollados, tan solo introducidos con unas breves frases o mediante sobre actuaciones, sin ir más lejos el personaje medio-robot protagonista, el de Mackenzie Davis, desde el principio deja claro que es lo más parecido a una superfan o groupie de un grupo de música adolescente, y así se desarrolla su personaje hasta que alcanza el culmen al final, o la coprotagonista, humana del presente, está a medio camino entre una monja católica o lo que parecen unos estereotipados rasgos hispanos muy marcados, a la que en momentos puntuales le van apareciendo los de la heroína en la que está destinada ser.

En definitiva, una secuela de Terminator que merece la pena, sin ser una maravilla al menos entretiene más y no es tan pretenciosa como otras secuelas recientes.

No había visto unas críticas y notas tan favorables desde hacía mucho tiempo, y al ser tan numerosas nadie puede imaginar que sean pagadas o de fanáticos aislados del resto de la sociedad, así que en cuanto pude fui con mi chica a la sala del multicines, convencidos de ir a ver poco menos que la octava maravilla del cine. Nada más salir creo que se trata de enésimo hype, en los que suelo caer cuando se trata de ciencia ficción o fantasía, pero es que esta vez el timo ha sido perfecto.

Personalmente, y parece que en contra de una gran mayoría, no me gustan estos nuevos estilos oscuros para el cine de ciencia ficción y superhéroes, pero el principal problema de Joker es que no hay superhéroes por ninguna parte, además la violencia o la acción sólo aparecen para ayudar a acumular una especie de mala bilis para que el espectador se identifique algo con el protagonista, Joaquin Phoenix, que acapara casi el 100% del metraje de un argumento muy melodramático, ni siquiera es tragicómico, que trata de un loco que bordea la psicopatía, encima es víctima del bullying por parte de sus conocidos, tiene alucinaciones y le ocurren continuas desgracias. No habría una gran diferencia con un telefilm americano de las tardes de los domingos salvo por una cuidada fotografía y ambientación, o por las actuaciones. Pero por ejemplo Joaquin Phoenix enseguida cansa por lo repetitivo de su actuación, sin ir más lejos su forma de reír, el icono de la película junto con el maquillaje de payaso, pasa enseguida de causar risa a no hacer gracia, luego acaba siendo aburrida, hasta que finalmente se convierte en un atrezzo más de la película que aparece constantemente. La violencia, filmada con la misma exquisitez, tampoco es ninguna novedad, hoy día no debe quedar nadie que no haya visto palizas como las que le dan al pobre payaso.

En resumen, un drama, que aunque sea más comercial que los de Almodóvar, muchos no le verán ningún sentido estando en relación con películas de superhéroes.

Acabo de ver esta película en mi plataforma VOD Netflix, que en su día se me pasó por alto a pesar del elenco de estrellas que la protagonizan, y tras visionarla no parece que sea una producción de la denostada calidad Netflix, podría ser la mejor película de la captura del criminal nazi Adolf Eichmann.

Lo primero por lo que destaca son los protagonistas, en primer lugar Ben Kingsley, el contable judío en "La lista de Schindler" ahora metido a criminal nazi en el papel de Adolf Eichmann, del resto destacaría a Oscar Isaac, el protagonista muy conocido por su papel de piloto en la última trilogía de Star Wars, o a Mélanie Laurent, también conocida por su papel de heroína judía contra los nazis en "Malditos bastardos" de Tarantino. El guión se toma algunas licencias cinematográficas, sobre todo en cuanto a la convivencia de los captores y al poder de la ultraderecha en Argentina en connivencia con los criminales nazis refugiados en este país, esto probablemente no fuese como aparece en la película, en cualquier caso algo de eso también sigue existiendo en Argentina, es lo que se desprende tras lo ocurrido en la investigación de los atentados contra la Embajada de Israel en 1992 y el edificio de la asociación AMIA en 1994 por parte de Irán y su satélite Hezbolá. El resto del argumento sí se basa fielmente en la captura por parte del Mossad para llevarlo a juicio en Israel, con un guión centrado en la captura, el resultado es mucho más entretenido que el relato centrado en el juicio de la reciente versión para televisión The Eichmann Show.

Se trata de una película muy recomendable, un producto de Netflix de los que podría pasar por una clásica producción de Hollywood.