Mira que me gustan los 80, las comedias y Christopher Lloyd, pero poco bueno puedo decir de esta película. Es tan inocua que tampoco puedes decir nada malo, salvo que es aburrida.
La idea es buena, pero los personajes no tienen buenos diálogos ni son particularmente divertidos.
Nada de lo que pasa tiene casi gracia y llega un punto en el que estás deseando que la película acabe.
Keaton, Lloyd y Boyle son buenos actores, pero el guion no da juego.
Solo hay un par de momentos graciosos.
El resto es tan insípido que no sabes muy bien para qué se molestaron en hacerla.

2 horas y media eternas.
Un arranque flojo no, lo siguiente.
La primera hora es expositiva, un tostón.
Frases que intentan ser chistosas pero son sonrojantes.
Niña cursi insufrible.
Tres viejas glorias demasiado viejas a las que les dan poco que hacer.
Argumento insulso.
Solo se salvan un par de momentos con los dinosaurios pero ni siquiera la peli destaca visualmente.
Ocurre en lugares muy oscuros o de noche.
El malo está o muy mal interpretado o muy mal dirigido o ambas cosas.
La peli tiene momentos tan malos que hay cosas que ni se entienden (frases raras, expresiones raras de los actores, etc.)
La manía de hoy en día de alargar las películas a más de dos horas solo perjudica a la estructura y al ritmo del film. Se notan las líneas de diálogo y las escenas que sobran.
Han exprimido tanto la fórmula que aparecen dinosaurios feísimos porque ya no saben qué inventar.
La manía de ser inclusivos les lleva a dar a actores chinos y afroamericanos los papeles secundarios más rancios lo cual resulta más insultante aún.
Cine hipertrofiado, industrial, sin talento ni interés artístico ninguno.

Es contagioso el entusiasmo que siente el protagonista por lo raro, por lo único, por aquello que ha pasado desapercibido por la mayoría del público y que sin embargo derrocha talento y genialidad.
Es un mensaje emocionante que reivindica a todos aquellos artistas que, desde la sombra, no han dejado de crear cosas maravillosas aunque no hayan logrado el reconocimiento del gran público. Cuánto talento habrá pasado desapercibido de manera injusta...
El protagonista es entrañable así como las viejas "glorias" del musical industrial.
Un documental originalísimo y tronchante a la par que emotivo y muy nostálgico.

Ya imaginé que tendría mala puntuación. Es una comedia arriesgada. En general las comedias son maltratatadas. Hacer reír no se valora y si añadimos que la peli critica los efectos negativos de ver y de hacer cine, la cosa se complica aún más. Hay que ser cinéfilo para entender muchas de las frases, chistes y referencias que se hacen.
Segura y Carbonell están perfectos en sus papeles tragicómicos. Lo mismo te arrancan carcajadas que resultan patéticos o conmovedores o detestables. Eso es difícil de conseguir.
Ella está bien a veces pero su actuación está impregnada de un asqueamiento monótono. No consigue tantos matices como sus compañeros.
Lo mejor, la crítica y a la vez oda al cine: por un lado nos hace soñar y nos salva la vida; por otro, es una industria que devora al actor y hace que el espectador lo considere como suyo, cosificándolo.
En fin, una película incomprendida que arriesga para deleite de los amantes de la comedia negra.

Realización de reality malo.
No ofrece prácticamente nada nuevo al caso.
Lo mejor las imágenes de archivo de Londres, Los Ángeles y NY de la época, más algunas otras más de Lauren Bacall, Humphrey Bogart y Dimaggio.
Música manipuladora barata.
Tono solemne el del investigador.
Un "documental" que parece sacado de un canal de realities, repetitivo y falsamente emocionante.