El discurso del Rey

Tom Hooper me tiene enganchadísima a películas como los Miserables o La chica danesa, para mí muy buenas dos cintas. Pero permitidme, y sé que tiene una muy buena nota media, que yo discrepa en esta cinta. Sobre todo por la dirección.

Mi primo y yo somos disfémicos (la disfemia es una variación de la tartamudez), y la verdad no nos hemos sentido identificados en ningún momento de la película. Puede que por la dirección o por la actuación de Colin Firth (pedazo de actor, pero no en esta al menos para mí). Las medidas que usan para que pierda el "miedo" y para que evite pensar y así hablar, en la vida real no se usan.

Desgraciadamente es así, y la he visto dos veces intentando captar detalles que se me podían haber pasado por algo en el primer visionado, pero nada.
Geoffrey Rush es para mí el que la salva, pero la culpa no es suya, sino del director o guionista, han plasmado mal la película desde el punto de vista de la persona con tartamudez. Han querido reflejar la tartamudez, pero para mí lo han hecho de manera equivocada.

Multipremiada y famosa película que fue la triunfadora en la ceremonia de los Oscars del 2011. Doce nominaciones y aunque sólo obtuvo cuatro estatuillas, lo fueron por las categorías principales: mejor película, director, actor principal y guión. Además, críticas muy elogiosas. Sin embargo, como suele pasar en estos casos, nos encontramos con un producto mediano, correcto en todas sus líneas, bien interpretado y ambientado pero que carece del brío que le despegue de un telefilm de época, basado en hechos reales. La verdad es que "El discurso del Rey" nace herido por un argumento excesivamente escuálido y prosaico, la tartamudez, por muy príncipe de York que pueda ser el afectado.

Tom Hooper trata de compensar lo previsible de su obra, reflexionando sobre la condición real, los deseos frustrados de Lionel Logue (Geoffrey Rush) o la amistad pero con escasa convicción no exenta en algunos instantes de aparatosidad, con el típico momento de distanciamiento. Por lo demás, trato igualitario y desmitificador sobre la monarquía, lo mismo que algunas licencias históricas como la oposición de Churchill a la abdicación de Eduardo VIII o el apoyo a la política de apaciguamiento por parte del Soberano, que aquí son sustituidos por lo contrario para mayor gloria de la corrección política. A todo esto, prefiero la Exposición del Imperio Británico de 1925. Es que no saldría de allí.

Fría película, demasiado recta en todos los aspectos. Típica producción inglesa en la que hasta el mínimo detalle parece pensado en exceso pero a la que le falta vida. De buen acabado pero sentimentalmente heladora. Sólo vale la pena por la actuación de Colin Firth.

Pero si la ves, te aburrirá hasta límites insospechados. El único encanto que le encuentro a la película son las escenas en las que aparece con su logopeda particular, y no todas. Sólo me parecieron interesantes el par de escenas en las que nos muestran sus " técnicas poco ortodoxas". Todo lo demás fue completamente insustancial. Soporífera, plana. La propia estética invitaba al sueño. No me aportó nada nuevo, nada destacable. Sinceramente, no había llegado a la mitad de la película y ya me importaba un pimiento el desenlace de la historia. Obviamente, predecible. Una de esas películas totalmente irrelevantes. Cuando terminó, me quedé con una sensación de vacío, como si en vez de haber visto una película me hubiera pasado los últimos minutos de mi existencia contemplando una pared blanca. "¿Y ya está? ¿Eso es todo?".

No he podido evitar leer algunos comentarios. Como no quiero repetir lo mismo que habéis escrito todos, prefiero dirigirme a esta película con tono más que irónico.

Darle mérito a quien, al Rey? Sí, un tipo elegido democráticamente... Bueno, creo que éstos oscars no pasarán a la historia, porque no se han premiado los trabajos que más merecimiento tienen.

La comunión holliwoodense con las altas esferas de influencia capitalista y social, no es que esté a las claras mostrándonos la benevolencia de ese sector, si no que acaban de bajar el listón del "séptimo arte¿?". Señores, tener visión crítica en las películas incluye un análisis del mundo del cine actual. Esa revisión pasa por las palabras de Alex de la Iglesia, que manifestó públicamente, la necesidad de que la ciudadanía vea cine gratis. Esto implica, que la industria del cine debería ser un derecho casi. Es decir, que el cine debería estar más que subvencionado por el estado y organismos privados de grandes capitales. Si no, sería imposible poder ejercer la profesión.

Dicho esto, opino que este año los oscars, han sido una auténtica decepción.