Llamada perdida

Si bien posee una realización digna y un argumento sustancioso me temo que Llamada Perdida no aporta nada nuevo al género y por eso la he valorado con un 5. La excusa de la tecnología como fuente de terror podría haber sido una buena idea si los elementos en los que se sustenta no fuesen tan básicos. Volvemos a los tópicos adolescentes aunque eso sí tratados con mucho oficio y dignidad pero ya digo que con escasa originalidad.

Reconozco el buen hacer del realizador pero se podrían haber esmerado un poco más en el desarrollo del terror puesto que al final todo lo que vemos ya ha sido tratado con mayor solvencia en películas como The Ring que es de 1998. La atmósfera está bien construida pero al final nos enfrentamos a lo de siempre: espíritus atormentados que claman venganza desde el más allá aunque esta vez sea por medio de la tecnología. El ritmo y el desarrollo argumental son lentos pero esto es justo lo que este tipo de cine necesita y yo lo apunto como una virtud. Ya sabemos, Japón y su lado más tétrico siempre fascinado por los nuevos avances tecnológicos. El final es poco inspirado y, sinceramente, pienso que la película debería haber tenido un desenlace mejor para lo que prometía.

Salvando esto puede que Llamada Perdida sea un producto por encima de la media en cuanto a su acabado y realización pero me temo que sólo conseguirá sorprender al público más inexperto y adolescente ya que carece de fundamento y su impacto es muy limitado. Un título de terror en donde el terror es lo de menos no me parece gran cosa y no tengo más remedio que decirlo. Es una pena porque yo sí pienso que la tecnología tiene un lado muy oscuro pero me temo que dicho lado obscuro no se ve reflejado en esta película.

Película cutre, mal iluminada y que se hace larguísima, poseyendo un ritmo desigual (al principio va a buen ritmo y después resulta muy lenta). Llamada tras llamada, el periplo aburre y no engancha al espectador.

Lo peor es que se ve de pena, algo que me llamó la atención (yo la vi en un canal de tv). Si no fuese por mi manía, a veces absurda, de ver las películas enteras, la habría quitado al cuarto de hora.

Pues no va y resulta que me estaba perdiendo una de las entregas más interesantes de la época dorada del J-Horror. Sí, bebe de muchos clichés de películas algo mejores como Ringu o Dark Waters, pero su resultado final es más que vistoso.

Su historia es interesante y consigue mantener el misterio hasta el final, aunque si se hace un poco enrevesada e inconclusa por momentos. Visualmente está muy por encima de otras del género, al menos en lo que a realización se dice. Si bien algunos efectos no están del todo bien logrados, y algunos trucajes de cámara y edición muy de la época la hace algo distrayente.

Un visionado que merece la pena.

Mucha gente dice que esta película se toma a parodia a sí misma y dudo yo mucho eso, porque realmente parece ser seria en cada uno de sus segundos de duración. Es una especie de "Ju-On" o "The ring" pero en vez de a través de una maldición familiar tradicional o una televisión, se realiza a través de un teléfono móvil.

La historia central no está nada mal, un espíritu que por lo que sea manda mensajes del futuro a contestador de voz de unos jóvenes japoneses y que dicho mensaje marca el momento de la muerte de estos y el como puede que suceda su fallecimiento. No es una mala premisa de terror, el principal problema es que no da ningún tipo de miedo, ni los fantasmas son terroríficos, algo habitual en el J-Horror, ni la historia de por qué el fantasma realiza actos tan violentos.

Por momentos parece un remake americano de una película J-Horror, el problema es que no lo es. Por momentos es serie B al estilo Sy Fy, pero al menos estos últimos lo hacen adrede.

Terror japonés, más impactante y natural que las versiones americanas que suelen hacerse de este tipo de cintas. Ayer vi The Ring, y no me pareció especialmente brillante. Sin embargo ésta sí tiene un punto de desequilibrio importante. un desvarío controlado que hace que verdaderamente te impacte más. Tiene menos grosura, menor empaque, menor atrezo, pero más autenticidad, más ligereza, más liviana. Parece mejor película, mejor trabajada y con mejores resultados.
Hay que ver la cinta en el contexto en que se publicó, 2003. Sin la tecnología no se explica la trama. Una llamada de tu propio número a tu propio móvil, que provoca que un ente se apodere de ti y te asesine. Además el ente se trasmite por teléfono, de uno a otro. El teléfono y su buzón de voz son los protagonistas. Se pretende, quizá, reflexionar sobre la soledad que supone no estar en el teléfono de nadie. Los contactos son el verdadero valor social. Cuantos más mejor, y cuantos menos tengas, menos vales.
He visto otras dos cosas de este director [Ichi the Killer, 2001, y 13 asesinos, 2010], pero ninguna me pareció extraordinaria, ésta tampoco.
Es un director extraordinariamente prolífico, más de cien películas dirigidas.