Noé

‘Noé’ es la última película (hasta ahora) del siempre interesante Darren Aronofsky, una película basada en su novela gráfica homónima que escribió junto a Ari Handel con ilustraciones de Niko Henrichon; una novela inspirada libremente en los pasajes bíblicos del Génesis (Antiguo Testamento) referidos al mítico personaje de Noé.

A nivel argumental el guión nos ofreció una reflexiva historia con debates que invitan a la discusión o análisis más profundo tocando temas tales como: la bondad, la maldad, la familia, la esperanza, el peligro del hombre, el castigo, el hombre y Dios o el sacrificio. Temáticas estas que llevarán a actores como Russell Crowe o Jennifer Jennifer Connelly a dar lo mejor de sí mismos y que es muchísimo.

Al respecto de la ambientación natural del film, decir que esta es francamente buena, en este sentido, la filmación en Islandia resultó todo un éxito ofreciendo una gran variedad de paisajes. En el campo de los efectos especiales quiero fijarme especialmente en “Los Vigilantes” con los que se hizo un gran trabajo de efectos.

Casi terminando, a nivel interpretativo destacó Russell Crowe como un fiel y atormentado Noé, servidor de la voluntad de “El Creador” aunque no comprenda sus designios. Jennifer Connelly y Emma Watson fueron claramente de menos a más culminando ambas con momentos de oro puro desde un punto de vista dramático al enfrentarse a Crowe/Noé. Finalmente, justa mención para Ray Winstone que se metió en el pellejo de Tubal-Cain, descendiente directo de la estirpe maldita de Caín, y un hombre que al sentirse rechazado por “El Creador” se ha convertido en un “negacionista” que se pone a él como rey y hombre por encima de todo y de todos.

En definitiva: Darren Aronofsky confirmó con ‘Noé’ su gusto por contar historias que inviten a la reflexión a la vez que ratificó su excelente mano a la hora de dirigir a los intérpretes con los que trabaja. ‘Noé’ es una película con algo qué contar y con unos actores principales que nos regalan escenas de muchos quilates.

-Lo mejor: Las intepretaciones. La reflexión a la que invita el film en diferentes temas. El momento de la decisión de Noé y sus consecuencias. La no renuncia a la parte del espectáculo visual y acción con la aparición de las criaturas conocidas como “Los Vigilantes”.

-Lo peor: Quizás la parte del film hasta que se inicia la construcción del arca puede resultar algo lenta. Algunos animales “cantan” a digital.

-Más en: www.cineycine.com

Tenía muchas ganas Aronofsky de hacer una película sobre Noé pero sinceramente se la podría haber ahorrado pues es difícil definir que tipo de película nos ofrece.
Parece Mad Max, con más de agua. Un Noé ecologista, alcohólico, religioso, asesino de niños, mal padre Imposible definir, este señor porro de película.
La película se ahoga sola en la lluvia
Noé es un tipo que se presenta como ecologista y nos enseña cómo se hace hombre.

Puro drama familiar, donde Noé no soporta a su nuera, quiere matar a su nieto, y un par de sus hijos quieren asesinarlo.
Todo termina con un Noé alcohólico, al que no se le reconoce todo su esfuerzo por salvar a los animales

Donde han quedado las grandes películas bíblicas y que tengamos que soportar sin sentidos como este donde se hace una mezcla de géneros de cine sin ningún sentido y que ni buscan reflejar una historia logica

Un blockbuster que no parece tal, la historia que la mayoría conocemos por la Biblia, a pesar de estar sacada de dicho libro, no lo veo como una historia bíblica, a pesar de sus referencias a Dios en todo su metraje (no lo nombran así como así), no se hace pesado con el tema religioso, y eso, se agradece, los efectos especiales, impresionantes y aunque algunas escenas están muy fuera de lugar ( de lo ridículas que son) y de algún personaje, en general es un buen filme, no llega a aburrir, eso si su duración es excesiva, le habría quitado unos 20 minutos de escenas irrelevantes, justifico el 6 por el exceso de minutos y escenas y algunos personajes

Un héroe no tiene por qué ser bueno por naturaleza. Aunque la posteridad guarde relatos sobre sus proezas, también debió superar desafíos morales que atormentaron su integridad. También se obsesionó. Ese lado oscuro de su vida es el que lo dota de humanidad y refuerza sus virtudes, convirtiéndolo finalmente en el héroe cuyas hazañas han de perdurar durante generaciones. Y es la clase de personaje que Darren Aronofsky nos presentó en 'El luchador' o 'Cisne negro'. Ninguno de sus protagonistas era un héroe, pero ambos se enfrentaban a sus realidades mostrando las carencias y debilidades del ser humano. Y ahora que el director neoyorquino tenía ante sí a un mismísimo elegido de Dios, quiso hacer lo mismo, abordar la lucha interior que supuso para él acabar con toda la humanidad, incluida su propia familia. Y falló.
Erró porque pretendió que 'Noé' supusiera el regreso triunfal de Hollywood a las grandes producciones bíblicas a través de una épica de cine de palomitas, unos personajes secundarios arquetípicos y prescindibles, una reflexión moral llevada a extremos grotescos y un discurso espiritual esbozado con trazos gruesos y perdido entre las más de dos horas de un metraje proclive a los bostezos. Aderezada con controvertidas licencias, la historia del Diluvio Universal nos trae a un Noé cuyo afán ecologista lo obliga a matar a seres humanos antes de permitir que cacen perros con los que alimentarse. Descendiente de Set -el tercer hijo de Adán y Eva-, emprende la misión de borrar de la faz de la tierra a los vástagos de Caín, salvando en un arca a todos los animales, únicos inocentes del mundo al carecer de la maldad de una humanidad corrupta.
La trama se enmarca en un paraje volcánico y una sociedad enferma propios del universo de 'Mad Max', donde Noé cuenta con la ayuda de unos ángeles caídos transformados en gigantes de piedra. Ellos protagonizan las escenas de acción con las que -al estilo de las batallas de 'El Señor de los Anillos'- Aronofsky trata de imprimir la epopeya en la película y despertar en el espectador unas emociones que se quedan en nada al compararlas con las que transmitía aquella cuadriga de caballos blancos que daba nueve vueltas en un circo romano. La fuerza visual se pierde entre unos añadidos de fantasía que no encajan con el guion, y la superproducción naufraga en una mezcla de géneros, todos inconclusos y mal cohesionados.
Russell Crowe encarna al protagonista y consigue despojarse de su peculiar caracterización para transmitir la fuerza de una persona obsesionada hasta las últimas consecuencias y que se debate entre cumplir la misión para la que ha sido encomendada o enfrentarse a la ira de Dios salvando a los suyos. Lástima que esté acompañado por personajes tan vacíos e insulsos: un Anthony Hopkins como un anciano con demencia senil y un Ray Winstone como un innecesario antagonista en el que plasmar la vileza del ser humano.
La apuesta valiente de Aronofsky de dotar a una adaptación bíblica -enfocada a llenar las salas de cine- con un sello de autor resulta demasiado postiza. Aunque el filme contiene secuencias potentes, su desarrollo es demasiado irregular y la unión de la espectacularidad cinematográfica con la profunda reflexión interior del protagonista no encaja. Al final, ninguna de las dos llega a buen puerto y el espectador se ahoga en la tormenta.

Diario de Navarra / La séptima mirada

...y por lo tanto un enfoque incomprendido.

Ciertamente la propuesta de Aronofsky puede ser criticada desde lo cinematográfico al gusto de cada cual y tratándose de este director es muy comprensible.

Pero desde su estreno me llamó la atención el obvio desconocimiento que el mundo predominantemente cristiano tiene de la tradición oral y especulativa que hay en el judaísmo.

En la película de Aronofsky se relatan todos, o quizá no todos, los aspectos que se recogen en los relatos haggadicos de la historia de Noé. Estas historias son muy poco conocidas en el occidente cristiano. Por chocante que nos parezca, este Noé no es tanto un enfoque fantasioso y personal del director.

Los aspectos más importantes que sí ha conseguido retratar Aronofsky en la película son por un lado, la diferencia entre los descendientes semitas y los descendientes cainitas.

Los primeros viven de una forma penitente, tienen el recuerdo constante de que sus padres Adán y Eva vivieron en el paraíso donde se alimentaban del verdadero alimento; todos los árboles del jardín... En la actualidad viven errantes por el mundo exterior. No explotan la tierra a su favor ni se alimentan de animales.

Los segundos por el contrario, viven con amargura la expulsión de Edén. Sintiéndose abandonados definitivamente por el Creador, han decidido confiar en su fuerza para sobrevivir y prosperar. Pero su conducta genera violencias y transgresiones que provocan la decisión del diluvio como forma de exterminio de la raza humana.

Los vigilantes, los chorros de agua como géiseres, la metalurgia, la piel de la serpiente que otorga poder... todo aparece en la tradición oral del judaísmo.

Por lo demás no tengo nada nuevo que aportar que no se haya dicho ya.

La recomiendo para aquellos que les interese el judaísmo más filosófico y especulativo,

No la recomiendo si crees que Jesucristo era noruego y que creó el método montessori de enseñanza primaria.