Bosque de sombras

Quizás no nos encontremos ante un dechado de originalidad. Se nota que Koldo Serra ha bebido claramente del cine violento de los 70. Concretamente la influencia de "Deliverance" y sobre todo "Perros de Paja" es más que evidente.
Ello no es óbice para reconocer que la película tiene una factura impecable, y demuestra que, más allá de frikadas y subproductos de Santiago Segura, hay vida en el cine español.
A pesar de esto, el film, presenta algunas lagunas: un argumento un tanto endeble (por ya visto), ciertas irregularidades en el desarrollo dramático y unos actores cuya interpretación es un tanto desigual. A destacar el elenco masculino, con un Gary Oldman que con los años se va despojando de sus excesos histriónicos, y un Lluís Homar que demuestra dia a dia que es uno de las grandes de la escena nacional.
Lo peor de la película, quizás, es que está demasiado localizada. Cierto es que el mundo rural de Euskadi es un entorno cerrado, pero su plasmación es exagerada; no creo que el incesto, el secuestro y el asesinato sean el pan de cada dia en ese lugar.

Lo mejor: Gary Oldman.
Lo peor: Que el conjunto tienda a la insustancialidad.

Para que me la validen... Aunque realmente no viese muy claro el porqué.

Dos parejas se van de finde a pasar el finde (claro), al medio del bosque. Y se lía parda. Esa es la simple idea principal de una película en la que no hay más que eso: diversión en forma de violencia y de (a veces) suspense.

El apartado visual, es el único que merece algún halago, es el que consigue toda la atmósfera, y el que lleva a cuestas una historia que da para mucho menos de lo que pretende abarcar. Koldo Serra se anticipa demasiado al querer transmitir un ambiente ya tenso desde las primeras imágenes. El reparto está decente, y se nota que el guionista se esmeró en intentar dotar a sus personajes de una mínima profundidad.

Peli para acompañar a un gran cuenco de palomitas y pasar el rato.

Me apunto Koldo Serra como un interesante director a seguir. La película está bien realizada, dirigida y fotografiada. Lástima que el guión no dé para mucho. A mi gusto, está estirado y he acabado aburrido de planos de bosques y lluvia.

Para todos aquellos que vimos "El tren de la bruja", la noticia de que Serra iba a dirigir a Gary Oldman auguraba un filme interesante.

Pero... NO. Oldman parece perdido, el guión jamás arranca (para que se hagan una idea: es el equivalente "Cuéntame" de "Deliverance"), los diálogos están repletos de clichés y el estilo visual (premeditadamente setentero) no beneficia al ritmo del filme.

Por otra parte, el desarrollo de la historia es irregular y existe una enorme falta de ambiente, lo que convierte al largometraje de Serra en un visionado dominado por la tibieza que no logra emocionar a nadie, dejándole a uno más frío que el culo de una mona.

Preveo que Serra seguirá el camino Fresnadillo: fracaso hispánico, exito en el extranjero. Es técnicamente competente y puede conseguir a buenos actores.

Veremos.

Sobra decir que el cine español está falto de talento, porque además creo que es algo que digo cada vez que tengo que sacar el tema del cine español, que cae en los eternos temas desgastados de siempre y se apoya en la fuerza empresarial del cine comercial bien hecho que llega del extranjero para ocultar su falta de talento. Tampoco resulta tan difícil triunfar una vez que se ha llegado, sólo falta ser diferente a lo que se hace, y hacerlo bien, porque si en el folclorizado cine franquista el maestro era Berlanga, actualmente, en el politizado y ultrareaccionario cine progresista patrio únicamente triunfan Almodóvar y Amenábar, sobre todo este último, con una concepción puramente americana del cine, el espectáculo y la sorpresa como forma de acercarse al espectador unido a su buen talento de artesano muy por encima del de la media. A él intentan parecérsele esa última hornada de cineastas españoles de los últimos años que han tirado por un sendero rupturista tanto temáticamente como en el modo de planificar una historia. Bosque de sombras es, quizás, una de las más fehacientes pruebas de ese grupo de jóvenes directores que buscan cambiar la industria nacional para alerjarla del ombliguismo y acercarla más a un público al que se le engaña continuamente vendiéndole mortadela a precio de jamón ibérico. Aquí, el joven director, célebre por sus cortometrajes, elije algo que, bajo mi punto de vista, es cada día más un defecto en los jóvenes directores que salen de la facultad de CAV, y es, aparte de su, en ocasiones, barroco estilo, una constante falta de ideas en un guión que termina siendo una continua referencia a títulos míticos dentro de su vida como espectadores de cine, lo que hace que, aun siendo una interesante ópera prima, demostrando el control total que tiene sobre el medio, sí falte una sensación de originalidad que sí tenía, por ejemplo, otra película con los mismos referentes que esta, La noche de los girasoles.

Koldo Serra ha logrado construir una muestra de cinefilia que, plagiando más que homenajeando, pretende devolver al primer plano cinematográrfico a ese cine que ya no se hace, al western más crepuscular disfrazado de thriller de acción que tan bien condujeron autores como Peckinpah o Boorman en los años sesenta y setenta, donde la corrección política del cine contemporáneo sobra, la violencia fluye de forma natural y es tratada como una parte más del hombre que aflora instintivamente, y en ocasiones las mujeres no son más que el origen de todo problema posterior, siendo casi una obra misógina desde el mismo momento de su concepción. En ocasiones, el guión da un tratamiento epidérmico, superfluo, a las relaciones de los personajes, a sus conflictos maritales, para dar luz a la trama principal de la cinta, aquella en la que se habla del contraste entre la civilización de la que vienen los ingleses y su choque con la cultura patria.

(Continúa debajo)