Mamá es una asesina

La había visto hace mucho tiempo y siempre había pensado que su última parte era aburrida y que por eso desmejoraba la película pero es que de un tiempo a esta parte cada vez que la veo me gusta más.

Es una típica comedia negra de Waters y puedo asegurar que de las que he visto es la que más me gusta, alguna otra empieza bien pero decae a medida que avanza la película.

La cinta sigue a una madre de familia que esconde algún secretillo que otro a sus familiares y amigas. Las mejores escenas de la película ocurren cuando; está Mink Stole de por medio o Kathleen Turner o las dos al mismo tiempo. Cuando ocurre esto último es apoteósico, maravilloso, mágico, ESPECTACULAR. Como cuando abres un paraguas y se cae toda la purpurina que hay en el cielo o cuando te borran capítulos de siete vidas de tu ordenador.

Bueno, en definitiva, quiero recomendar esta película a todos y todas porque realmente es muy buena para pasar un buen rato con unas cervezas y unos amigüitos.

Mondo Trasho (1969), Pink Flamingos (1972) y Female Trouble (1974) son solo algunas de las producciones underground -por no llamarlas amateur- que dieron a conocer a John Waters, icono de este tipo de cine bizarro, irreverente, violento y de contenido sexual; la verdad es que el tío -y su cine- tiene sus fans, que le veneran como la figura de culto en la que se ha convertido. Como muchos aquellos que empiezan haciendo un arte más transgresor, Waters poco a poco se fue domesticando y haciendo un cine más mainstream, de ahí películas como Hairspray (1988), Cry-Baby (1990) o Los Asesinatos de Mamá (1994), todas ellas algo más accesibles.

De la última de ellas se cumplen ahora veinte años, Los Asesinatos de Mamá es una comedia escrita por el propio Waters, con un reparto encabezado por Kathleen Turner, Sam Waterston (Los Gritos del Silencio), Matthew Lillard (Scream) y muchas de las actrices asiduas en su cine, Mink Stole, Ricki Lake y Traci Lords entre otras.

Qué cuenta: Beverly Sutphin (Turner) madre de una familia americana prototipo (Waterston, Lillard y Lake) -esas que son fáciles de situar en series como Los Problemas Crecen- se vuelve una asesina en serie y empieza a cargarse al vecindario. ¿Razones para ello? No reciclar, no rebobinar las cintas de VHS o suspender a su hijo; la señora está como una chota.

Consecuencia directa de este estado poco cabal de la protagonista surge lo mejor de Los Asesinatos de Mamá, una divertida Kathleen Turner. La actriz se roba la película para su lucimiento con cada una de las locuras que comete su personaje, derivando en situaciones cómicas negrísimas y bastante truculentas que funcionarán dependiendo del agrado que sienta el espectador por este tipo de humor. Destaco un par, cómo la protagonista le revienta la cabeza a una vecina con una pata de cordero; o la escena en la iglesia con el mismo personaje estornudando encima de un bebé -moco incluido-.

Parece ser que 1994 fue el año de los asesinos en serie pues tanto el film que me ocupa, como otro que se estreno el mismo año, Asesinos Natos, tratan un tema que aquí no es principal pero se toca en su tercer acto, la glorificación por parte de los mass media de la figura del psicópata. Viene al pego recordarla porque en la película de Oliver Stone hay un fragmento, la sitcom televisiva, que recuerda mucho al tono de esta Los Asesinatos de Mamá, personajes exagerados, humor grosero, un retrato similar de los entresijos de la familia americana ideal.

¿A qué venía este último párrafo? Posiblemente a nada, pero me ha servido para rellenar espacio, aunque no me cabe duda que si los Mickey y Mallory Knox de Asesinos Natos tuvieran una madre, ésta bien podría ser la Beverly Sutphin de Los Asesinatos de Mamá.

Como curiosidad, mucha cinefilia y referencias a otras películas, a citar: Pesadilla en Elm Street, A Sangre Fría, Henry: Retrato de un Asesino, Annie, Papá Fantasma, Marathon Man, Ciudadano Kane, el personaje de Pee-Wee Herman, La Matanza de Texas y cantidad posters y portadas de películas que aparecen en diversas localizaciones.

Pretende tanto, que no consigue nada. Película llena de escenas supuestamente originales: en el momento ves una, has visto todas. Es como si las escenas de marujeo de "Eduardo Manostijeras", conformaran una película íntegra. No hay fondo, ni crítica a la familia americana feliz. Turner está como tiene que estar, pero el fallo es el guión: escenas "divertidas" sin cesar consiguen aburrir. Prentenciosa, aunque no lo parezca. Todavía sigo sin saber qué cuenta, o qué quiere contar. La idea primitiva es original, pero no está desarrollada.

Al principio me creí que realmente era un hecho verídico, hasta que llegado a un punto, era tan irreal que no podría ser. Está claro que es una especie de crítica de como una asesina al final casi se la beatifica o de donde está el límite del sentimiento de una persona a la fama. Hay puntos muy buenos, pero sobre todo al principio, cuesta el arranca y el humor es demasiado idiota para tomarlo en serio o para al menos que te haga algo de gracia. Es como una comedia mala española.

Pero como he dicho antes, hay puntos muy buenos.

LO MEJOR: es divertidísima, Katheleen Turner está como siempre, genial, toda la película es buenísima, en mi opinión es la mejor de John Waters.
LO PEOR. esta película sólo salió en vídeo, pero no en DVD, después lo han sacado en Blue-ray, una auténtica ¡¡¡ESTAFA!!!, tiene el formato del vídeo, se ve mal, se oye mal, repito una ¡¡¡ESTAFA!!!.
Conociendo un poco la filmografía de John Waters no creo que le haya hecho gracia lo que ha pasado con su película, nos han engañado a los que la compramos pensando que se vería bien, de verdad, no la compren en Blue-ray, la pena es que tampoco se puede comprar en DVD, aunque si han hecho lo mismo que con el Blue-ray, mejor que no lo saquen.
Hay escenas fantásticas, como cuando la vecina está viendo el musical "Annie". Impagable.
CURIOSIDAD: está basada en un hecho real.