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El mundo perdido

Ciencia ficción. Aventuras. Fantástico Una expedición científica británica viaja a una remota meseta de la selva brasileña. Allí encuentran hombres prehistóricos y toda clase de dinosaurios en esta adaptación de la famosa novela de Sir Arthur Conan Doyle. Los efectos especiales corrieron a cargo de Willis H. O'Brien, un pionero de la animación en el cine que desarrolló la técnica de simular la animación por medio de figuras de goma con estructuras metálicas que se movían ... [+]
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Críticas 12
Críticas ordenadas por utilidad
23 de enero de 2021
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
La primera adaptación de una de las obras más famosas de Anthur Conan Doyle, y menuda joya. Tengo que decir que no he leído la novela (en la estantería está pendiente), pero como película, siendo de 1925, me ha parecido realmente buena.

La presentación de la historia es interesante, toda esa escena de paseo por el Amazonas digna de verse, pero cuando realmente empieza lo bueno es cuando suben a la meseta, y es que ni de lejos me esperaba una animación tan bien hecha de los dinosaurios (repitamos: 1925!!), es todo un gusto visual ver todas esas escenas de luchas de los grandes saurios.

Soy muy amante de los dinosaurios desde niño, y como un niño he disfrutado.
Es también curioso el como ha influído tantísimo esta película a lo largo de la historia del cine, y es que ahora ¨King Kong¨ me parece una simple copia.

Encantado me he quedado al ver de dónde salió toda la primera mitad de ¨Jurassic World 2¨.
TANOMUERTO
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20 de diciembre de 2023
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344/17(19/12/23) Film de aventuras silente interesante, que sin ser de los más famosos de la era muda, si fue una obra parteaguas con respecto a lo pionero y avances en los efectos visuales creados por el maestro en la materia Willis O'Brien, al que le sirvió este trabajo como especie de ensayo para su obra magna ocho años después en “King Kong”, desplegando ingenio y brillantez (siempre con el filtro de estar ante una cinta con casi un siglo) en el manejo del stop-motion de figuras de arcilla. Dirige Harry O. Hoyt y guioniza Marion Fairfax, adaptando por primera vez a la pantalla la novela homónima de Arthur Conan Doyle de 1912, que aparece en el prólogo presentando el film, Doyle mencionaba con frecuencia que el profesor Challenger, no Sherlock Holmes, era su personaje favorito entre sus creaciones. Producida y distribuida por First National Pictures, importante estudio de Hollywood en ese momento. Este es un relato que tiene muchísimos paralelismos con el mencionado ya “King Kong”. Con un grupo de expedicionarios que viajan a un lugar ignoto, donde encontraran a animales prehistóricos, cazaran a uno de ellos para llevarlo a la ‘civilización’ occidental a mostrarlo como trofeo, este Dyno se escapará por una gran urbe causando el terror entre los lugareños, llegando al clímax en un lugar mítico de la ciudad (en este caso en el Tower Bridge londinense, en el otro era el Empire State Building, que aún no estaba en 1925 en el Sky Line de Manhattan), aunque en “King Kong” todo fue mejorado, además de los efectos visuales, está la historia mucho más pulida que esta, que es un pastiche desolado de personajes superficiales, con motivaciones infantiloides, con un desarrollo plano, y con un final desolador por lo anticlimático, donde apuntan bastante con la irrupción del Dyno en Londres pero acaban pegándose un tiro en el pie con el atrofiado broche conclusivo. Tampoco el director es bueno en saber expresar con imágenes lo que cuenta, o al menos es inseguro, pues nos deleita con un sinfín de intertítulos, muchos innecesarios, lo que provoca constantes parones.

En el lado de lo bueno está la influencia posterior que ha tenido, desde los efectos visuales que perfeccionó Ray Harryhausen, la presencia de dynos en films posteriores, los más famosos los de la saga “Jurassic Park”, o incluso en films animados como “Up” (2009), el lugar donde llega la casita con globos es la meseta que aquí vemos.

Esta “The Lost World” es una peli de aventuras, donde lo importante para el espectador, sobre todo de su tiempo era ver a dynos interrelacionados con humanos, la primera vez que esto sucedía en cine, lo cual tuvo que ser impactante. Porque lo que es la trama resulta más lisa que un folio, con un romance pasteloso que se desarrolla de modo atropellado, y con un rush final este amorío de vergüenza ajena. Pero lo que debía primar eran los dynos de O'Brien. Este comenzó a trabajar con animación stop-motion en 1913, proceso minucioso en el que la ilusión de movimiento se construye creando una figura pequeña, generalmente de arcilla, y fotografiando su movimiento fotograma a fotograma, cuando las imágenes se reproducen a velocidad normal (veinticuatro fotogramas por segundo) la figura cobra vida y se mueve ante nuestros ojos, O'Brien siguió el éxito de “El mundo perdido” con otro clásico, King Kong de 1933. Hace gran uso de la pantalla dividida con los actores en primer plano mirando dinosaurios al fondo. Crea una sinergia de movimientos bastante fluidos para las décadas pasadas, los dynos se mueven con fluidez, incluso sus colas, llamativas son las secuencias de peleas entre los enormes animales, impresionantes para su tiempo. Un despliegue cuasi didáctico de seres antediluvianos que pasan por la pantalla como alosaurios, pteranodons, triceratops, tiranosaurios, o un brontosaurios.

Edward Malone (Lloyd Hughes) es un joven al que su novia rechaza hasta que no demuestre ser un hombre valiente en alguna hazaña, encontrando este la solución en una conferencia ala que asiste. Allí el profesor Challenger (Wallace Beery) dice estar convencido de que en algún lugar de las “junglas sin huellas” de Venezuela, los dinosaurios todavía caminan por la Tierra. Esta teoría se basa en unos bocetos que se encuentran en un cuaderno que le regaló Paula White (Bessie Love). Aparentemente, eso es suficiente para Challenger y desafía a cualquier hombre que no le crea a seguirlo a esa misma jungla. Edward es reportero e implica a su periódico a financiar la aventura, se unen un equipo heterogéneo al Dr. Challenger y a Paula, con el aventurero Sir John Roxton (Lewis Stone), el escéptico profesor Summerlee (Arthur Hoyt), el sirviente indio Zambor (Jules Cowes con esa costumbre tan tracista del tiempo como eran los Babyface, pintar los rostros de blancos de negro betún, como si los negros no pudieran ser actores) y el mayordomo de Challenger, Austin (Francis Finch-Smiles).

La cinta tarda en entrar en vida hasta que llegan al campamento base a los pies de la elevada meseta donde se supone está el Mundo Perdido. Donde a los 35 minutos ven los expedicionarios a un dyno volador, Pteranodon (llamándolo erróneamente Pterodáctilo) comiéndose vivo a un joven Toxodon, confirmando ya de facto que los bocetos del profesor White eran reales. Aunque ya hemos visto que les han tirado una roca unos ‘hombres mono’, claro reflejo del llamado ‘eslabón perdido’, que parecen querer guardar de invasores su región. Tendremos una espectacular secuencia de como los aventureros pasan a la meseta mediante un puente-árbol, e interviniendo en ello un Brontosaurio. Tras ello asistiremos a través d ellos ojos de los expedicionarios a varias batallas a muerte entre dynos:... (sigo en spoiler)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
TOM REGAN
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