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Fátima

Drama Portugal, 1917. Tres niños afirman haber visto a la Virgen María en Fátima. Sus revelaciones enfurecen al Gobierno y a la Iglesia, que intentan obligarles a retractarse de su historia. Pero a medida que se extiende la noticia de su profecía, miles de peregrinos acuden a Fátima con la esperanza de presenciar un milagro. Lo que allí experimentarán cambiará sus vidas para siempre. (FILMAFFINITY)
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Críticas 15
Críticas ordenadas por utilidad
16 de marzo de 2021
4 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
De todas las películas sobre las apariciones de Fátima que se han rodado, esta es la que más está rodada desde un punto de vista más humano. La ópera prima de Marco Pontecorvo es una obra más sentimental que religiosa, eso si, sin que la Fe sea menos importante. En esta película no encontraremos ni rayos celestiales, ni mujeres luminosas, ni nada sobrenatural, simplemente un encuentro de lo más humano entre los pastorcillos y la aparición (brillantemente interpretada por la actriz portuguesa Joana Ribeiro) que, aunque no se base al 100% en los relatos de Sor Lucía, da al espectador ese mensaje simple y directo que significaron esos encuentros de 1917.
En cuanto a las interpretaciones, aparte de la brillantez que ya he hablado antes de Joana Ribeiro, las de los videntes, los muy bien caracterizados Stephanie Gil, Jorge Lamelas y Alejandra Howards, es una interpretación majestuosa y bien trabajada, sobre todo la de Gil con el personaje de Lucía, cuya expresividad es una de las cosas que más brilla en la película incluyendo su relación con su madre, interpretada por Lucia Moniz, relación de la que el director quiere hacer énfasis, pero la mejor escena fue la final entre los personajes de Ribeiro, Gil y Moniz, en el que las últimas dos, sin decir casi una palabra, reflejan sus sentimientos, entrados antes en conflicto, pero cuyas expresiones siempre quedarán en la retina del espectador.
José
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18 de octubre de 2021
4 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Fátima (Fatima), película de 2020 coproducida por Estados Unidos y Portugal. Dirigida por Marco Pontecorvo con guión de él mismo, Barbara Nicolosi y Valerio D'Annunzio. Fotografía de Vincenzo Carpineta, con Harvey Keitel, Lucia Moniz, Goran Visnjic, Sônia Braga, Joaquim de Almeida, Joana Ribeiro y Alba Baptista en los papeles principales.

Por inverosímil que parezca fui a ver esta película que en circunstancias normales jamás me hubiera apetecido. Nadie me obligó a hacerlo, aclaro, sólo que lo hice por deferencia a otras personas por las que siento afecto aunque no concuerde en nada en absoluto con su forma de interpretar la vida y la realidad. La película como era de esperarse, es bastante malita. Y no es que el tema determine fatalmente la calidad cinematográfica de una cinta de asunto religioso católico. Me viene a la mente una película como ‘El evangelio según San Mateo’ de Pier Paolo Pasolini. Pero Marco Pontecorvo no es Pasolini y creo que tampoco se acerca al talento de su padre Gillo Pontecorvo.

La anécdota en la que se basa el filme es aquel evento de la supuesta aparición de la Virgen María a tres pastorcitos del pueblo de Fátima en el municipio de Ourém en Portugal en el año de 1917, en plena Primera Guerra Mundial. Con ese telón de fondo y en ese contexto de un pueblo de campesinos supersticiosos, analfabetas y muy religiosos ocurren las sucesivas apariciones de la Virgen que nadie ve, excepto los tres pequeños Lucía do Santos, de 10 años y sus primos Francisco y Jacinta Marto de 8 y 7 años. Y aunque Usted no lo crea con ese endeble testimonio se construyó uno de los mitos modernos más rentables, en términos ideológicos, políticos y económicos para la Iglesia Católica. Baste decir que en el pueblo donde ocurrió el suceso, por supuesto, se construyó un santuario monumental que se ha convertido en uno de los centros de peregrinación y turismo religioso más visitados del mundo (cerca de 10 millones de visitantes al año).

La trama de la película se centra en las consecuencias que las tales apariciones acarrean a los niños videntes y sus familias, en particular en Lucía la más grande de los tres y la que sobrevivió bastante más tiempo que sus dos primos. Las consecuencias fueron de dos clases. Por una parte, el reclamo de las autoridades tanto eclesiásticas como civiles porque se retractaran de las supuestas apariciones; y por otra, el acoso de los pobladores y vecinos pidiéndoles su intervención y la realización de milagros.

Por lo que respecta a la producción, hay que reconocer que la película cuenta con algunos valores. La ambientación, la caracterización y el vestuario de los personajes son buenos y las actuaciones son pasables. Llama la atención la caracterización de la Virgen María; podríamos decir que se trata de una virgen muy ‘fashion’ con vestido de diseñador y maquillaje profesional que le da más un aspecto de modelo parisina que de que de lo que se supone debía representar.

Por otra parte, lo relacionado con las apariciones y los ‘mensajes’ de la Virgen se limitan casi exclusivamente a una consigna: Recen el rosario todos los días. Lo relativo a las supuestas profecías y revelaciones que la Virgen les comunico a los niños videntes están tratados sólo de manera tangencial. En lo que sí se hace énfasis es en el carácter anticlerical de la autoridad civil de esa época en Portugal. Pero se tuvo la precaución (¿o el temor fundado en la ‘corrección política’?), de no tratar la supuesta condena al comunismo que estaba naciendo en ese momento en Rusia y del que la Virgen se lamentaba y llamaba a detener para evitar su expansión.

Al respecto he leído opiniones de espectadores que se lamentan de la tibieza de la película en este aspecto. Supongo que tales individuos esperaban un panfleto anticomunista que avivara la polarización actual que se vive en el mundo. Por el contrario, hay que reconocer que la cinta incluye algunos cuestionamientos tanto a la veracidad de las apariciones como a la manera en la que se manejó, y se maneja, el asunto por parte de las autoridades eclesiástica.

En última instancia, todo se reduce a una cuestión de fe. Quienes no creemos en este tipo de fenómenos nos acogemos a las evidencias y a las pruebas siempre escasas y endebles. Pero, al menos de mi parte, acepto que si hay personas a las que les satisface y creen de corazón en estos hechos; son muy respetables y están en su derecho de creer lo que les plazca siempre y cuando sepan respetar a quienes no coincidimos con su forma de ver las cosas.

Lo que hay que señalar también, a despecho de que haya quienes se ofendan, es que en la mayoría de los casos este tipo de fe tiene su fundamento en el miedo y en la ignorancia de las personas que la practicasn. Pero lo más lamentable no es esto sino los vividores que se aprovechan de la ingenuidad y buena fe de estas personas para llevar agua a su molino. Autoridades eclesiásticas, líderes políticos y empresariales que manipulan y aprovechan en su propio beneficio esta fe para llevar a cabo sus propios proyectos ideológicos y económicos.

En resumidas cuentas, una película que podrán disfrutar los creyentes que aceptan sin cuestionar estos hechos. Pero como obra cinematográfica definitivamente no se salva.

Jesús Magaña Estrada
18/10/21
[email protected]

https://pensaderocritico.blogspot.com/
Pensadero Público
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19 de octubre de 2020
3 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Pueden existir ciertos prejuicios a la hora de ver un film religioso: poca calidad cinematográfica, moralina o una historia pesada y edulcorada. Por eso, el gran logro de Marco Pontecorvo es haber dirigido una película sobre las apariciones de la Virgen en Fátima que pueda gustar tanto a creyentes como no creyentes, ya que hay una buena producción y una aún mejor interpretación.

La propuesta es sencilla y lineal y los hechos se relatan de modo realista, sin abundar en el sentimentalismo pero con emoción. El guion no trata de convencer ni de ocultar la actuación de la Iglesia ni de las autoridades ante los sucesos. En esa línea, el contexto sociopolítico para entender las diversas reacciones está bien retratado, gracias a la ambientación de la cinta.

La narrativa profundiza en el punto de vista de un niño, lo que aporta simpatía y ternura al hilo central –que se ve interrumpido en varios momentos por el profesor Nichols (Harvey Keitel) en unos clips prescindibles pero que pueden dar renombre al largometraje–.

Esta inmersión en el universo infantil funciona muy bien gracias al reparto. Stephanie Gil, la actriz española que interpreta a Lucía, está magníficamente caracterizada y con su sublime actuación es la pieza clave de este proyecto. Su expresividad, su inocencia, sus miradas y su semblante reflexivo hacen que el espectador no se canse nunca de los planos detalle de su rostro, que llena sobrecogedoramente la pantalla. La joven artista es capaz de transmitir a través de un gesto la ilusión o el sufrimiento que supusieron las apariciones para una niña de diez años.

Por otro lado, se incluyen toques de humor que aligeran el drama, fruto de los malentendidos que los diálogos de adultos causaban en los tres pequeños protagonistas. Entre eso y el buen ritmo que se mantiene a lo largo del metraje, el título puede ser atractivo para un público amplio. Con una buena parte técnica, Fátima consigue explicar sin muchas pretensiones el milagro que movilizó a tantos miles de personas a Cova da Iria el trece de octubre de 1917.

www.contraste.info
Revista Contraste
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5 de septiembre de 2021
2 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta película es uno de los títulos sobre las apariciones de Fátima que se han producido con motivo de haberse cumplido en 2017 el centenario de dichas apariciones. Desde los años 50 parecía que nadie se acordaba de rodar una película reseñable sobre las apariciones de Fátima (en ese tiempo se hicieron películas sobre Fátima, por supuesto, pero se trata de producciones menores o para TV nada destacables).

En la década de los 50 se habían estrenado dos películas que, en cierto modo, sirven de referencia para cintas posteriores: "La señora de Fátima" (de Rafael Gil, 1951), española, y la hollywoodiense y famosa "El milagro de Nuestra Señora de Fátima" (de 1952, de la Warner), de la que, pese a ser muy colorida y vistosa, Lucía dos Santos dijo que no le había gustado. Cuando ves una película sobre Fátima resulta difícil no compararla con estas dos tan pioneras.

Esta versión de 2020 es diferente, alternativa, tiene un estilo distinto a las dos susodichas. Tiene más y mejores efectos especiales y buena fotografía, y yo destacaría las conseguidas visiones de Lucía: las escenas de guerra al principio, la visión del infierno y la visión del tercer secreto de Fátima (es decir, el papa del futuro que es martirizado). Estos elementos no existen en las otras dos versiones de referencia.

Lo mejor: las visiones antes mencionadas, la actuación de la española Stephanie Gil en el papel de Lucía Dos Santos, la fotografía y algunas escenas como el milagro del Sol.

Lo peor: se me hizo lenta y larga. Creo que esta misma película con 20-30 minutos menos de duración habría quedado mejor. Tiene escenas más difíciles de entender, a veces hay que andar descifrando qué quiso decir el guionista metiendo una escena concreta. Y la Virgen: tampoco creo que mostrar la cara de la Virgen haya sido buena idea; esto va contra la regla no escrita de este tipo de películas de no mostrar claramente su cara en un primer plano, en todo caso de lejos (se supone que la Virgen es tan bella que ninguna actriz humana puede acercarse siquiera a su belleza). ¿Y no se apareció la Virgen de Fátima sobre una encina? ¿Por qué la representan apareciendo sobre el suelo, a la misma altura que a los videntes?

Creo que fue una elección decente para esta tarde de domingo. Un 6.
TerenceBud
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22 de mayo de 2021
2 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Uno que no cree en otro milagro que el de seguir vivo en condiciones razonablemente aceptables un día más, ha pasado un rato entretenido con esta notable producción entre USA y Portugal sobre esta aparición Mariana en el centro de Portugal a principios del siglo pasado.

Comienza el asunto de forma prometedora con un encuentro entre los personajes que interpretan con sobrada solvencia Harvey Keitel y Sonia Braga que desafortunadamente nos deja con la miel en los labios mientras saltamos en el tiempo a  1916-17 para que de forma ortodoxa y para todos los públicos, creyentes o no, Marco Pontecorvo nos ponga en el contexto social de unos hechos que el director no juzga pero que utiliza en pos del interés dramático, dejando entrever la enorme presión política sobre los hechos de un Portugal republicano y oficialmente laico aunque la monarquía seguía arraigada en el campesinado. A dicha presión hay que sumarle la social y de la iglesia y uno apenas puede imaginar como ello pudo influir en esos niños y su entorno familiar.

El caso es que el misterio dio sus frutos espirituales y económicos hasta nuestros días. La película nos invita a seguir interesados fuera ya de las pantallas sobre las famosas profecías, cumplidas o no y ese "sol danzante" que cada cual explica según su razón o su fe. Notable la elección del casting y la interpretación de la joven española de 14 años Stephanie Gil, mucho más agraciada que la Lucia dos Santos original y a la que habrá que seguirle la pista
.
Al final uno siempre se mosquea con esa manía de los dioses, sea cual fuere la religión que se empeñan en que suframos y ofrezcamos sacrificios propios o no para que no se enfaden con nosotros. La razón y la fe acaban siempre de la mano porque de que otra forma sería llevadera la vida si nos atenemos a lo que nos dicta la razón. La fe es el clavo ardiendo al que nos agarramos sin pensárnoslo dos veces.

cineziete.wordpress.com 
ELZIETE
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