Hostal Royal Manzanares (Serie de TV)

Lina Morgan y su pierna que desafía toda lógica articular no es que sea antigua; es jurásica, o por emplear un término más contundente, viejuna en el mal sentido. Pocos humoristas han envejecido peor en sus planteamientos, y ese producto de prime time, ese caballo ganador que nos proponían desde un decorado de mágica teatralidad (es decir, desoladoramente cutre) era algo caduco y demodé años antes de su estreno. No hacían mucho para remediarlo sus colaboradores, que en un casting inextricable (el metro, carromatos por los caminos...) juntan a figuras de primera línea (por el final) de la talla de Anita Obregón, en una orgía de buen gusto y risas que nacen del bajo vientre, o más abajo si me apuran. El otro día ví que habían sacado la serie en DVD, y me extrañó, porque los discos de baquelita me parecen un formato mucho más apropiado, o incluso para el fonógrafo ese que ha inventado el tal Edison...

Me gustaba mucho esa serie... era un momento para olvidarse de los problemas y pensar en algo tonto, como para evadirse de la realidad. Extraño un poco no verla. No puedo creer que esté tan mal valorada. Dejando de lado las actuaciones, la escenografía, etc, la serie en sí era muy buena, muy cálida. Tal vez tenga tan buen recuerdo porque en aquel momento no la estaba pasando bien y ver "Hostal..." siempre me hacia sentir un poco mejor.

Confieso que no he vuelto a ver la serie desde que era peque. Y aunque no recuerdo ningún chistecillo ni ningún diálogo concreto, todavía recuerdo que me hizo reir y sonreir.

Y es que no lo puedo evitar, siempre me ha gustado el humor que llevaba a cabo Lina Morgan tan inocentón como entrañable. La serie era Lina Morgan que me caía bien y me hacía reir, ella era la que salvaba la serie del desastre total (bueno, recuerdo también un tal personaje de Filo que también era divertido).

Porque la serie era malilla con chistes fáciles y secundarios bastante malos (de los que solo recuerdo a Lolita que hacía de una cleptómana con mucho salero y a un universitario de la tuna que por aquel entonces me parecía que estaba bastante bueno). Pero era divertida y tenía gracia que era lo único que pretendía.

En definitiva, una serie muy castiza de chistes fáciles solo apta para los fans de Lina Morgan (creo que es de lo mejor que ha hecho).

Lo mejor: Lina Morgan
Lo peor: La mayoría de los secundarios (Anita Obregón, Mónica Pont, etc.)

Esta es de esas series que siempre recordaré como una de mis favoritas.

Sobre todo por Lina Morgan la actriz española más graciosa, con más arte y con mayor capacidad para hacer reir al espectador. Hoy en día las que van de humoristas o actrices cómicas como Anabel Alonso o Yolanda Ramos son muy inferiores a Lina Morgan.

Es de las mejores pruebas para ver que las series de hoy con más tecnología son peores de las que había antaño.

Con sus desvarios de enamorada inocente y algo paleta esta serie gustó a muchos de la generación de Lina Morgan. Simplemente correcta y valorada en su conjunto se me hizo larga aunque no por ello incomible. Tenía momentos graciosos y otros repetitivos. Lo mejor por supuesto la actriz con su registro tan especial, el resto, dejaba mucho que desear.