Muerte súbita

A estas alturas qué voy a decir yo de mi adorado Van Damme. Que la gente hable, que hable y suelte por la boca lo que le venga en gana, que no por mucho insultar se tiene más razón. Ya sabemos que «cierto» cine de acción está vapuleado y desprestigiado hasta el más completo absurdo, como es el caso.

«Muerte súbita», en un claro paralelismo con «La jungla de cristal» pero sin ser una copia como algunos afirman, funciona por sí misma a base de un protagonista con el carisma y la fuerza de Jean-Claude Van Damme, un escenario irrepetible en un estadio de hockey repleto de aficionados y un grupo de secuestradores con un líder que es mucho más de lo que aparenta. Alguna que otra sorpresa en la intriga, amor incondicional representado en dos hijos que ven a su padre como un héroe antes de convertirse en héroe, en especial la niña, que te roba el corazón por dulce, cariñosa y por tener tanto carácter; y unas buenas y claras (¡sobre todo claras, por favor!) secuencias de acción, con patadas y variopintos ingenios para luchar contra el enemigo.

Genial esa fusión de deporte y lucha, con un partido en el que, sin que nadie lo sepa, se están jugando más que una copa. El desenlace es tenso, in extremis, y a algunos les parecerá mucha fantasmada que McCord se cuelgue por el techo del estadio, pero hay que reconocer que está muy bien pensado, así como cada uno de los pasos del guión, donde, como ya se ha comentado, todo tiene sentido.

Me ha encantado. Para disfrutarla de principio a fin y pasar un rato entretenidísimo. Fuera prejuicios.

Todo lo de esta película está ya muy visto, otro plagio de "La jungla" (tras "Alerta máxima" y antes de "Air Force One"), pero está bien hecho, no he visto todas las pelis de Van Damme (recuerdo a un colega mío del instituto que le molaba, creo que era amor verdadero) pero esta debe ser sin duda la mejor, con magníficas escenas de acción, un ritmo que no decae, un escenario sugerente (ese estadio repleto donde nadie se entera de lo que está pasando, me pregunto si alguna vez habrá pasado algo así) y ese villano genial que compone Powers Boothe (un actor que mejora todo lo que toca).
Como siempre, los agentes de la ley son presentados como unos cazurros que no se enteran de nada, no saben ni disparar y caen como moscas (impresiona la escena en que los malos les "devuelven" 4 de ellos acribillados en una vagoneta) y el héroe debe arreglarlo de la única forma posible, a palo limpio (también es buena la escena de la pelea con el pingüino gigante), todo por salvar a su niña. Ideal para pasar el rato, Peter Hyams casi nunca defrauda.

He aquí otra de las mejores películas de Jean-Claude Van Damme. Ya que el argumento aunque no es muy original, divierte desde el principio poco a poco, no llegando a aburrir jamás. No me la pierdo cuando la echan por la tele ya que es de mis pelis preferidas, no sólo porque sea de Van Damme (que soy fan suyo) sino por el genero que es. Por supuesto los actores son geniales, guión estupendo, acción a tope ... La peli es bastante recomendable si no la has vistó y eres fan de Van Damme ya qué a mí me encantó por lo guay que es (seguro que se convertira en una de tus favoritas de este actor)

Después de los buenos resultados en taquilla de Timecop, actor y director volvieron a trabajar juntos en esta vulgar cinta de acción que supone la enésima variante de la Jungla de cristal. En esta ocasión, Van Damme encarna a un bombero que trabaja en el estadio en el que se está disputando la final de hockey sobre hielo a la que asiste el vicepresidente de los Estados Unidos. Un grupo terroristas capitaneados por Powers Boothe, asalta el lugar y toma como rehenes a las máximas autoridades. Siembran de bombas el recinto y amenazan con hacerlo estallar y matar al Vicepresidente si no se les transfieren determinadas cantidades de dinero. Vann Damme será el encargado de pararles los pies porque además, se da la circunstancia de que sus hijos están viendo el partido.

Hasta el final la película tiene las típicas escenas de acción con tiroteos, peleas y explosiones. Sin embargo, el final es disparatado hasta lo absurdo. De todas formas si vas en busca de acción sin pretensiones la película tiene un pase.

Sin duda nos encontramos ante uno de estos (muchos) actores que pese a su gran popularidad, despiertan un odio acérrimo en unos cuantos espectadores. Si no, no me explico que invariablemente sus películas sean catogadas de castañas, independientemente de su factura. Desde luego, Van Damme tiene unos cuantos trabajos flojos, sobre todo últimamente, pero no podemos negar que dentro del espectro que va de la acción a las artes marciales tiene otras tantos más que dignos. Este es el caso de "Muerte súbita", película entretenida y espectacular pero también intimista, que me dejó buen sabor de boca en su momento y que el paso de los años no la ha perjudicado para nada.

Tal vez se le pueda echar en cara su mimetismo con "La jungla de cristal", en especial la original de 1988, a lo que añado yo que sea algo previsible y que no haya una chica para este esforzado bombero, Darren McCord (Jean-Claude Van Damme). Por lo demás, acción y peleas constantes, alguna un poco friqui con la mascota ésta, en las que dar rienda suelta a alguna que otra patada superchula. Además la historia está bien construida, pese a que pueda parecer lo contrario. Por último un malo glamuroso y unos niños, muy graciosa ella con esas gafas y la gorra en plan Arale, que te conmueven por su obediencia, fe y confianza en su papá. Es que cuando hay valores, se nota para bien.