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El profesor (Detachment)

Drama A un instituto lleno de alumnos problemáticos y con unos resultados académicos muy bajos, llega Henry Bathes, un profesor sustituto que posee un auténtico don para conectar con los alumnos. Pero Henry prefiere ignorar su talento. Al trabajar sólo sustituciones, nunca permanece bastante tiempo en un instituto como para mantener una relación afectiva con sus alumnos o sus compañeros. Cuando llega a este instituto donde una frustrada ... [+]
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Críticas 108
Críticas ordenadas por utilidad
31 de octubre de 2012
19 de 23 usuarios han encontrado esta crítica útil
¿Qué se hizo de Tony Kaye? De hecho, ¿quién es Tony Kaye? Por partes. Empezando por lo básico, y haciendo un poco de memoria, el nombre corresponde a aquel director que hará ya catorce años sorprendió con su rabiosa irrupción en el mundo del cine. A este reputado documentalista, la fama no le llegó hasta el estreno de 'American History X', un título que, al principio entró en las salas de cine sin hacer excesivo ruido, pero que poco a poco fue creciendo con el siempre efectivo boca-oreja. Con estilo y siempre permitiendo que el contundente guión firmado por David McKenna mostrara todo su poder, Mr. Kaye se presentó a la comunidad cinéfila como uno de los talentos más prometedores de aquel entonces, justo cuando amenazas como el ''efecto 2000'' empezaban a rondar por nuestras cabezas. Cómo pasa el tiempo...

Ahora la primera pregunta: ¿Qué se hizo de Tony Kaye? Pues siguió con su carrera artística, marcada por más documentales, más vídeos musicales y sí, más largos de ficción. Ninguno de ellos gozó de la comprensión en el sentido del riesgo necesario por parte de la maquinaria distribuidora, con lo que permanecieron bajo la triste sombra del olvido. El que por el contrario sí ha conseguido llegar a nuestras salas (hecho que siempre es motivo de celebración) ha sido 'El profesor' (traducción facilona -una más- del original 'Detachment'), título cuyo desembarco comercial cabe atribuir a dos factores. El primero es la conocida como ''táctica Malick'', es decir, conseguir un cartel repleto de grandes nombres. Miembros distinguidos del star-system que no acostumbran a dejarse ver por los círculos independientes -o alternativos-, y que quizás por esto llama todavía su particular reunión.

El segundo factor es evidentemente la calidad, requisito presuntamente sine qua non para que alguien vea potencial comercial a la propuesta. Se supone... Llegados a este punto, es hora de mojarse entrando de lleno en los terrenos de la siempre peligrosa subjetividad, pero antes de que ésta se apodere de este análisis, nunca está de más recordar que, afortunadamente, siguen existiendo películas que se resisten a dejar indiferente a quien tiene la suerte -o todo lo contrario- de verlas. Desde sus primeras secuencias, 'El profesor' reivindica este papel, lo cual es por definición un arma de doble filo, al jugar ésta constantemente con emociones extremas -más que fuertes- y renunciar a la tibiedad de aquello que puede satisfacer a todo el mundo.

Quizás ésta era la única táctica a seguir, al centrarse el director en un tema con el que, efectivamente, es para echarse a llorar... y a patalear... y a romperlo todo. Una muy acertada viñeta de una publicación científica mostraba a dos ardillas en su guarida. Una estaba regañando airadamente a la otra, ¿por qué? Porqué la muy imbécil había estado perdiendo el tiempo inventando un rompenueces. ''¡Idiota! ¡Lo que necesitamos son nueces!'' Correcto. De abrirlas ya se preocuparían luego, cuando llegara el invierno. Se trata quizás de una de las mejores parábolas sobre lo injustamente maltratados que están ahora mismo activos en realidad de valor calculable como la investigación, el desarrollo... y claro está, la educación. De la pública, mejor ni hablar. El drama se intensifica cuando pisamos suelo estadounidense, donde la privatización de todos los servicios es algo parecido a una religión.

En este mismo país se halla un instituto cuyo nombre es lo de menos, pues su caso, más que ser representativo, es una de las muchas muestras de la triste realidad de un sistema que quizás se esté viniendo abajo. Las aulas de dicho recinto van a conocer a Henry Bathes, un nuevo profesor, un sustituto que, al igual que aquel apuesto joven de pelo oscuro y rizado que en su día enamoró a Lisa Simpson, sorprenderá tanto a alumnos como a compañeros de profesión por sus amplios conocimientos en literatura, pero sobre todo por su entrega total a una causa que parece perdida. Con un formato cercano al documental, ligeramente cercano al de Laurent Cantet en la magistral 'La clase', Tony Kaye combina un estilo directo y sin concesiones con las confesiones personales de varios maestros, la mayoría de los cuales está al punto del colapso debido al desgaste de su trabajo.

El menosprecio hacia la disciplina y el respeto hacia la autoridad por parte de unos menores que quizás se fijan demasiado en los mayores; deficiencias en la financiación debida por parte de unos entes que creen más en la inmediatez de las ventas de terrenos que no en los beneficios a largo plazo que lleva implícitos toda buena formación; la pérdida de fe del propio sistema educativo en que vaya a revertirse su trágica dinámica... son todas ellas -y muchas más- explicaciones suficientes para instaurar en el ambiente un fatalismo del cual es imposible salir. Como en el famoso relato de Edgar Allan Poe, ''La caída de la casa Usher'', todos los elementos presentes en la historia tienen la misión de poner su granito de arena a la hora de construir un sentimiento firme de melancolía... para poco después proceder al derrumbe.

La diferencia está en las formas. Lo que con Poe era sutileza y perfecto control sentimental, aquí es -para bien y para mal- poesía sucia, iracunda y sí, pasional. Ya no hablamos de melancolía, esto es un estado generalizado de depresión de caballo del que no se escapa sin darle caña a la droga dura. Kaye propone un drama que convoca para la ocasión espíritus tan incontenibles como, por ejemplo, el de Alejandro González Iñárritu o el de Lee Daniels: todo induce a la lágrima y no hay ni un solo resquicio a través del cual pueda siquiera intuirse el más mínimo rayo de esperanza. La caída -al vacío- empieza desde el minuto cero... y ésta no termina ni después de los títulos de crédito finales.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
reporter
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26 de marzo de 2013
27 de 44 usuarios han encontrado esta crítica útil
El profesor (2011) en una frase:
"Estamos ante un videoclip de karaoke retro-future hablado que aburre por su cantidad ingente de clichés y efectos típicos de telefilm pseudo-indi de sobremesa". Toma esa, ni Jordi Costa, nene.

Por clichés entendemos: Negro adolescente agresivo. Alumnos que dicen caca-culo-pedo-pis en versión 2.0. Alumna (tiene que ser chica) obesa con dotes artísticos, rechazada por doquier, menos por el fantástico profesor. Profesores al borde del suicidio. Algunos rozan el patetismo. Con Lucy Liu tuve que apartar la mirada. Protagonista con madre alcohólica, base de su desapego. Desapego construido con voz en off, tedioso, adolescente, banal, superficial. Lejos, pero que muy lejos, del citado Camus. Abuelo moribundo, que se mea encima, que se encierra en cuartos de baño, que no reconoce a su nieto. Relación paterno-filial de protagonista con joven adolescente que se prostituye. Ella la chupa. Él la salva.

Incluso con todo este cuadro podría sorprender y ser una buena película, pero no. Los personajes no van mas allá del rol que juegan. Figurantes con frase y poco mas. Modelos en un conjunto tramposo. La sobrecarga musical y el montaje dan fe de ello. ¿Algo tan exagerado será aposta?

En fin.
Un cliché deja de serlo cuando te sorprendes por lo mucho que ignoras.

En spoiler cito cuatro películas (y una lectura) de manual con relación a Detachment para disfrutar.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Rodolfo Lasparri
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9 de diciembre de 2012
10 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Impresionante relato de la educación americana, retrato fatídico del perdido alumnado, del devastado profesorado, de una ruinosa micro-sociedad narrado explosivamente -interpretación magnífica- por un Adrien Brody que realiza uno de sus mejores papeles. Con la oportuna y acertadísima lectura final del poema de Poe, se nos muestra una historia de gran desesperación y crueldad, de una frialdad inimaginable, del hundimiento de toda moral y esperanza que uno pueda albergar; sólo un tenue y mínimo rayo de luz es observado al final de esta terrible descripción del gran vacío y ahogamiento que todos, en algún momento de nuestras vidas, hemos arrastrado y soportado. Impactante dolor emocional, devastada soledad, amargura impotencia, un excelente guión muy complicado de visionar por la seguida desgarradora que muestra, que nunca acaba y que va a más, por el impacto que te produce tanto suplicio, aflicción no resuelta que se agrava por momentos. Cruel, brutal y despiadada, retratos de corazones tristes, pésimos y deprimentes ofrecidos sin protección alguna, totalmente desnudos y vacuos, vacíos de expectativas e ilusiones, rotos y humillados, sin escape, sin saber cómo salir o a qué rama cogerse. Emocionante y sensacional película sobre el ser humano, asolada exposición de la "nada" más profunda con la primordial perspectiva de no rendirse, de levantarse cada día y seguir caminando, de superar las amargas tentaciones de explotar y encontrar la felicidad en las pequeñas cosas. Un genial largometraje, con increíbles interpretaciones, que te supera emocionalmente, que te arrastra con ella y con grandes momentos de respiración dificultosa; una pequeña joya diamantina que se siente y disfruta completamente.
lourdes lulu lou
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26 de abril de 2013
12 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una historia narrada a fragmentos donde la composición de personajes queda desdibujada por una trama que no conduce a ninguna parte.

Adrien Brody resulta brillante, y gracias a su soberbia interpretación la película en su conjunto se aleja del desastre. En algunos instantes quiere parecer dura, intentando golpes de efecto con la historia del abuelo que no aporta absolutamente nada pues el perfil de su protagonista ha quedado sobradamente delimitado con anteriores escenas... Se nota que Brody es uno de sus productores y de ahí su entrega creyendo en un producto lamentablemente olvidable en cuanto terminas el visionado. Un generoso 6
LEUGIM
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28 de noviembre de 2012
9 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Detachment” (‘El profesor’) te invita a entrar en su historia de manera muy diferente a lo que estamos acostumbrados normalmente, y es que su director Tony Kaye hace de su película una película independiente, rozando la Serie B por la simplicidad, pero a la vez compleja, manera de contar su historia. Entre cambios de planos muy rápidos y secuencias de estos que pueden resultar difíciles de interpretar por los espectadores, Kaye consigue una narrativa cinematográfica con gancho. Por otra parte, la actuación de Adrien Brody hace quizás la mejor interpretación desde su aparición en “El pianista”, al igual que en esta cinta, Brody juega con sus sentimientos y emociones bien interpretadas en cada escena, dándole un papel fundamental a estas para que el espectador sienta esa punzada que el guión quiere dar en la conciencia del público. Una película que dejará pensativo ante lo que se trata de explicar, una punzada en el cerebro para la posterior reflexión. (Eduardo Márquez de Film Magazine Digital)
Eduardo Marquez
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