Beautiful Boxer

A ratos la trama, aunque sencilla de seguir, resulta estirada, no parece que avance por resultar muy deslizante (es como sentir que te pasan por la cara un pañuelo de seda: agradable, sutil, elegante, pero a la vez te crea un pequeño foco de desesperación deseando que vaya más rápido para que no te haga cosquillas).

No recomendable para gente sensible (por los combates de Kickboxing tailandés, dirigidos con mucho acierto, todo hay que decirlo, y por la sociedad que ridiculiza al travesti que pega hostias), que busque algo tipo Bruce Lee (se pueden aburrir intermitentemente, ya que se intercala casi de continuo combate y vida personal, muy sentimental, del prota), amante del cine comercial u odiante del cine oriental.

Aunque México sea un país donde la diversidad sexual tenga tendencia hacia la "apertura", continúa estancado en tratar el tema de la homosexualidad, la transexualidad o el travestismo con reservas. El hecho se menciona por la manera de postergar la emisión de cintas por televisión abierta (canal 22) con este contenido a horarios muchas veces inaccesibles (Lunes de madrugada), aun cuando la cinta se torne bastante moderada e incluso respete los "valores morales" de ciertos grupos indispuestos al cambio.

Creo que canal 22 estando en manos de un gobierno conservador no termina por embonar con el cambio social visto en las calles, para ese caso las izquierdas están más dadas a aceptar la diversidad (con matrimonios, adopción, etc.) y hoy a través de otras voces (Canal 11 y CadenaTres) que no se jactan de tener una sección en específico para dicho tema, son más audaces al presentar las cosas con una fidelidad que por momentos sí llega a escandalizar.

"Beautiful boxer" resulta ser una historia bastante aceptable, con el objetivo claro de mostrar las desavenencias de un chico con otra preferencia –por momentos recuerda a "Mi vida en rosa"–, sin embargo la situación le cambia su postura inerte con la posibilidad de probar su fuerza y habilidad dentro del cuadrilátero y hacer valer su voz al precio que cueste. Con el recurso de flash-back su protagonista se remite a la niñez y juventud, en las que inevitablemente se abordan el bullying de la que es objeto, el desconcierto en el entorno familiar y por supuesto ese gusto por todo lo relacionado con el género opuesto.

El actor principal vive una metamorfosis física que no se devela de inicio, estratégicamente dejan que el espectador vaya observando los cambios físicos y comprenda la posibilidad de incursión de un travesti en un deporte rudo como el kick-boxing. Peleas de ring, motivos y convicción por un objetivo claro, son parte de lo que se podrá encontrar dentro de esta película bastante afortunada.

Voy a empezar por lo que menos me ha gustado, para terminar con lo positivo de la película, porque me gustaría que si alguien lee esta crítica, sin haberla visto, se le despierte el interés por verla, con la conciencia de que no les engaño y les oriento a ver algo que vale la pena, aunque sin exagerar. Es demasiado dulzona en la exposición de los hechos de un ambiente que, seguro, es mucho más cruel con la homosexualidad y todo lo que pueda relacionarse con ella. Además no me parece bien que no haya ninguna insinuación a alguna relación con algún hombre, solo se limita a una especie de amor platónico con un compañero de campamento. Por lo demás, si el cine tiene que ser un espectáculo de imágenes y sonidos, esta película alcanza la categoría de buen cine. Te gustará o no el tema, pero hay que reconocer que el director ha sabido encontrar las imágenes adecuadas para contarnos cada secuencia de esta vida, basada en una vida real. La fotografía, en exteriores o en interiores, es perfecta, con una iluminación que hace resaltar los elementos que forman parte de la historia: maquillaje, pantalones de deporte, camisetas, torsos desnudos, árboles (estamos en Tailandia) y me parece muy acertado utilizar imágenes, en especial de los entrenamientos, como sombras recortadas en un paisaje, al mismo estilo de las hermosas sombras del teatro tailandés. El montaje es extraordinario, especialmente en las peleas de boxeo tailandés, dándonos a entender solo con imágenes cuales son las reglas de este deporte, mientras nos hace disfrutar de la intensidad que sin duda este deporte posee.

"Sé fiel a ti mismo y serás como la noche que sigue al día, ya que no engañarás a nadie". William Shakesperare.
Éste es el mensaje de la película, algo que nos recomiendan la filosofía, psicología, historia, etc.
La película nos hace dar un paso más en conocernos a nosotros mismos y querernos tal y como somos.
Y además de este mensaje fundamental, la película está tan bien hecha que aunque no me gustan los deportes de lucha, dan ganas de hacer kick-boxing.

Tiene este filme una curiosa mezcolanza entre la estética asiática y un guión de superación al más puro estilo americano. Aunque la historia que se cuenta no es en absoluto la que Hollywood nos suele traer a escena. Tiene un gran valor testimonial, basada en la historia real de un luchador de Kikboxing que quiere ser mujer, que es travesti, y conciliar su identidad sexual con los estereotipos marcados en un mundo tan varonil como el de la lucha, es ya un punto más que suficiente como para que la película enganche de por sí, si a esto le sumamos algunos detalles de fotografía preciosos y la plasticidad de algunas escenas de lucha con una cámara lenta que muestra al detalle la belleza intrínseca de algunos de los movimientos violentos que ejerce ‘la’ protagonista, tenemos ante nosotros un buen film, aunque quizás no lo suficientemente aprovechado. Hablaba al principio de que el director utiliza en parte la estética colorista y plástica de las películas asiáticas, pero no lo suficiente, la belleza de la imagen queda quizás en un segundo plano y no consigue transmitir del todo ese mosaico de virtudes que nos da el cine asiático a veces, es ante todo la historia de superación personal la que conmueve, no la propia realización del filme donde vemos a un director un tanto torpea veces pero con una gran historia entre manos. En ocasiones, un tema de tanta trascendencia y tan pocas veces utilizado en el cine (todavía puede ser un filón para cualquier director) está tratado de una manera sensiblera. A veces tira de tópicos, del flashback para introducir la biografía, de escenas de maquillaje entre ‘chicas’, de un protagonista ‘delicado’ que se supera a si mismo, de música lacrimógena, pero en definitiva retrata bien la vida real de este boxeador y le confiere su importancia. El reparto tanto del protagonista como de los secundarios, es más que aceptable. Pero pese a sus carencias formales y su tono blando y complacientes, Beautiful Boxer pasa por ser una película que cumple el objetivo de retratar una realidad, enganchando al espectador, sumergiéndonos en mil detalles de su vida y mezclando el drama personal del protagonista con algunos apuntes cómicos que hacen que supere la prueba de encandilar al espectador.

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