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El león duerme esta noche

Drama Sur de Francia. En la actualidad. Jean, un actor veterano atrapado por el pasado, se instala en secreto en una casa abandonada donde hace tiempo vivió Juliette, el gran amor de su vida. Un grupo de amigos descubre la misma casa, la localización perfecta para rodar su siguiente película de terror. Jean y los niños terminarán encontrándose cara a cara finalmente. (FILMAFFINITY)
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Críticas 10
Críticas ordenadas por utilidad
29 de agosto de 2018
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
¿Les he contado en alguna ocasión mi cada vez más creciente aversión a los títulos trampa?.
¿Les he contado alguna vez la facilidad que tengo para dispersarme?, ya lo intuían mis maestros de aquellos entonces cuando el vuelo de una mosca era más interesante para mí que la explicación de la raíz cuadrada que me estaba ofreciendo D. Francisco “Hootkloock” al que tanto le debo. Ya me he vuelto a ir. Cachis¡¡¡¡¡Les hablaba de los títulos equívocos, al menos para mí, y en el reparto de esta semana, me ha tocado “El león duerme esta noche”, (cómo todas pensé yo¡¡¡¡, vaya noticia), pero no, una vez más mis presagios se tornaron certeros cuando vi que esta película nos cuenta la historia de Jean, un actor que vive en el pasado y con la única compañía de su soledad, se instala furtivamente en una casa abandonada en la que vivió su gran amor llamado Juliette. El problema es que la misma casa han decidido utilizarla un grupo de críos, aprendices de cineastas, que descubren el ambiente y la decoración perfecta de su próxima película de terror.
Jean-Pierre Léaud (Yuki & Nina) y Pauline Etienne (Sage femme) son los encargados de dar vida a Jean y Juliette en Le lion est mort ce soir. Nobuhiro Suwa (Yuki & Nina) es el encargado de dirigir este drama francés.
Quiero entender que el título original le hace más justicia al film. Puedo entender que me quieren contar una historia de declive, una historia de pasar a ser un paria olvidado por una sociedad que fagocita lo antiguo, en todos los sentidos, una sociedad que las cosas de 20 años atrás las entierra como si fuesen una vergüenza haberlas vivido, haber participado en ellas y disfrutar los momentos que nos trajeron.
Para mí tiene un gran problema la película, no la entiendo. No entiendo la relación del título con la historia. Es un problema que tengo, intento ver las películas “normales” con un razonamiento “lógico”, buscando una explicación a la historia. Tengo que aprender a mirar con otros ojos estos títulos que estando muy bien rodados, con unas interpretaciones muy correctas por parte de un plantel de críos que han disfrutado grabando y una historia que a buen seguro les hará pasar un rato muy entretenido buscando al león durmiente. Una historia de cine dentro del cine.
Lo siento, no doy para más. Las metáforas no son mi fuerte, por eso nunca escribí poesía. Los tipos duros no entienden de versos alejandrinos.
Lo mejor: Ver los críos disfrutar con la tosquedad de su historia. Es suya. La mejor.
Lo peor: Que no haya entendido las metáforas. Una lástima.
sargentobilko
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8 de mayo de 2018
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Por mucho que uno ponga empeño y vea numerosas películas a lo largo de cada jornada, es imposible que uno vuelva de Festivales como el de San Sebastián sin que se la hayan escapado algunas películas. En mi caso, un puñado de la Sección Oficial; las perlas son demasiado tentadoras. En su mayoría se trató de películas menores, de esas que no cambia tu vida si no las ves. Pero una de ellas, olvidada en el palmarés por el jurado, fue aplaudida con todo tipo de loas por la crítica. Y medio año después, ha llegado la oportunidad de verla en nuestras grandes pantallas. Hablamos de El león duerme esta noche, primera película en más de ocho años del prestigioso realizador japonés afincado en Francia Nobuhiro Suwa. Película adorada por la crítica especializada y los adeptos del cine de autor más libre y ajeno a las ortodoxias y convencionalismos narrativos. Del mismo ya vi Yuki y Nina, película muy apreciable y tierna pero que tampoco estimé que pudiera cambiar la vida de nadie. Por la sinopsis y aspecto visual, la película que nos ocupa no me invitaba al alborozo. Pero ante tanta fascinación cercana, tuve claro que debía verla, y me sumergí en la oscuridad de la sala tan pronto cómo se estrenó por el temor de que retiren pronto tan anómala propuesta. Y si bien disfruté de esta película y supe apreciar sus numerosos aciertos, esta no llegó a entusiasmarme en ningún momento. Es una película entrañable en sus temas e ingenioso en sus juegos de espejo y metanarración, pero críptica en sus códigos para una audiencia amplia y cercana en múltiples instantes al tedio.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Néstor Juez
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10 de mayo de 2018
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Nobuhiro Suwa ha dirigido títulos como "M/Other", "Una pareja perfecta" y "Yuki & Nina" pero sus films no se han estrenado en España hasta este su último film, que fue un descubrimiento en su paso por el festival de San Sebastián del año pasado. En el sur de Francia, en la actualidad, Jean, un actor veterano atrapado por el pasado, se instala en secreto en una casa abandonada donde hace tiempo vivió Juliette, el gran amor de su vida. Un grupo de amigos descubre la misma casa, la localización perfecta para rodar su siguiente película de terror. Jean y los niños terminarán encontrándose, contraponiendo así ambos puntos de vista como herramienta para entender el paso de la vida. Esta es una extraña muestra de cine de autor en que el protagonista (de mismo nombre que el actor) es un actor que tiene que representar a la muerte y se encuentra con unos niños que le dan un poco de aliento de vida. La película está compuesta de imágenes transparentes que parecen la realidad de la ficción o ensoñaciones y Suwa demuestra ser un director afrancesado. No es casual que el actor Jean-Pierre Léaud haya trabajado con François Truffaut y curiosamente fue el protagonista de la última película de Albert Serra "La muerte de Louis XVI". Léaud está estupendo en el film, bien acompañado por la joven actriz Pauline Etienne, vista en "Eden: lost in music". En la película cobra importancia uno de los niños que se relaciona con Jean, que bien puede ser la persona que heredera del cine que representa el protagonista y aparece un león, un elemento sujeto a diversas interpretaciones. Aunque esta no sea una propuesta fácil de entender, es bella y se ve con agrado.

Valoración: 7,5
Lo mejor: un imponente Jean-Pierre Léaud.
Lo peor: puede causar rechazo al no ser convencional.

https://josh-cine.blogspot.com.es/
Joe Diaz
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21 de junio de 2019
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Jean, un afamado actor de 72 años, rueda en el sureste francés y se encuentra incómodo ante la inminencia de interpretar la muerte de su personaje, y más de la manera que le indica el director: de forma tranquila. Jean, el encuentro con la muerte, lo ve como un combate, que perderá, como todo el mundo, pero que demuestra que no acepta de buena gana el fin de su existencia. El infortunio sufrido por la actriz protagonista de la película, abandonada de improviso por su amante, mucho más joven que ella, y la consiguiente crisis nerviosa que sufre debido a ello dicha actriz, fuerzan a interrumpir el rodaje, lo que aprovecha Jean para acercarse a una localidad rural cercana donde, en una gran casona familiar (ahora casi abandonada, pero que aún le pertenece), vivió durante su juventud, y en cuyo cementerio municipal se halla enterrada Juliette, el verdadero amor de su vida quien murió a los veintitrés años, poco después de que él la abandonase.

Producción franco-japonesa dirigida y escrita por Nobuhiro Suwa, un amante del cine francés, sobre todo del de la 'nouvelle vague'; por lo que no es extraño que esta obra sea un homenaje a Jean-Pierre Léaud quien parece interpretarse a sí mismo. Hay detalles y guiños que hacen suponer que estamos ante tal ofrenda al célebre actor francés, y no solo el obvio de que los nombres propios de protagonista y personaje coincidan, sino también otros como la misma distancia y extravagancia que la que el rol de Jean posee sean las propias que han caracterizado a Léaud durante toda su carrera. Y hay más: el cine dentro del cine, que por dos veces se da aquí, con el que se dio en aquella obra de arte de Truffaut, 'La noche americana', donde Léaud representaba el papel de Alphonse, quien al ser súbitamente abandonado por su novia cae en una profunda depresión y pone en jaque la continuidad del rodaje, el cual se realizó en 1972, el mismo año de la muerte de la citada Juliette, la amada de Jean en esta cinta. Los lugares de ambos rodajes no distan tampoco mucho entre sí. Los diálogos entre Jean y Juliette están extraídos de una obra de teatro de Pierre Léaud, padre del actor.

Centrándome ya en el análisis que nos ocupa he de decir que, a mi juicio, lo mejor son las ideas que se exponen, es decir, el argumento en sí, entre la realidad y el onirismo: El ya manifestado oropel al actor principal; la visión trágica, sin almíbar de ninguna clase, de la cercana, debido a la edad, presencia de la muerte; el cierre de una pérdida, lejana, pero la más importante en la vida del personaje; la contraposición de vejez (con su decrepitud adherida) y niñez, otro verdadero encuentro este además del de con la muerte que Jean tendrá que rodar en breve; y la pasión por el cine. Belleza en lo detallado anteriormente que el guion no llega a manifestar en toda su plenitud, excepto en lo referente a los diálogos de los niños que están muy bien escritos; intercalando, empero, la historia personal del pequeño Jules que parece un añadido innecesario al sentido de la trama. La dirección, siempre fría, tampoco llega a conseguir elevar hasta la altura deseada y esperada el producto, siendo a la vez algo premiosa y falta de un mayor dinamismo que pudo haber obtenido tras pasar por la sala de montaje.
Juan Ignacio
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7 de junio de 2018
0 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es curioso que un director japonés, seguidor enfervorizado de la "Nouvelle vague" trabaje en 2017 con Jean-Pierre Léaud, el actor que dio vida nada menos que al joven Antoine Doinel (Los cuatrocientos golpes). El resultado es casi lo esperado, toda una película de autor fuera de los esquemas convencionales, y no apta para todos los paladares cinéfilos, donde hay que destacar la interpretación sublime de Jean-Pierre Léaud que consigue imponerse a un guión algo confuso e inanimado pero que temina provocando al espectador la eterna reflexión sobre si todo lo visto era realmente lo que hemos entendido.

Lo mejor: La actuación de Jean-Pierre Léaud. ¡Chapeau!

Lo peor: El estilo y la exigencia de la película, con un guión y un ritmo que demanda mucho del espectador.

www.aluCINEando.com
aluCINEando
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