Burt Munro: Un sueño, una leyenda

Muy buena película, agradable, refrescante, sin violencia y con un personaje neozelandés maduro y encantador (Anthony Hopkins), sencillo y común pero con una gran voluntad y un gran sueño: batir un récord de velocidad con una moto Indian de 1920 en Norteamérica, viajando desde Nueva Zelanda. Lo logra y, según parece, aún se sostiene la marca al día de hoy. Cuenta las peripecias, tal vez ficcionales, de un personaje real. Sumamente "buena onda" y bello filme que culmina con las pruebas de velocidad de los vehículos que competían en la época en Salt Flats. Para amantes de los "fierros" y para todo el mundo, sobre la conjunción del "hobby" y la voluntad y la inteligencia humanas, unidos a la simpatía y la admiración que despierta un hombre que es un caso aparte y que, por su origen, los norteamericanos llaman "kiwi". Absolutamente excepcional. Excelentes actores y personajes en una sencilla historia que levanta el ánimo.

Hopkins retrata el alma de un niño que a lo largo de su viaje asimila con toda naturalidad las circunstancias que le rodean desde una cara amable y con ganas de demostrar lo que puede hacer un carenado no tan viejo como aparenta.

Brillante peliculón. Magnífica la actuación de Hopkins. Excelente trama. Original historia tomada de la realidad. Lo negativo la falta de promoción de esta película en algunos países. Historias como estas cambian el mundo de manera positiva. Qué ejemplo de vida.

Independientemente de la mayor o menor verosimilitud de lo aquí contado sobre la vida y milagros de Burt Munro, lo cierto es que se trata de una magnifica, divertida y emotiva película, que te tiene enganchado durante todo su metraje y que consigue subirte a la moto del bueno de Munro, cada vez que la pone en marcha.
Gran actuación de Anthony Hopkins, firme dirección, como no podía ser menos tratándose de Roger Donaldson y magníficamente filmados los veloces e imposibles cacharros.
Absolutamente recomendable y cita ineludible para todo tipo de moteros en general y amantes de las Indian en particular.

Un producto Disney, con bandera de Nueva Zelanda. América perfecta, a excepción de un taxista que no hace más que cumplir con sus obligaciones, y resulta un poco desagradable, el resto de los americanos son de lo más amables y buena gente, y no digo yo que no tenga que ser así, pero no es así como nos lo han enseñado.
Todo es educación y casi todo buenos modales, un anciano tozudo, pero a su vez súper inteligente, quizás se trate de un superdotado, se pasea por medio mundo con una pastilla debajo de la lengua, (aunque solo le vemos un tarro en toda la película), intentando conseguir un sueño.
Anthony Hopkins nos lo hace pasar bien, nos hace ver como las cosas se pueden resolver con buena educación y buenos modales, no hace falta emplear la violencia para hacernos pasar un rato entretenido y agradable, en una historia que no podemos pensar si es mejor o peor, pues se trata de una historia verdadera. Bien contada, montada a un ritmo muy cómodo para el espectador.