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Sin remisión

Drama. Cine negro Después de cometer un atraco en el que su marido resulta muerto, Marie Ellen (Eleanor Parker), una joven de clase media, ingresa en la prisión del Estado. Tras ser sometida a un reconocimiento médico, se entera de que está embarazada. Tras dos semanas de depresión en la sala médica de aislamiento, Marie tiene una entrevista con Ruth Benton (Agnes Moorehead), una superintendente amable y humana que lucha contra los viejos métodos penales. (FILMAFFINITY) [+]
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Críticas 15
Críticas ordenadas por utilidad
22 de julio de 2012
6 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es fácil decir que es una película para mujeres, ya que los hombres no es que salgamos bien parados, incluso se llega a decir; "Estamos aquí por ellos". Pero en realidad hay mucho que aprender de ellas, ya que muestra con entereza como las presas aguantan todas esas penalidades.
Creo recordar que nunca había visto un drama carcelario de mujeres, por lo tanto solo tenía en la memoria escenas de hombres desnutridos y sucios en celdas de castigo como en "Papillon" o "La leyenda del indomable".

La película es oscura totalmente, donde se ve una pequeña luz que entra por la ventana que refleja la libertad al paso del tren, un tren que nunca para...

El personaje de Eleonor Parker entra en prisión siendo una niña de 19 años y va cambiando poco a poco hasta convertirse en una mujer totalmente endurecida.

Para mi es una película muy recomendable tanto para mujeres como para hombres.
Dusty Rivers
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12 de febrero de 2012
7 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Para los que les guste el tema carcelario Sin remisión es una gran película. Cromwell se encarga de que Eleanor Parker ponga su carita más inocente para que se lo digas a todo el mundo que vive a tu alrededor: “Esa mujer es inocente, está clarísimo…”, Así que estás de su parte y te parece fatal que deba sufrir tanto.

Encima te encuentras con una celadora mala, mala de mala ralea, que es además un auténtico peso pesado que acojonaría al mismo Joe Frazier subido en un cuadrilátero. Por tanto la señora Parker no puede estar más desvalida.

Luego todo es de la jaula al comedor, del comedor a la jaula, de la jaula al pasillo… La primera vez que salen en las duchas, Cromwell ordena al cámara enchufar a las pantorrillas de las reclusas en una escena auténticamente provocativa porque no llevan calcetines ni nada, lo que pasa es que no sabemos de quién es cada pantorrilla. También nos preguntamos cómo esa escena pudo pasar la censura. A pesar del tiempo transcurrido desde aquella condena, la película mantiene el tipo.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
floïd blue
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3 de junio de 2015
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Lo primero que hay que tener en cuenta para disfrutar de esta maravilla de película es olvidarse de las comparaciones, recordemos que se rodó hace 65 años, hoy día no nos cabría en la cabeza ver cárceles como las que veremos en pantalla y menos con esos escasos sistemas de seguridad, llevados a cabos por unos escasos vigilantes. Pues aclarado este detalle me meto de lleno en la materia.

Sin remisión nos cuenta la terrible historia de una chica de clase media, que tiene la mala suerte de tener como marido a un ladrón el cual muere en un atraco, donde ella es apresada y encarcelada por cómplice. Dentro de la prisión, llegará con su inocencia y sus buenas maneras a un mundo donde eso no cuenta para nada, palabras como amabilidad, empatía, sinceridad, agradecimiento, brillan por su ausencia. Donde no se rigen por la ley de la comunicación, sino por la de los abusos y los castigos. La suerte de Marie Allen es que se enfrenta a la jefa de seguridad y esto le hace ganarse el respeto de las otras reclusas, incluyéndola en su grupo y protegiéndola de las otras, pero todo por un precio...

La máxima responsable del centro penitenciario, a diferencia de lo que estamos acostumbrados a ver en pantalla, es una mujer muy respetuosa y preocupada por el bienestar de sus reclusas, pero está atada de manos en muchas cosas para poder prestar su ayuda sincera. Por otro lado, debe mantener un pulso diario con la jefa de seguridad, Evelyn Harper, quien está protegida por gente importante de "arriba". Esta si que es cruel y poco permisiva, con una forma de dirigir el centro que raya lo inhumano. El problema de la protagonista se presenta más crudo cuando descubren que espera un niño y del cual se debe hacer cargo algún familiar cercano o lo entregarán a una casa de acogida. Su única oportunidad es pasar el comité de apelación para salir libre o por el contrario, aceptar la propuesta de seguir delinquiendo.

Lo cierto es que la ambientación está muy bien, pero en pocos momentos sufres con los maltratos, ya que esas escenas escasean, creo que se podría haber aprovechado este asunto sin abusar del morbo. El tipo de prisiones con todas las reclusas unidas como en un pabellón militar, pues no me convence mucho, pero como dije al principio, yo no viví en los años 50.

En cuanto a las actuaciones, no me extraña la nominación de Eleanor Parker (increíble la transformación que veremos en pantalla de su personaje) y una Hope Emerson increíblemente real y a la vez natural. De lo mejor de la película sin dudas.

En resumen, gran película de tema carcelario femenino donde se nos cuenta que a veces la vida no te da una segunda oportunidad.
THE CROW
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9 de julio de 2020
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Excelente guión. No por casualidad aspiró a ganar el Óscar. Magnificas interpretaciones. Otra joya semi-olvidada

Su estructura narrativa es similar a obras de teatro filmadas, tiene que condensar la historia y sus protagonistas. Supieron resumir y presentar la trama, yendo al grano, sin caer en disquisiciones bizantinas.
Todo lo que ocurre es grave, serio, tiene consecuencias. Y si algunas de las presas son asesinas, pues son asesinas y dentro de lo cabe, ya se insinuaran sus circunstancias particulares para entender mejor la situación de las prisioneras.
Desde luego los diálogos son fundamentales, y ayudan a ver esa variedad de comportamientos humanos, cuando tantas mujeres condenadas se encuentran juntas y encerradas.
Y las reacciones de las detenidas son distintas ante las tensiones abrumadoras que se dan en la jaula en la que viven.

También aparecen en papeles esquemáticos, pero bien diseñados otros individuos que detentan cierto poder: médicos, jueces, políticos; o que son victimas colaterales tales como parientes (madre, en este caso)

Todas las secuencias están cargadas de sustancia, Resultó la mejor forma para presentar y criticar el mundillo de las prisiones de mujeres, especialmente en la época en que se rueda. Recordando que entonces no existía el tráfico de drogas que a tantas personas ha llevado a la cárcel. Eran otras épocas, otra moral y otras reglas, pero cuando una peli está bien hecha, adquiere un carácter universal que sirve para cualquier tiempo, lugar y condición.

Como crítica, de denuncia de un fracaso social, es excelente. Ese tipo de prisiones y ese trato a las presas, es totalmente repudiable.

Uno de los personajes más importantes, la señora Benton es un rol de lujo para cualquier actriz, el más positivo de este film, que intenta mejorar las cosas, una mujer luchadora y valiente, interpretada por Agnes Morehead quien bordó su actuación, transmitiendo honestidad, ideas claras, amor por el trabajo bien hecho y autoridad (las reclusas le respetan, no por miedo) quien acaba descubriendo que la regla mas importante es no molestar a las autoridades situadas por encima de ella. Sin “Influencias o padrinos” no se tiene poder.
Insinúa que buena parte de los jueces, políticos y altos burócratas son unos parásitos, que van a sus intereses personales, y no son representantes dignos de la institución, que es precisa y paradojicamente injusta.

De factura clásica, mas que revolucionaria o novedosa.
La música de Max Steiner, muy apropiada.
El trabajo de la cámara, en muchas ocasiones, buenisimo. Por ejemplo cuando se ponen a cantar el día de navidad.

Sí que ha envejecido, pero no por mal contada, porque pasa a reflejar situaciones superadas por la Historia, retrata un mundo pasado.
Sin ser sensacionalista es manipuladora en el buen sentido de la palabra (en otro nivel, Alfred Hictchcock también se apoyaba en la manipulación) pero no solo se le perdona, se acepta, sobre todo en lo principal, la denuncia que acusa claramente que de no cambiar el sistema carcelario, nadie saldrá rehabilitada para la sociedad.
Apunta al maltrato, o sadismo, tanto o más que a los castigos físicos.
Se apoya en estereotipos, pero resulta coherente.

La trasformación de la protagonista es una involución, a medida que va mostrando ejemplos, uno tras otro, de las atrocidades que sufren las presas. Al comenzar la película es una Ingenua, también inocente, dulce, joven, y asustada
Trata de una realidad triste, la cárcel como jaula. Terreno fértil para destrozar la dignidad humana. La violencia existe pero sin ser secundario, no es el motivo principal.
Los personajes son mujeres normales en un entorno carcelario: no son ni vedettes, ni heroínas de Hollywood, algunas pueden resultar patéticas, no hay lugar para el glamour (ni siquiera para descargar un poco la tensión del espectador, frente a tanta brutalidad psicológica).

Y cuando aparece un detalle de buenos sentimientos, relacionados con un gatito, también termina mal, con violencia (fisica y sicologica) innecesaria.
Sal Paradise
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19 de febrero de 2020
5 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Las infinitas opciones de futuro que nuestra protagonista podría tener a sus poco menos de veinte años quedan reducidas a la nada una vez pisa el suelo de la cárcel de mujeres a la que entra probablemente sin merecerlo. Los ingleses (y no sólo ellos) siempre dicen que las leyes son las leyes, son cosas que no se discuten y que hay que aceptarlas sin posibilidad de quejarse. Lo digo porque la diferencia entre ser acusada de cómplice de robo de 40 dólares o serlo de 35 la lleva a pisar la cárcel, entre uno y diez años según vaya la revisión del caso. Podrían haber sido unos cuantos billetes menos, pero no, esa fatal casualidad acaba definiendo su futuro.

John Cromwell sabía que estaba enseñándonos una injusticia humana tremenda, de manual, en 1950 y hoy setenta años después, su película es lamentablemente universal. La película es buena por muchos motivos, aunque lo que me parece más destacable es que pocos dramas carcelarios de mujeres se han hecho con tanta sensibilidad. Toda la morralla setentera (y en adelante peor) dedicada a este subgénero específico se hizo con la intención de calentar al personal masculino a través de un erotismo penoso. Aquí el director opta por una estrategia pocas veces vista, para empezar por ejemplo, la directora es una persona que cree en la reinserción. El contrapunto es la siguiente al mando, la arquetípica funcionaria mala malísima, todo un hueso. El choque de titanes no impide que las reclusas acaben perdiendo siempre, una vez tras otra.

Entras con carita de inocencia y sales peor de lo que eras. No queda otra que sentir tristeza por esa involución. Aunque tal vez, sólo digo tal vez, el último tramo se produce con demasiada brusquedad.
Luisito
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