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Kanal

Bélico. Drama Polonia, septiembre de 1944. Los valientes soldados de un pequeño ejército de la Resistencia se ven forzados a ocultarse en los laberínticos canales de Varsovia tratando de escapar de la ofensiva nazi. (FILMAFFINITY)
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Críticas 12
Críticas ordenadas por utilidad
18 de febrero de 2020
7 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Andrzej Wajda aborda esta segunda película de su particular trilogía sobre la guerra con una mirada límpida y desprovista de artificios para presentarnos los últimos días de un pelotón de resistencia en la ciudad de Varsovia, que como todos sabemos quedó completamente destruida tras la invasión Nazi en la II GM.

Sirva esta cinta como homenaje a los caídos, principalmente a aquellos, como los protagonistas del film, que murieron defendiendo la ciudad que amaban sin importar su origen o procedencia y que quedaron atrapados en la imposible miríada de túneles subterráneos que conecta la ciudad bajo su superficie. En Varsovia de hecho existe un complejo conmemorativo en el Monumento al Alzamiento de Varsovia que seguro sirvió de origen para esta película.

¿Y qué nos podemos encontrar, por lo tanto? Un film claustrofóbico, con una oscuridad latente que va haciéndose con el metraje de la obra mientras transcurre inexorable hacia un final que no por menos esperado deja de doler, un grupo de personajes pincelados en diversas escenas como si de un bosquejo se tratara, que derivan entre el horror, el amor, la locura, la ebriedad y ese sentimiento tan humano que es la huida de lo desconocido.

De no muy fácil digestión es altamente recomendable tanto por su valor histórico como por su valentía en el retrato de la condición humana en situaciones extremas.
Luke_Cage
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6 de marzo de 2011
8 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Agobiante, claustrofóbica, demencial. Estos son algunos de los adjetivos que se le pueden dar a la odisea de este pelotón de resistentes que huyen de los alemanes a través de las alcantarillas de Varsovia, una odisea que, como ya nos advierte una voz en off al comienzo de la película, va a acabar trágicamente.

Wajda, en una de sus primeras películas, nos da la medida de la que ya entonces era capaz de hacer. El relato de un descenso (literal) al infierno, del que sólo uno de los protagonistas logrará escapar vivo.

Asombra que en aquella época, 1957, en pleno postestalinismo, se hiciera una película tan trágica, tan triste y desesperanzada. Es verdad que los "malos" son los nazis ( de los que la cinematografía de los países del Este sacó muy buen provecho, incluso más que en Occidente), pero uno, con perspectiva histórica, no puede por menos que sospechar que de alguna manera Wajda quería referirse, de forma más o menos disimulada, a la triste situación política de su país en aquella época, y al asfixiante régimen totalitario que ahogaba toda disidencia.

Para mí está claro que Wajda soportó pero en el fondo nunca comulgó con el sistema político impuesto a su patria durante un larguísimo medio siglo, pese a que bajo él realizó la mayor parte de su filmografía, en la que trató de expresarse dentro de los límites marcados por la censura. Seguramente fue (o es) hombre de izquierdas (como parece confirmar su apoteósica epopeya LA TIERRA DE LA GRAN PROMESA), pero dudo mucho que fuese alguna vez comunista (creo que nunca he visto una denuncia antisoviética tan contundente como KATYN, su más reciente película).

Narrativa y dramáticamente KANAL no tiene desperdicio; la tensión envuelve al espectador desde el primer momento, y no hace sino aumentar, cada vez más agobiante, hasta el triste y desesperanzador desenlace.

Y sin embargo, no soy capaz de darle más que un 6. Ésto es porque, quizás por falta de presupuesto (pero me temo que por ausencia de una dirección artística competente) el entorno no es nada convincente: las ruinas que envuelven a los protagonistas son las de un simple barrio derruido y abandonado, no las de una ciudad destruída por la guerra (para nada nos creemos que estamos en la Varsovia cercada por los alemanes en 1944); los "tanques" que aparecen son de risa, parecen armazones de madera y cartón que en casi nada se parecen a un carro de combate de la época; y los pocos soldados alemanes que aparecen (un acierto en todo caso, el de un enemigo que casi no se ve) llevan equipo y uniformes irreconocibles.

Es una pena, porque nos encontramos en un típico caso en los que un atrezzo insuficiente arruína, al menos en parte, un sólido drama bélico, por lo demás impecablemente conseguido.

Pero Wajda no había hecho más que empezar, y tenía que dar aún mucha más guerra...
PADRE FLANAGAN
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25 de junio de 2017
6 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Impresionante film polaco, magníficamente dirigido por el gran Andrzej Wajda, que aún hoy en día (la vi en noviembre de 2010), sigue teniendo muchísima fuerza dramática e incluso emotiva.
Puede que no tenga tanta vigencia como en su día, pero aún conserva el aroma de un cine hecho con el corazón, con excelentes interpretaciones y un clímax de terror y locura digno de mención.
Estupenda puesta de escena y tan solo los diálogos precisos pero certeros, en una magnífica cinta que fue premiada en su día en el Festival de cine de Cannes (Premio Especial del Jurado).

http://filmsencajatonta.blogspot.com.es
Constancio
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2 de agosto de 2015
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Kanal es una cinta polaca de Andrzej Wajda que cubre un día en la vida de un pelotón de la resistencia polaca en esa misma ciudad ya derruida, en septiembre de 1944. El levantamiento del gueto de Varsovia es importante precisamente porque supuso uno de los grandes enfrentamientos de esta guerra entre polacos y alemanes y una de sus más importantes victorias (temporales). También lo es por lo que significó para el pueblo polaco y judío, al que se le asocia en muchas ocasiones cierta pasividad ante acontecimientos similares, aquellos que pretenden reducir o delimitar su existencia. Anteriormente ya hubo resistencia, pero al recibir por oeste y por este, y en diversas ocasiones, posiblemente les resultó difícil organizarse. En cualquier caso, la historia de Polonia ha convertido al país en uno de los más singulares a la hora de hablar de penalidades y dificultades, sobre todo por situación geográfica europea, pero también por religión.

Kanal nos cuenta la huida de un grupo de soldados rebeldes en Varsovia, su huida a través de las alcantarillas. Es el fin de la lucha y todo está perdido. Asistimos así a la desesperanza, a la tragedia. Desde el primer minuto de metraje se nos avisa, no podemos sorprendernos. Cuando ordenan retirada, cada uno escapa por su lado y como puede, en busca de oxígeno. Mientras, la ciudad, la superficie, es asediada por bombas y rodeada por tanques alemanes. La trama es previsible a propósito, lo interesante es recordar a los caídos realizando un film de calidad, con una atmósfera oscura y por momentos bastante claustrofóbica.

Kanal recibió el Premio Especial del Jurado en Cannes en 1957, el mismo año que lo recibiría El séptimo sello (ex aequo), de Ingmar Bergman. Por esta misma circunstancia, resulta sorprendente comprobar que después de tantos años El séptimo sello goce de tanta fama y reconocimiento y en cambio tan poca gente se acuerde de Kanal. En ambas películas la muerte está muy presente, pero la principal diferencia –de muchas- que percibimos en Kanal con respecto a la cinta de Bergman está en el movimiento. Otra diferencia que tienen en común es el horror, productor de tristeza. La primera cinta nos acerca a la última gran guerra que azotó el mundo y cuyas huellas aún persisten hoy en día, también ideológicamente; la segunda retrata un periodo de la Edad Media castigado por la peste. Durante la Segunda Guerra Mundial se calcula que murieron 60 millones de personas (y eso siendo optimistas), la peste negra acabó con la vida de 75 millones de seres humanos, aunque bien es cierto que necesitó de más años que la guerra para esparcir su veneno. Por lo demás, son películas tan diferentes que resulta arriesgado compararlas entre sí, así como comparar datos sobre guerras y pandemias.

Cinco décadas más tarde, Wajda realizaría Katyń (2007), película que relata la masacre de mismo nombre, en concreto el asesinato de miles de oficiales polacos a manos de la policía secreta rusa en 1940. Los acontecimientos de Kanal se dan en septiembre de 1944 e incluyen además a mujeres y niños, pero, en cualquier caso, y mires donde mires, te encuentras con que el mundo está lleno de malas personas y actos terribles, de angustia, injusticia y muerte. En realidad se me hace hasta costoso intentar asimilar cuánta concentración de maldad hubo a lo largo de esos años. Wajda se esfuerza por recordarlo, aunque lo hace honrando a la memoria de los polacos fallecidos en la resistencia y creando una sensación de malestar en el espectador, de cierto dolor. Un lamento por los exterminados, los de la otra mejilla y los héroes… los héroes de la tragedia que saludarán a las generaciones futuras, como dice uno de los soldados.

Ahora, es verdad, las nuevas generaciones ven, desde sus salas burguesas, varias estatuas que les rememoran. Rememoran a quienes se enfrentaron a sus invasores y perecieron frente a ellos, también a quienes asumieron el destino de sus despiadados enemigos. Ante el mortífero vecino, unos pensaron que un gueto era mejor, que un tren era menos arriesgado, que un campo de concentración era más seguro. Aquellos que se enfrentaron a los nazis al final murieron, y su valentía no obtuvo premio, tampoco la entereza de los que aceptaron que no había otra opción. No me atraen los ‘héroes’ de este tipo, tampoco sus ‘cobardes’ o el ‘honor’, preferiría que no tuvieran que existir (significaría que el mundo es un lugar mejor). Pero si no hay más remedio, que vivan para nosotros, cien años más.
Fendor
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9 de diciembre de 2011
4 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Rodada de una manera sobria y convincente, sin grandes pretensiones pero de gran impacto visual por lo acertado de la fotografia, retratando una Varsovia casi postapocalíptica, estática, se podría decir que una naturaleza muerta, en sintonía con unos personajes conocedores, desde el principio de la película, de su fatal destino. A modo de tragedia griega, cada personaje afronta la muerte de una manera diversa; aparecen así la figura del heroe que quiere morir luchando, el artista que no ha nacido para combatir y se refugia en la nostalgia hasta decaer en la locura, la figura del oficial que se obsesiona con salvar a todos sus hombres olvidándose de su propia supervivencia, etc. La ausencia de una banda sonora refuerza la sensación de que el director no ha querido recurrir al melodrama sino retratar de manera fria y consistente el drama humano.
nexus6
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