Pasaje a Marsella

Vehículo belicista para con la mitad del elenco de "Casablanca" seguir explotando ese sentimiento patriotero y antinazi necesario durante la II Guerra Mundial.
Por un lado se salvan las extraordinarias interpretaciones (si bien la única realmente francesa es la actriz protagonista) y las magistrales imágenes en blanco y negro que añaden una ambientación muy creíble a la película.
Al contrario tenemos su ritmo lento junto a demasiados flashback (incluso unos dentro de otros) para contar una historia simple. Y que el director ensalza la figura de Bogart hasta el extremo encarnando a todo un patriota, un héroe que vive para su país sin importar nada más.

Tengo que reconocer que en lo personal me parece Bogart una estrella interesante por como pudo tener tanta fama con una apariencia física tan particular, pareciendo sucio, con una barba de días. Herbert Ross se burlaba de ello en una película donde un fantasmal Bogart le decía al dubitativo personaje de Allen que para conquistar una mujer lo mejor era no usar desodorante. Pero Humphrey estuvo en pareja con Lauren Bacall y trabajo con grandes directores, Huston, Curtiz, etc, por lo cual chiton.En fin el personaje de Matrac es un hombre patriota, duro y obcecado. Francia es su vida y muere como un héroe.Bogart compone eficazmente su personaje y su rostro refleja la soledad y el romanticismo. Por ultimo en esta película un motín y un bombardeo a un barco se resuelven con unas secuencias magnificas donde aparecen en acción unas ametralladoras Lewis muy utilizadas en peliculas de guerra, Akim Tamiroff la usa en "For whom the Bell Tolls"".

Gran parte del elenco de Casablanca, volvió a trabajar en este película, empezando por el director, como por los protagonistas, como Bogart, Rains, Greenstreet, Lorre y Dantine. E incluso Michèle Morgan, que había sido propuesta para protagonizar Casablanca, está aquí también.

Michèle Morgan, que tiene un papel muy muy pero que muy secundario, está como papel secundario, ya que como siempre, había reclamo por el público femenino para que la película funcionara en los cines. Y funcionó... con un presupuesto más elevado de lo normal, tuvo ganancias ya que fue éxito en taquilla.

Una vez más, vemos la historia de la Segunda Guerra Mundial, donde se buscan pequeños héroes, y más concretamente por la resistencia francesa después de su derrota en la guerra, da coraje para que hay agente que dé su vida por la causa.

Como curiosidad, Jean Gabin, pareja en algunas películas francesas de Michèle, estuvo a punto de protagonizarla en vez de Bogart. Y también la escena en la que Bogart ametralla a la tripulación indefensa alemana, fue eliminada por los censores extranjeros, ya que tal como se dice en la película, no se puede matar a los enemigos idefensos.

Muy interesante por la forma en que está narrada, tal como es en la novela: flashback, dentro de otro falshback y así como 2-3 veces. Interesante, que creo que no se había hecho hasta entonces.

Como también los planes, muy mejorados, utilizando técnicas vistas por Orson Welles en "Ciudadano Kane", sobre todo cuando se ve a Bogart que le dan una paliza y hay un plano desde el suelo.

La maqueta, se nota mucho que es una maqueta. La que se ve desde el aire como el coche llega a su destino al principio de la película, se ve la pista de "scalextrix" jajajaja, tuve que retroceder y verla de nuevo, me impactó, aunque se nota muchísimo. Como la de los campos que ocultan una arsenal de aviones. Aunque hay un fallo: si todo son campos que luego se convierten en pistas para aviones, como puede ser que luego, cuando se ven los aviones el suelo está asfaltado. Está claro que por presupuesto, no iban a poner aviones en tierra. Pero bueno, es un pequeño fallo, que no se lo tengo en cuenta.

Acertada película, que cuenta como mayor aliciente reunir pocos años después a los grandes artífices de ese hito del ser humano llamado Casablanca, excluyendo Ingrid Bergman, esa mujer.

No es una secuela encubierta ni nada de eso, algo que sospeché cuando supe de su existencia. Mejor, porque esa historia terminó con una gran amistad, qué duda cabe.

Aquí, sin llegar ni por asomo a esos niveles de esplendor, Curtiz The Killer gobierna con desparpajo una buena y entretenida historia de aventuras, con constantes flaskbacks, con un vigoroso ritmo, y con un sentido de la exaltación francesa que acaba saturando e hinchando las pelotas, para qué negarlo.

Por suerte, el gorras, lo mejor una vez más de la función, es el perfecto contrapunto a esas eyaculaciones tricolor, al menos durante un rato, y ahí le tenemos, con su cara serigrafiada en ladrillo y frunciendo el entrecejo mientras Lorzas y compañía entonan la marsellesa.

¿Soy yo el único que, pese a reconocer y admirar varias de sus aportaciones artísticas, sociales y políticas, siente una considerable tirria hacia ese país?

Sí, debo de ser yo.

Que algún país eche del Mundial a esa selección cuanto antes, por favor.