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Cara a cara

Western Brad Fletcher, un tímido profesor de Historia, inicia un periodo de convalecencia en un apartado pueblo del Oeste. En el mismo lugar se presenta, conducido por el sheriff y su ayudante, Beauregard Bennet. Beauregard es un famoso asesino conocido por “Beau” y jefe de la “manada salvaje”. El forajido logra escapar y se lleva como rehén al profesor. Durante la huida da comienzo un enfrentamiento entre ambos hombres que tratan de imponer ... [+]
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Críticas 11
Críticas ordenadas por utilidad
30 de noviembre de 2013
5 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Brad Fletcher (Gian Maria Volontè) es un educado y recto profesor de la ciudad norteña de Boston, pero tiene que abandonar la cátedra por problemas de salud. Fletcher decide cambiar de ambiente para mejorar su salud, decide irse a el estado sureño de Texas en busca de un clima más cálido y seco.

Estando ya en Texas, Fletcher es secuestrado en medio de una fuga por el forajido Salomón 'Beau' Bennet (Tomas Milián).

Estando en cautiverio Fletcher, un hombre de elevada moral y rectitud en la vida, empiezan a estar de acuerdo con Beau, al grado de apoyarlo en sus empresas delictivas. El problema ahora es que Fletcher desafiará el liderazgo de Beau con su banda.

Interesante film en como el cautiverio y las personalidades ajenas ayudan a cambiar a una persona y sus puntos de vistas de la vida, la justicia y la moral.

La influencia de un educado y refinado profesor, que conoce el mundo teóricamente, influye en alguien que no duda en asesinar si lo considera necesario. Por otra parte, ese mismo pacifista y respetuoso hombre de ley y orden, se rebela contra sus propios principios por las injusticias que ve y oye cuando las conoce de primera mano.

Gian Maria Volonté (1933-1994) fue un notable actor italiano y considerado uno de los mejores actores europeos de su época, por su capacidad de adentrarse en sus personajes.

Es recordado por ser el desquiciado y psicópata villano de dos clásicos de Sergio Leone (1929-1989), los clásicos western europeos "Per un pugno di dollari" (1964) y "Per qualche dollaro in più" (1965), ambos junto a el legendario Clint Eastwood.

Volonté tan solo rodo cuatro "spaghetti western". "El Chuncho, quien sabe?" (1966) interpreta a un bandido mexicano con ideas políticas en la revolución mexicana y "Faccia a faccia" (1967) en donde personifica a un educado y recto profesor que cambia física y moralmente, ¡todo un desafío de personaje!

Como vemos, aunque su participación en el género fue corta, sus interpretaciones fueron de un nivel extraordinario y sus personajes recordado por todos.
operez
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7 de febrero de 2024
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Magnífico, desolador y violento 'spaguetti de arte mayor', de implicaciones filosófico-políticas nietzscheanas, en que el encuentro entre un tímido y civilizado profesor del Este llamado Fletcher (Gian María Volonté), que no ha roto un plato en su vida, y un peligroso y sanguinario forajido apodado "Beau" (Tomás Milian) implicará una transformación mutua de sus personalidades por la que terminarán intercambiando sus papeles.

Entre las pocas pegas que pueden ponérsele está la de que dicha transición en el caso del profesor se antoja en el montaje final un poco brusca (la previsión del director era que la película durara 45 minutos más, de modo que estuviera mejor motivada y explicada) y más aún cuando el punto de inflexión, a partir del que se dejará llevar por sus instintos más primarios y su "voluntad de poder", e la brutal violación de una mujer a la que desea.

Algo que no es solo que a uno pueda chirriarle si es sensible (a fin de cuentas, los 'spaguetti westerns no son pelis de Walt Disney) sino que es una evolución hacia un grado de barbarie que resulta muy poco creíble, tal como se nos presenta, si se tiene en cuenta cómo se nos expuso antes el personaje que interpreta Volonté.

No obstante, y dicho lo cual, la película es bellísima y la conjunción de sus imágenes con la música de Morricone alcanza en algunas secuencias cotas comparables a las de los filmes de Leone. Por otro lado, las implicaciones conceptuales que desde un punto de vista filosófico tiene la cinta la hacen muy atractiva: ¿qué separa la civilización de la barbarie? O, como plantea Volonté en unas líneas de diálogo de clara inspiración marxista, ¿Porqué la violencia individual que desemboca en asesinato por parte delincuentes, puede ser considerada heroica si la practican las masas e incluso "cambiar la historia"? ¿Qué es justo o injusto y quién lo determina?

Es verdad que todo esto se expone, como alguien ha dicho, entre tiroteos, planes de atracos y huidas a caballo, de un modo algo apresurado. Y es que hay que estar muy atento a la pantalla, o ver el filme dos veces seguidas, como el que escribe hizo anoche, para apreciarlo mejor disfrutar de todo lo que contiene. No, no la vean, con los niños pequeños danzando por el salón. Acérquense a ella en silencio y cuando ya estén acostados. Y déjense llevar.

Porque es esta una peli que, como los grandes clásicos, nunca se agota del todo. Y que va claramente de menos a más, sobre todo tras la llegada al pueblo de las montañas que da refugio a "la manada salvaje", en unas secuencias que rezuman vida y alegría de vivir, tal como confiesa en otra memorable línea de diálogo Volonté a un hacendado sureño (Angel del Pozo) unido a los forajidos: "Nunca vi en mi vida gente más viva".

Algunos quisieron ver en la evolución de Volonté una metáfora sobre el nacimiento del fascismo (aunque puede aplicarse a cualquier tupo de totalitarismo) y de ello sería también muy revelador esta línea de diálogo de Volonté: "La diferencia entre él y yo, es que aunque hagamos lo mismo y seamos crueles, yo sé lo que hago".

Pero, por sobre todas estas consideraciones, todo palidece ante el impresionante final en el almeriense desierto de Tabernes y del que no daré detalles hasta la Zona Spoiler.

Tiene además para el cinéfilo ibérico la cinta un interés adicional por la presencia en una obra de arte de este calibre de gente como Antonio Casas, en un papel entrañable, como líder de la agrupación de perdedores del pueblo de las montañas, Aldo Sambrell, Del Pozo, Frank Braña...y hasta otros no tan conocidos como Francisco Sanz o Lorenzo Robledo (con quien moribundo tiene Volonté uno de esos memorables diálogos sobre el poder y la justicia que antes mencioné).

(sigo en Zona spoiler)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Echanove
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7 de febrero de 2016
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Interesante y acertado spaghetti western con una trama llamativa, donde queda claro que el mal puede llegar a corromper cualquier espíritu, plasmando el cambio progresivo que va sufriendo uno de los personajes, en una trama magnética y sumamente interesante que consigue ofrecer un entretenimiento acertado.
Dirige Sergio Sollima, apoyándose en un interprete con el que ya había trabajado en El halcón y la presa, además de contar con el maestro Ennio Morricone realizando la banda sonora.
Jon
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23 de octubre de 2021
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Acostumbrados a la imagen del Indio o de Ramón Rojo en "La muerte tenía un precio" y "Por un puñado de dólares" respectivamente, encontrarlo "Cara a cara" ahora como el maestro Brett Fletcher (Volonté), un profesor llegado de Boston atildado, pálido, pulcramente afeitado y enfermizo, nos llama enseguida la atención dado el encasillamiento en que muchos lo tenemos.
No era raro que los enfermos tuberculosos que vivían en las ciudades superpobladas e insalubres del Este, cambiaran de ambiente aconsejados por sus médicos buscando el aire puro y seco del Oeste. Es el caso asimismo del famoso Doc Holliday.
Sin embargo poco a poco iniciará, a medida que transcurre la trama y empieza a crecerle la barba, una brusca transformación que lo lleva no solo a emular sino incluso a superar la violencia del bandido Solomon Beau Bennet (Milián) que lo había secuestrado. Este sí es el Volonté al que estamos acostumbrados.
En efecto, capturado por el bandido, tiene lugar un auténtico intercambio de personalidades que va mucho más allá del llamado síndrome de Estocolmo. A medida que muestran ambos sus respectivas personalidades, Brett radicalizará su posición intelectualizando la agresividad de Beau que antes criticara, buscando "Superar el límite de la violencia individual, que es un crimen, para llegar a la violencia de las masas que es capaz de hacer historia". Asombrado por la metamorfosis, Beau reculará adoptando una actitud mucho más conservadora y prudente.
Trama que puede ser interesante si se es capaz de mostrar los cambios de forma coherente. Lo que no es el caso, pues aquí surge de la nada tras el maltrato y las vejaciones que propina a María (Modio) sin mediar palabra.
Western mediterráneo claramente influenciado por el maestro Leone, pero muy lejos de su talento. Y ello pese a contar con Volonté y con la música del gran Morricone.
Tanto el guion como la realización nos parecen bastante regulares. Interesantes los personaje de Brett y de Beau, este caracterizado con un pelo planchado y brillante un tanto fuera de lugar. Buenas interpretaciones sobre todo en el caso de Volonté. También de Berger en el papel del detective Charley Siringo de la famosa agencia Pinkerton. Acertado desenlace en medio del desierto.
Cinta con un planteamiento original que no pasa de regular por lo inverosímil de la trama. Aun con todo resulta recomendable darle un vistazo.
Lafuente Estefanía
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22 de abril de 2024
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Un papel peculiar el de Gian Maria Volonté, interesante, creciendo desde el victimismo e incluso la culpa por enfermar. Y un Tomás Millán, que desconocía su valía y su empaque más que interesante. Volonté juega un papel un poco como los personajes de Ford, un hombre normal sometido a circunstancias excepcionales reacciona con gran valentía. El ser un héroe no es una cuestión de carácter, de preparación o de valía, sino de circunstancias, que conducen a la persona con determinación hacia la realización de acciones que no hubiera hecho de no estar sometidos a presión.
Y la película va de esto, de cómo un hombre puede realizar actuaciones inauditas cuando se ve constreñido y empujado hacia caminos por los que no ha transitado con anterioridad.
El cruce de personalidades entre el intelectual preparado en los libros y el matón malsano es más que interesante. Uno se vuelve malo siendo bueno y el otro descubre que es mejor de lo que cree.
ÁAD
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