Un plan brillante

Es una película que está al filo de caer en el aburrimiento. No es así y por pequeñísimos instantes logra mantener un pequeño interés en su historia. Con todo no dejar de ser un film mediocre, en el que podemos ver como han pasado los años por Demi Moore y desgraciadamente no es como a los buenos vinos. Michael Caine mantiene una interpretación a tono con la película, en la que todos no pasan de la mediocridad.

¿Quién dijo que una película sobre robos y atracos no podía ser aburrida? Pues bien, aquí tenemos la muestra.

“Flawless” es la historia de un robo en una elitista compañía londinense de diamantes, en la que trabaja Laura Quinn (Demi Moore). Para dar ejemplo de que las mujeres son capaces de cualquier cosa, decide, junto con el señor Hobbs (Michael Caine), perpetrar un duro golpe a la empresa en la que se siente apartada sólo por ser mujer.

El planteamiento de Michael Radford está claro: una película de formato vistoso, rodada con elegancia británica y con actores tan reconocidos como la Moore y el gran Caine, tiene que funcionar a la fuerza, pero se le fue la mano en el ritmo. Lo que busca el espectador es un thriller bien hecho y, sobre todo, entretenido, y es ahí donde falla la película de Radford: el desarrollo está más cerca del soberano aburrimiento que de una intriga bien construida o, al menos, con algo más de tempo narrativo. El escaso interés que emana la cinta se ve poco equilibrado por el papel de Michael Caine, tan bien interpretado como siempre e intentando dar un toque de calidad a una obra que va haciendo aguas conforme pasan los minutos.

Ni su resolución final, con un efecto sorpresa que no es tan sorpresa, consigue levantar una trama superflua, de formas cuidadas pero de ritmo cansino, con una Demi Moore con menos talento cuanto más joven parece, y un Michael Caine que no pasa de aceptable. Si algo merece la pena de ver en esta cinta, es precisamente a él.

Lástima que películas con tan buen fondo acaben volando tan raso. Regulín regular.

El planteamiento de Un plan brillante, partiendo de una idea mil veces vista sobre un robo a gran escala, resulta demasiado manida y poco elaborada, alejada de los mejores filmes de este género. Todo parece bastante inverosímil, lo que hace que te desconectes. Resulta demasiado convencional y al mismo tiempo increíble, lo que para este tipo de películas es un lastre muy pesado.

El elegante Michael Caine, muy a gusto en el cine de robos, y una Demi Moore que nunca ha brillado mucho tras sus éxitos en los 90, forman tándem para el hurto de estos diamantes.
Tras haber visto muchas películas de este tipo, esta se queda un tanto descafeinada y por debajo de la media.
Casi todo el carisma se lo lleva Caine, pues la de “Ghost” no está a su altura ni mucho menos. Eso sí, su personaje nos habla de las desigualdades laborales de la mujer, algo que siempre es bueno tener presente.
Pero lo más importante, que es el robo y el plan, no tiene la suficiente fuerza en comparación con las de “Ocean”, “The italian job” y tantas otras. “Un plan brillante” no entusiasma ni engancha tanto como esas, entre otras cosas porque la situación no me parece lo bastante complicada. Además, tarda bastante en arrancar.
Pero bueno, Michael Caine la mejora, y no deja de ser entretenido ver cómo se las apañan en esta misión, que como es en los 60, no cuenta con ninguna gran tecnología.
También emplean más tiempo en la investigación ulterior que en el propio robo, y todo con muy poca emoción por parte de los actores, la verdad.
En resumen, se deja ver, pero desde luego no hace historia en su género.
Por cierto, estaría bien que Demi Moore fumara menos en esta película, no solo por su salud pulmonar, sino para reducir los fallos de montaje de planos en los que bruscamente cambia el tamaño de los cigarrillos. ¡Qué mal les ha quedado eso!

Como película de robos, no es gran cosa. Pero el espectador encontrará en esta obra un guión de perfecta coherencia sobre diferentes tipos de ladrones en nuestras sociedades contemporáneas. Recomendable sobre todo para una tarde de sábado.