Licencia para matar

Licencia para matar de John Glen es un film de acción y aventuras basado en el famoso espía del MI6 James Bond, que en esta ocasión quiere atrapar a un conocido y temido narcotraficante latinoamericano. Dirigida con un ritmo dinámico y con el estilo habitual de un 007 más moderno que toma como base la venganza por su cuenta, es una obra notable que mejora ampliamente el registro anterior de Timothy Dalton en cuanto a interpretación aunque sigue sin calar como Bond al tener falta de carisma, aunque sí es cierto que en esta película atrae mucho más su trama para satisfacer a sus incondicionales con un film notable y vistoso.
La fotografía es lumínica y evocadora de cada lugar en una tarea cualificada y espléndida en la acción que estimula y apasiona al público con unas imágenes portentosas. La música es intrigante y alusiva de la saga con unos sonidos inquietantes e insidiosos por un lado y melódicos y emotivos por otro, logrando una labor estupenda que acompaña bien el film según el momento de la historia. Los planos y movimientos de cámara consuman una buena labor técnica a través del uso del avanti, retroceso, panorámicos, reconocimiento, aéreos, subjetivos, planos-contraplanos, nadir, cenitales, seguimiento y cámara en mano dinámicos en la acción para añadir emoción al film. Cabe destacar también, los efectos visuales competentes y aceptables en determinadas escenas que desconciertan por su violencia al espectador.
Las actuaciones son mejores y más señaladas que en la anterior entrega. Como protagonista absoluto Timothy Dalton está remarcable y con personalidad en su papel aunque le falta la dosis típica de carisma Bond, contando con los certeros acompañamientos de Carey Lowell, Robert Davi, Talisa Soto, Anthony Zerbe, Benicio del Toro, Frank McRae y Pedro Armendáriz Jr entre otros. Para estos emplea la dirección artística unos vestuarios y caracterizaciones elegantes e impolutos por un lado y más comunes por otro en una sugerente labor que junto con los decorados y exteriores te transportan a cada lugar visitado por el protagonista.
El guion, escrito por Michael G. Wilson y Richard Maibaum y basado en los personajes de Ian Fleming, tiene una trama bien hilada que se basa en la venganza y que está llena de emocionantes escenas de acción y una historia interesante llena de personajes bien trabajados que gustará no solo a los incondicionales de 007, sino también al público en general, finalizando un notable y destacado film dentro de la filmografía Bond que es merecedor de ser visto para los que quieran ver las películas más mencionables de la saga. Esto se lleva a cabo con una narrativa conspiradora e insinuante que es de lo más expresiva y menos toques cómicos que otros films de 007. Cabe señalar también, el montaje seguido y acompasado que se toma su tiempo en ir desarrollando su historia.
En conclusión, la considero una obra imprescindible y esencial en la filmografía 007 que además es la más destacable con diferencia de las dos que rodó Timothy Dalton, ya que esta si tiene más fuerza y convicción para satisfacer al público con su trama y acción, dejando una notable y satisfactoria sensación tras su visionado. Recomendable por su dirección, guion, actuaciones, fotografía, música, montaje, efectos, planos, movimientos de cámara, vestuarios y narrativa que vuelven a Licencia para matar, un film convincente y con todos los componentes necesarios para quedarse en la retina del espectador.

En su momento evité ver las películas de Timothy Dalton, porque para ese entonces habría preferido ver a Pïerce Brosnan asumiendo el papel del más famoso agente secreto de todos los tiempos. Sin embargo, como ya se sabe, el contrato del irlandés con la serie de TV "Remington Steele" imposibilitaron su llegada al "doble-cero" y por tanto fue Dalton quién asumió el personaje. Ya sabemos que Brosnan tuvo su desquite a partir de 1995, y debo decir que fue para mí una total decepción como 007, aunque muchos lo sindiquen como el mejor después de Connery.
Las películas de Dalton han sido las últimas que he visto de toda la saga, incluso después de las de Brosnan y Craig y ha sido todo un hallazgo el encontrar que al igual que me sucediera con Lazemby, sus dos películas no son para nada despreciables, aunque ambas estén lejos de llegar a ser de las mejores de la saga y al mismo tiempo se encuentren muy por debajo de "Al Servicio Secreto de su Majestad," la única del antes mencionado actor de origen australiano.
Pero retrocedamos en el tiempo hasta el año 1989, en que es estrenada la cinta que nos convoca, "Licencia para matar," la decimosexta película de la saga. Nos encontramos con una interesante y entretenida historia,
(el guión corrió por cuenta de Richard Maibaum y Micheal G. Wilson) mucho mas coherente y desarrollada que "The Living Daylights" (la primera de Dalton) con un muy buen reparto y actuaciones bastante creíbles. Una de las curiosidades del film es el regreso al personaje de Felix Leiter por parte del actor David Hedison (recordado por su papel de Cap. Crane en "Viaje al fondo del mar.")
Aquí el agente de la CIA y su esposa son atacados por la mafia de la droga, cuyo "capo" es capturado espectacularmente al inicio del filme, en la escena de acción de apertura. Por supuesto sus "sucios" dólares le ayudan a huir y no se hace esperar la venganza contra el pobre Leiter. Curiosamente, aquí se incluye la escena en que el agente es mutilado por tiburones, que aparece en la novela "Vive y deja morir" pero que no se incluyó en la película homónima del año 1973 en que Hedison interpretara por primera vez a Leiter. Esto llevará a Bond a tomar venganza en una misión extra-oficial mas allá del deber y el resultado es lo que termina dando un filme mas que aceptable y recomendable.
Tal vez influenciados o deseosos de competir con el cine de acción de aquella década o con series como "Miami Vice," nuestro agente es lanzado en una carrera frenética teniendo como fin hacer uso de su licencia con el "Barón de la droga" Franz Sánchez, magníficamente interpretado por Robert Davi. Aquí no se trata de un villano megalómano con deseos de lograr el dominio mundial, sino un villano muchísimo mas real y presente,
y no por ello menos brutal y sanguinario. Hasta la mascota del villano de turno muta, de un albo gato angora pasamos a una exótica iguana adornada con un collar de diamantes.
Quizás fueron estos cambios los que alejaron a algunos seguidores de los cines, pues el típico glamour y superficialismo muy ""bondiano" (y del que nunca me voy a quejar) fueron reemplazados por un realismo mucho más crudo, claro, sin descuidar las escenas de acción llenas de espectacularidad. Tampoco destiñen las chicas Bond, en especial destaco a Talisa Soto, interpretando a Lupe, (una "amiguita" de Sánchez,) que aporta un aire muy latino, y debo mejor decir: LATINOAMERICANO, que no habíamos visto antes en películas de 007 (al menos oficiales, pues sí, Bárbara Carrera apareció en "Nunca digas nunca jamás-1983") La contraparte de "Lupe" lo representa el personaje de Pam Bouvier (interpretado por Carey Lowell) una especie de "Indiana Jones" femenina que siempre está a tiempo para darle una mano a Bond y cuya belleza no se queda atrás. Incluso observamos por primera vez una "guerrita" de celos entre ambas mujeres por James Bond.
La película, como siempre, incluye a los típicos personajes de soporte, "M," "Q," y por supuesto Moneypenny.
Pedro Armendáriz Jr. aparece como el presidente del ficticio país de "Isthmus" (muy en un aire a Noriega y Panamá, muy de moda en esos momentos) y un jovencísimo Benicio del Toro interpreta a Darío, un peligroso asesino a sueldo de Sánchez.
Acción pura durante dos horas y quince minutos (que quizás resulten un poco excesivos) pero una película que no decepciona, con una fotografía que no desaprovecha las locaciones (la mayoría de las escenas se rodaron en México) y un Dalton muy sólido, que no necesitó cuatro películas para meterse en el personaje como le ocurrió a Brosnan, lamentablemente esta sería la última del actor, también sería la despedida para Robert Brown (M) y Caroline Bliss (Moneypenny) Hablando a título muy personal, hoy al verla, a pesar de poseer un muy arraigado aire ochentero, considero que esta película esta muy por encima de varios de los filmes que le sucedieron.

Con ‘Licencia para matar’ estamos ante toda una rareza en cuanto a las temáticas exploradas en las demás entregas de la franquicia 007. Aquí no hay sitio para ligerezas, argumentos delirantes, ni villanos megalómanos con aires de dominación mundial. Lo que si tenemos es a un Bond muy duro y seco más que solventemente interpretado por Timothy Dalton, que se despidió de este modo a lo grande de la saga. Un punto de partida simple: la venganza es lo único que mueve a Bond, algo nuevo en los "high concepts" del agente secreto con licencia doble cero. Pero es que justamente esa sequedad hace del film un espectáculo de acción muy a tener en cuenta. Un giro en cuanto a los derroteros de Bond, más serio y menos caricaturesco que el protagonizado por Roger Moore, que no fue muy bien recibida en su momento, finales de los 80. Aunque dieciséis años después, los Broccoli, volvieron a esa senda con Daniel Craig a la cabeza de la franquicia y vieron como esta vez si daban en el clavo uniendo a crítica y audiencias al mismo tiempo. Curioso cuanto menos.

Como film de acción cumple con nota, innumerables y explosivas escenas de acción convenientemente repartidas en el metraje, pasando por tierra, mar y aire. Tiroteos secos y reales. Incontables peleas cuerpo a cuerpo y un impresionante clímax final que hará las delicias de todos los amantes de las emociones fuertes. Ver a Bond conducir un camión-cisterna en busca de los malosos es impagable. Como lo es el enfrentamiento definitivo con Sánchez con un colosal y sanguinario final.

Al margen de los tremendos medios en cuanto a escenas de acción y ambientación, lo que hace tan grande e imprescindible al film es el magnífico duelo actoral entre Timothy Dalton & Robert Davi, tanto en sus escenas conjuntas como por separado. Ambos lucen perfectos, cada uno como la némesis del otro. Dalton dando vida a un Bond tal y como Fleming lo concibió: sólido, sin miramientos a la hora de matar, un verdadero soldado de la muerte. Y el otro, Davi, como un villano loco, asesino, frío e inhumano.

En definitiva: '007: Licencia para matar' resulta mucho mejor film de acción que todos los anteriores del personaje en los 80 juntos. Plenamente disfrutable aunque uno no sea fan de 007. Imprescindible si lo que se busca es una de “justicieros”.

-Lo mejor: No da ni un respiro al espectador. Acción de la buena. Argumento justo. Y un duelo Héroe VS Villano, legendario.

-Lo peor: Algunos huecos de guión y que, en determinado momento, se lía demasiado la trama en cuanto a sub-tramas, traiciones y dobles identidades.

-Más en: www.cineycine.com

No supera a "007: Alta tensión" por no ser tan febril como aquella. "007: Licencia para matar" es más larga. No aburre nunca, pero la intensidad por momentos se resiente un poco. Aún así es una muy buena película, una gran entrega Bond y el adiós más personal e intenso que le ha dado a cualquier actor interpretando el personaje hasta el día de hoy (falta ver el adiós de Craig), aún siendo un adiós inesperado pues Dalton aún creía poder hacer un tercer Bond.

Medio peldaño por debajo de 'Alta tensión'. Es una película Bond estupenda que por muy poco no logra capturar con exactitud el mismo nivel de la anterior. Ahora bien, sigue siendo sin dudas una de las aportaciones más interesantes y violentas de la franquicia. Dalton en su apogeo y final, Davi como un villano impresionante, Del Toro como un secundario incipiente de lujo y una trama que si bien a veces es un poco larga es muy apasionante. Una de las mejores de 007. Muy digna.