Un espía y medio

Porque creo que no pudieron definirse por un tono, un perfil para la película. Es así como nos encontramos con un “Chicas pesadas”, que pasa a ser “La Pistola Desnuda” o una parodia ridícula de Matrix, para por momentos transformarse en una pura película de acción al estilo “Bad Boys” (de Will Smith).

En esa marea de estilos, el único que siempre sale bien parado es Kevin Hart, posiblemente gracias a que su personaje es el único constante. Sinceramente reí con él y sus reacciones, y es la única razón por la que esta película no es un desastre. Dwayne Johnson, por su parte, fracasa estrepitosamente en el esquizofrénico rol de todavía aniñado agente especial de Inteligencia, en el que no sólo no convence (no importante en esta película) sino que no hace gracia (salvo excepciones) y es más bien molesto (para mí gusto, por supuesto).

En cuanto a la historia, sencillamente no importa. Tan ridícula que se hace irrelevante. No hubiera sido un problema con mejores chistes o un tono más claro y definido. Hart divierte y la película sirve para pasar el rato con el cerebro apagado y reír un poco, pero no es más que eso.

Existe un subgénero dentro de la comedia, o quizás solo una propiedad muy extendida, consistente en ubicar el relato en una sociedad en donde todos actúan como niños, con los protagonistas siendo los primeros. Todos, sin importar su profesión o responsabilidad, se comportan de manera irreal, inmadura, creyéndose chorradas y reaccionando como si no viesen lo obvio.

En esos universos el espectador es omnisciente y, por contraste, casi un Dios. Sabe todo lo que sucede y se ríe (o esa es la meta) al ver como nadie se da cuenta de lo evidente, a la vez que dejan de lado sus obligaciones en favor de las tonterías que se van sucediendo. "Un espía y medio" es de esa clase de películas, y a Dwayne Johnson le vino de perlas para seguir cimentando su rentabilísima carrera cinematográfica.

Hijo de un actor de "wrestling", Johnson ya era un elemento de cuidado en su adolescencia, con peleas, robos e incluso fraude con cheques (Wikipedia, ojo). Sin embargo, el chaval despuntaba como deportista, por lo que logró entrar en la universidad gracias a una beca. Siendo universitario, Johnson jugó como defensa en los Hurricane de Miami, aunque las lesiones le acabarían pasando factura. De esa etapa quizás lo más interesante sea su grado en criminología y psicología. Sí, yo también estoy a cuadros.

En el 96, con solo 24 años y una vida ya vivida, Johnson decide seguir los caminos de su padre e inicia una carrera como actor en la WWF (llamarlos luchadores no sería correcto), en donde su trayectoria sería fulgurante hasta el 2003. Baste decir que ya en el 97 se bautizó a sí mismo como "La roca". No obstante, lo más interesante fueron sus inicios como actor de series y películas. Y no crea que tardó demasiado, porque en el 99 ya tuvo sus primeros papeles, ora debido a su fama en la WWF, ora por su físico. Es innegable que el tío es listo de narices, con una disciplina de hierro y sabe buscarse las habichuelas.

Sin embargo, lo importante empezaría con la película "El regreso de la momia" (2001), en donde tomó contacto con la gran pantalla. A partir de ahí protagonizó trabajos de acción y comedia en donde, para qué engañarnos, explotaba su único registro interpretativo. No exagero al decir que nueve de cada diez trabajos suyos son el mismo personaje en distintos contextos y profesiones. Con el paso del tiempo se ha convertido en el actor mejor pagado de Hollywood, demostrando así que, como caigas en gracia en la industria del cine, tienes la vida resuelta.

"Un espía y medio" es, por tanto, otro de los trabajos de Johnson en donde, combinando acción y humor, vuelve a interpretar al personaje de siempre. Su humor bobalicón hará las delicias de quienes no le pidan gran cosa al cine. A su lado, el cargante de Kevin Hart, un trasunto de Chris Rock que intercala comedias bobas con alguna interpretación notable.

En resumen, si le gustan las comedias ligeras y tontas, quizás disfrute con este trabajo. Pero a poco que sea algo exigente, se le atragantará, porque apenas tiene algún instante divertido.

Comedia de acción muy amena. Se ve desde el principio la buena química que hay entre los 2 protagonistas, se nota que ambos se lo pasaron genial durante el rodaje de la película. El tema del espionaje queda sepultado hasta el penúltimo acto, que es cuando realmente toma algo de interés. El humor, efectivo la mayor parte del tiempo, se vuelve absurdo en ocasiones, lo que evidentemente no beneficia en absoluto el desarrollo del filme, aunque en parte opino que está ahí a propósito para ocupar minutos de relleno. En cualquier caso, resulta muy complicado tomarse en serio esta cinta. Ver al enorme The Rock soltando esos gags tan estúpidos a cada rato resulta bastante paródico. Hablando ya del tema principal del metraje, que es el anti-bullying, diré que se refleja medianamente bien por medio del trauma psicológico que sufre precisamente Dwayne Johnson tras ser humillado ante todo su instituto cuando era un estudiante obeso. Curiosamente, consiguen hacer un producto divertido y simpático de algo tan triste y cruel, lo cual es encomiable por una parte, pero por otra no tanto porque no muestra lo realmente duro que puede llegar a ser el acoso escolar. Aun así, se agradece este tipo de mensajes que tiene como objetivo evitar que suceda lo que vemos en pantalla. Destacar por encima de todo al dúo protagonista por su gran afinidad.

Se supone que el objetivo del cine debe ser ofrecer diversión, entretenimiento. Me hace mucha gracia la gente que piensa que la música pop, el rock, las novelas o el cine convencional son "cultura", cuando vienen a ser lo mismo que el pan preñao a la gastronomía, o "Los Javis" al arte contemporáneo. Por eso creo que esta especie de "buddy movie" de Dwayne Johnson y Kevin Hart cumple a la perfección los objetivos de un producto cinematográfico, divertir principalmente. La química entre los dos actores es evidente, estamos ante una peli totalmente "watchable", como dicen en los USA. A estas alturas de la vida lo único que le pido a una cinta es esto, y con "Un espía y medio" la función recreativa está totalmente garantizada.

Película cómica al servicio del lucimiento de sus dos protagonistas, Dwayne Johnson y Kevin Hart.

La Roca se ha ido especializando en este tipo de comedias tontorronas donde lucir sus musculitos haciendo, en general, de panoli. Hace bien, porque las películas de acción de tipos duros están muy vistas, y tiene a sus actores muy encasillados. Ha sabido encontrar su hueco.

De Hart tenemos lo esperado: ruidoso como una gaviota, y soltando 'negrata' y 'hermano' cada tres frases.

Reconozco que algunos gags me han hecho gracia y que la película es divertida y desenfadada. Para echar un rato está bien, pero sin destacar.