No sé si es porque suena Mistery of Love de fondo mientras escribo esto, o porque realmente esta película es difícil de olvidar. Hablando de la canción original, no podemos pasar por alto la banda sonora que nos acompaña como un personaje más para sentir con la misma intensidad que los protagonistas, Oliver y Helio.
Call me by your name puede parecer una simple película de amor, pero lo cierto es que, aunque haya amor y pasión, te atrapa por todo lo contrario. Por la incertidumbre, por los finales infelices que siempre son los más reales, y porque un amor tan fugaz y prohibido suele acabar con el verano. Son los paisajes del norte de Italia, la exquisitez con la que se crearon los vestuarios y el ambiente ochentero el que la hace inolvidable.
Al final todos podemos sentirnos un poco reflejados con la visión pasional de un adolescente que se enamora perdidamente, y que al final las cosas no salen como quieren. Pero no debemos quedarnos con el final que parece triste, sino con la forma tan humana que tiene de dejarse llevar, no tiene miedo a ser herido ni abandonado, disfruta de lo que quiere cuando puede tenerlo y ese es su mayor regalo. Suena contradictorio que el dolor que sufre cuando Oliver ya no está sea un regalo, pero lo es por el hecho de sentir intensamente sin haberse frenado y reprimido.
Es una película, para no olvidar y volver a ver en los días que sientas que el mundo tiene menos sentido del que parece.