Soy una persona a la que le revienta oír ese tópico sin argumentos tan manido que dice eso de "el cine español es todo una mierda". Lo de siempre. Entiendo que lo consideres así si tu concepto de cine español es un ente abstracto y homogéneo en el que todas las películas lucen como el truño de turno de Santiago Segura. Por suerte en nuestro país también se hace buen cine y no todo es la comedia mala anual que tiene éxito en los cines. Es más, incluso dentro de ese género tan denostado dentro de las películas patrias (y con razón, porque hay cada abominación...) como es la comedia, también hay películas bastante salvables sin necesidad de ser obras maestras. Creadas con el fin de entretener y ya. Tampoco se necesita más en esos casos. Por desgracia no es el caso en la cinta que nos ocupa. "Todos lo hacen" es un auténtico despropósito que no se salva en ningún aspecto.

Lo peor de todo sin ninguna duda es que no es capaz siquiera de hacerte esbozar una sonrisa en la hora y media corta que dura. Esto es imperdonable porque debería ser la base absoluta de la película. Y ojo, que no es porque no lo intente, ¿eh? Realmente lo hace, lo intenta en multitud de ocasiones de forma tan exagerada que más que una película parece un programa de sketches cutre para alguna televisión autonómica. Tira de juegos de palabras de los que contaría tu cuñado en una Nochevieja, tira del humor de cuernos y sexo, tira de la carta de que mencionar la palabra "caca" te haga gracia (esto es literal), incluso hay un momento en el que tira de unas frases al estilo "El cansino histórico" de José Mota que me hacen dudar de si denominarlo inspiración, homenaje o directamente plagio. En definitiva, "Todos lo hacen" intenta hacer humor de varias formas diferentes y no lo consigue de ninguna. Eso es muy triste, la verdad.

Una vez dicho esto me parece que no hay mucho más que añadir, porque lo demás tampoco acompaña, simplemente está a un nivel igual de malo o peor. De la supuesta parte de "thriller" (esto sí que es un chiste) mejor no voy a hablar porque me da hasta vergüenza ajena recordar lo que es la trama en sí. Sosa, previsible y ridícula hasta decir basta. Con otro intento fallido de dar un par de giros de guion que harían querer suicidarse a Shyamalan.

Tampoco me quiero parar demasiado a analizar los abominables personajes. Incido en el término personajes y no actores, porque quiero pensar que estos serían capaces de hacer una labor mucho mejor, pero es complicado cuando les dan semejante guion y diálogos para defender. El personaje de Víctor Palmero (este especialmente) es probablemente uno de los peores que he visto nunca en una pantalla. Es que no se salva ni Julián López, que es un actor que incluso en películas de cuestionable calidad me consigue sacar siempre unas risas. Aquí ni eso, literalmente es la primera vez que no saca de mí ni una mueca.

Acabo de ver "Pobres Criaturas" en el cine. Tarde, como siempre, porque ya lleva casi dos meses en cartelera (y además llegó "tarde" a los cines españoles), pero así de primeras puedo decir que me alegro de no haberla dejado pasar porque me ha parecido una genialidad. Quiero advertir también que era mi primer contacto con una película de Lanthimos, así que obviamente mi opinión estará bastante influenciada por ello. Esto lo advierto porque mi reseña incidirá en aspectos como estilos, apartados artísticos y otros asuntos que me han sorprendido, pero no sé si es algo característico del cine del director griego o es algo puntual/novedoso en su recorrido. Me es indiferente para disfrutar una película, por suerte. Y ahora sí, vamos al meollo del asunto.

Lo primero que me llamó la atención fue la atmósfera que Lanthimos ha creado en "Pobres Criaturas". Incluso diría que más bien podría decir "las atmósferas" en plural y sería más adecuado, porque todo el aura que rodea a lo que vemos también va transformándose a la vez que la propia película y su protagonista. Es verdaderamente interesante sentir esa atmósfera opresora en ciertos momentos, perturbadora en otros, demoledora a ratos. Incluso triste, cómica, impactante. Diría incluso que es casi un ente propio y está tan viva como Bella Baxter, principalmente porque es ella misma en realidad, ya que los cambios van de la mano de su evolución personal y su viaje de descubrimiento.

A enfatizar esto ayuda mucho el propio Lanthimos y su característico estilo visual. Tanto en el particular uso de cámaras, encuadres y planos, como en el apartado artístico, repleto de barroquismo, elementos inquietantes y estética kitsch. La música, aunque a un nivel de impacto menor, sigue este mismo camino y es increíble lo bien que acompañan a las escenas las peculiares melodías. Elucubrando un poco me atrevería a decir que, siendo una historia no original (ya que se basa en una novela), ninguna otra adaptación se habría acercado a este resultado. No hablo de calidad, porque en ese sentido una comparación hipotética con algo que no existe es absurda de base, sino de originalidad y personalidad propia.

Considero que una película como esta no es fácil para los actores, pero en general creo que el trabajo interpretativo es de una calidad altísima. Empezando, cómo no, por la muy protagonista Emma Stone, que carga con la mayor parte del peso con una actuación espectacular. Tampoco me voy a olvidar del gran Willem Dafoe o de Mark Ruffalo, porque ya digo que el elenco raya a un nivel increíble.

Por último, tengo claro que esta no es una propuesta para todo el mundo. "Pobres criaturas" es un película bastante especial y me parece lícito que no sea tu estilo. Eso sí, al menos que sea con sentido, lo que no es normal es verter puro odio en base a chorradas, algo que por desgracia ocurre mucho con las obras controvertidas. Antes de entrar al cine leí a una tuitera random referirse a la película como "bodrio para ver a Emma Stone meterse un pepino por el culo". O mismamente en la primera página de FilmAffinity hay una reseña de un tipo con un claro complejo de inferioridad (no hay más que ver el tono de todas sus reseñas "luchando" contra algo/alguien) nombrando la pedofilia como un argumento válido para soltar sus patochadas. Y en ello andamos, en esta era parece que las opiniones extremistas basadas en falacias surgen como setas en el bosque. Difama, que algo queda. Así nos va. Pero dejemos el tema, que tampoco es lo que nos ocupa aquí.

En fin, que le des una oportunidad a "Pobres Criaturas". Es una propuesta única, diferente, que de una forma u otra te va a hacer reaccionar. Solo por eso ya merece la pena.

Tengo la costumbre, para bien o para mal, de intentar conocer de antemano lo menos posible de las películas que veo. Esto para muchos es una locura (me lo han dicho bastantes veces), pero para mí es algo imprescindible el hecho de mantenerme “virgen” de detalles y contextos. No me entiendan mal, obviamente un cartel, un título, conocer el género o el director de la película, ya te da ciertas pistas sobre lo que te puedes encontrar, pero estos no dejan de ser puntos que abarcan conceptos bastante amplios. Realmente yo me estoy refiriendo a asuntos más detallados como que no leería una sinopsis ni aunque me paguen por ello y que preferiría beber lejía antes que ver un tráiler de esos en los que te destripan mil claves de la trama.

Toda esta perorata tiene sentido en cuanto a “Senderos de gloria”, creedme (si es que alguien ha llegado hasta aquí). Básicamente cuando me puse la cinta de Kubrick sabía que era una película bélica, conocía algo de su contexto temporal y poco más. En base a eso esperaba escenas épicas y espectaculares. Esperaba valentía, honor y demás características que se suelen ensalzar en estas historias. Pero no. Me he encontrado todo lo contrario, de hecho… y me ha encantado.

Yo diría que “Senderos de gloria” más que bélica, es “anti-bélica”. No solo porque demuestra en sí lo crudo de un conflicto armado (muertes, dolor, miedo), que también lo hace, sino porque se centra en mostrar en todo su apogeo la miseria moral humana. Y no con el enemigo, algo más aceptado y visto muchas veces, sino con tus propios compañeros y compatriotas. En “Senderos de gloria” podemos ver el egoísmo, el narcisismo, la mentira y manipulación, la frivolidad… podemos ver el lado más oscuro de la (no) humanidad. Generales mintiendo y poniendo en peligro a sus hombres por orgullo propio, oficiales dando fiestas mientras los hombres mueren en las trincheras, consejos de guerra retorciendo la realidad con soldados haciendo de cabezas de turco… Estos son solo algunos ejemplos rápidos de lo que nos muestra la película. Kubrick no dejó títere sin cabeza reflejando el sinsentido de la guerra.

A todo esto lo acompaña un apartado técnico de altísimo nivel, con planos espectaculares (me quedo con un avance por la trinchera en primera persona que se ve casi al inicio) y una ambientación muy bien conseguida. No se puede dejar de mencionar el gran repertorio de interpretaciones en general, destacando especialmente Kirk Douglas y George Macready en sus dos opuestos roles.

Hay momentos en los que me siento completamente ajeno a la corriente de opinión cinéfila generalizada. Con “La noche del cazador” me ha ocurrido. No paro de leer alabanzas absolutas, no paro de ver notas altísimas. “Obra maestra” y “clásico” son, quizá, los términos que más se repiten entre los adjetivos que la definen y yo personalmente no termino de entender ese revuelo después de haberla visionado. Sé perfectamente que esto del cine también tiene mucho de subjetivo (o debería) y es imposible que todo lo que se considera un clásico pueda calarte. Por pura estadística, vaya. Aun así, en este caso lo que más me chirría no es tanto tema de gustos personales, sino más bien de la sensación de que a veces se elevan a los altares obras de forma casi automática. Se instala un mantra general y toda valoración posterior se construye a partir de ahí sin mucha discusión. Por supuesto, pobre del que se salga de esa idea. No sé, echad un vistazo a las críticas y contad cuántas veces encontráis los términos “onírico” y “cuento de hadas”. Probablemente os aburráis antes de llegar a las varias decenas. Eso me hace plantearme una pregunta… ¿es la película la que genera esta idea de forma innata? ¿O es esta idea externa la que termina definiendo a la película?

Al margen de convencionalismos e impresiones clónicas sobre lo que supuestamente transmite, yo en “La noche del cazador” veo una película preciosa en lo técnico, capaz de generar un aura y un ambiente que te envuelve sin remedio, especialmente en las escenas nocturnas en paisajes naturales. También veo una historia simple con la que no he terminado de conectar en ningún momento, especialmente hacia al final con la aparición de cierta señora mayor y su escopeta. Tampoco veo nada del otro mundo en los personajes/actores. Vamos, que he llegado a leer por ahí frases como que el personaje de Robert Mitchum es “el mejor villano de la historia del cine” y yo solo veo un papel bastante estándar (Mitchum tiene bastantes papeles más icónicos) espolvoreado incluso con momentos rozando la autoparodia que dan un pelín de vergüenza ajena.

En fin, en definitiva para mí “La noche del cazador” es un núcleo muy normalito con un envoltorio preciocista al que por algún tipo de histeria colectiva (muy posterior a su estreno, por cierto) se ha colgado la etiqueta de clásico más por lo que se supone que representa que por lo que en realidad es.

No había visto absolutamente nada de Baron Cohen hasta "Brüno". Ni su programa más primigenio ni su archiconocido Borat ni absolutamente nada relacionado con su comedia. Comento esto como el inicio de mi reseña porque me parece importante para entender el impacto que causaron en mí los primeros minutos. No tenía ni idea de lo que me iba a encontrar y desde luego el amigo Sacha se encargó de... escupírmelo a la cara (badum tss) desde el mismísimo inicio.

Reconozco que me costó mucho entrar en su ritmo, en su estilo, en su idiosincrasia. Llámalo como quieras. En parte por la sorpresa e incredulidad, en parte porque todo en "Brüno" es, digamos de forma bastante suave, bastante peculiar. Una vez superada esa barrera inicial (donde literalmente tuve incluso que hacer una pausa para intentar asimilar qué cojones estaba viendo), poco a poco fui entrando en su maraña de humor de trazo grueso mezclado con crítica y parodia a todo lo que se mueve.

Tampoco es que haya mucho más que eso, no nos vamos a engañar. La trama es prescindible y simple excusa vehicular, los personajes son estereotipos llevados al extremo de los que no se puede extraer más que eso. Y ya está. Eso es lo que ofrece "Brüno". Comedia absurda, vulgar hasta el extremo, tan constantemente irreverente que llega un punto en el que deja de parecértelo. Después de ver a un enano sirviendo champán desde una botella introducida en su culo, digamos que de forma paulatina el impacto va bajando hasta que ver un pene en primer plano realizando movimientos circulares te parece una escena cotidiana.

Está claro que en este ámbito Baron Cohen se mueve como pez en el agua. No es para todo el mundo tampoco y entiendo que pueda tener muchísimos detractores, pero si conectas con el estilo al menos te divertirás con cada nueva burrada en pantalla mientras intentas analizar a quién quiere atizar con ella. "Brüno" es una sucesión de escenas donde se dispara a todo el mundo (temas como la curación de la homosexualidad, sexo en grupo, padres de niños actores, conflicto israelí-palestino...) mediante las situaciones humorísticas más surrealistas y bestias que puedas imaginar. No da mucho más, ni sinceramente tampoco creo que lo necesite.