En este trabajo especialmente focalizado en el actor Patrick Stewart, tomamos contacto con un drama en que se encuentran la vejez y la pérdida, tanto de facultades como de personas.

Al actor le sienta el personaje como un traje a medida y todo gira alrededor de él. La imagen es exquisita y el sonido gozoso, gracias a las composiciones clásicas que suenan a lo largo del film.

Más en la superficie se queda la personalidad de los personajes y el porqué de todo lo acontecido, que queda dibujado de forma suficiente, pero sin el brillo de otras grandes películas.

El cine es en el 99,9% de los casos una tentativa de narrar una historia de forma consistente, es decir, generando un relato en el que una serie de causas derivan en una serie de efectos sobre los que se sostiene una narrativa donde todo parece suceder de manera coherente, por mucho que intervengan elementos de ficción o fantásticos. Cuando ello no sucede de ese modo, se corre un enorme riesgo de incomodar al espectador y ese es precisamente el riesgo que ha asumido Aronofsky.

En una película en la que las imágenes dicen más que las palabras Darren traza un relato fantástico que se desliza progresivamente desde un crisol de relaciones incómodas hacia un conjunto de fenómenos irracionales. Los fenómenos irracionales no son frecuentes en el cine ni en la television y son pocos los autores que salen vivos tras utilizarlos. Un buen ejemplo de ello es David Lynch, que no siempre recurre a lo irracional pero no le hace ascos y lo articula a menudo de la mano de enfoques oníricos.

Lo irracional no tiene sentido explicarlo, porque no puede explicarse mediante argumentos racionales, es mejor verlo, pero desde el convencimiento que no hay que buscarle correlaciones argumentales que le den sentido. La trama de la película es muy evidente cual es y lo es desde el minuto uno, pero solo es trama en tanto que marco donde se construye esta película y donde se evidencía un articulado argumental que sirve de caparazón para cobijar lo que en la película sucede. Lo que ocurre después, la escalada exponencial de elementos que conducen hacia el climax final carecen de explicación logica, es el reflejo de una serie de ideas inconexas por su naturaleza.

Dicho todo esto, lo que aquí tenemos es un trabajo que se aleja de los esquemas narrativos convencionales pero que esta lejos de ser una gran obra, ya que por un lado el uso de lo irracional está muy explotado tanto en el cine como en la literatura, y por el otro, no es un trabajo que despierte grandes respuestas emocionales, ni que sea especialmente disfrutable cinematográficamente.

Es pues una película que no está mal, gracias al esfuerzo sobre todo de sus actores, pero que a pesar de sus elevados objetivos no acaba de llegar, ni de llenar el alma del cinéfilo.

En "Black Panther" nos habían prometido toda una serie de novedades socioculturales, que iban desde la hegemonía afroamericana entre los actores y actrices participantes, hasta su posicionamiento feminista y su viaje a la cultura africana.

Vista la película, el resultado nos muestra que esos ingredientes son puro carton - piedra: una fachada para vestir un mediocre film de aventuras, que ni tan siquiera destaca en sus aspectos más superheróicos. En el incesante declinar de las películas superheróicas solitarias, nos llegan últimamente algunas que convencen medianamente (Strange) o mayormente (Ragnarok) y las que no convencen ni gota, porque no tienen nada interesante que contar y esta es una de las segundas.

Empenzando por el tratamiento de las tradiciones africanas, digamos que es de vergüenza ajena: está tan lejos de hacer justicia a la realidad como Indiana Jones de hacérsela a la arqueología. La única perspectiva antropológica que se ha tenido aquí en cuenta es la de como poner a hacer cola a la gente en la taquilla.

El mensaje feminista no sale tan mal parado, en la medida que es innegable que las mujeres cobran un gran protagonismo en el film, tanto en número como en personajes clave, pero no es ni mucho menos para tirar cohetes. En ningún momento logran romper su techo de cristal natural: al final son solo mujeres que giran alrededor del protagonista y de su antagonista, y de hecho las personas que en la película ostentan algún poder político son todo hombres. Si, amigas, si os chirriaba algo, era eso...

En cuanto a la película, pues sí, como película de superhéroes y de acción es terrible, aburrida hasta decir basta y montada con pésimo gusto. Los pocos actores destacables que aparecen no logran en ningún momento dar algo de tensión a la historia más allá de los primeros 15 minutos, que son con diferencia los mejores, y cuando la historia pasa a centrarse en el bueno de Chadwick, el sopor se apodera del espectador. Más aun con ese enemigo tan tópico que le han puesto delante...

Y más allá de esto, pues comentar que todo esto no deja ningún legado, es un elemento perfectamente prescindible del relato cinematográfico marveliano. Si al menos fuera divertida, pero es que ni eso...Ni las escenas postcréditos se salvan...

Deadpool 2 es un desastre cinematográfico completo, hasta aquí la idea general que sustenta esta crítica.

El porqué es es algo que puede apreciarse a lo largo de un metraje donde prima sobre todo la vulgaridad, la idiotez, lo escatologico y, en general, la cutrez. Es lo más parecido a 'Torrente' que ha dado el cine USA, pero con menos gracia, que ya es decir. Una pena que a Reynolds y Leitch les hayan dado barra libre para profundizar los rasgos más deleznables del primer film e intentar conseguir un éxito de taquilla con este exabrupto cinematográfico.

No me voy a alargar mucho. No vale la pena valorar ni el argumento inexistente, ni unas interpretaciones lamentables (con la excepcion de Zazie Beetz, que realmente se lo curra un poco), aunque si que he de decir que a Brolin le ha sentado fatal quedarse sin maquillaje lila. Si veis la película y os parece que el problema lo tengo yo, que carezco de sentido del humor o de sensibilidad para apreciar una parodia o una gamberrada, os diré que os equivocais: el problema será vuestro por comeros eso y pensar encima que está bueno o que está guay, cuando además resulta bastante asqueroso.

Mi recomendación es que no vayais a verla y que enterremos bajo siete llaves esta aportación de una major como 20th Century Fox, que habría hecho un inmenso favor al mundo cerrando sus aportaciones superheróicas con "Logan".

Y si vais, el consejo es que después de las escenas con los yakuzas os echeis una buena siesta y no desperteis hasta los títulos de crédito, que es donde aparece lo poco aprovechable de la película.

Infinity War es perfectamente predecible en lo que ofrece: un enorme entretenimiento con la marca inconfundible de la Casa de las Ideas cinematográfica. Los estilos habituales y los lugares comunes siguen ahí, inmutables, decenas de peliculas después, a los que ponen rostro unas caras muy conocidas.

Los puntos fuertes se encuentran en el conjunto, en la confeccion de una enorme Space Opera que transita por mil lugares que son objeto de una gran recreación: la enormidad de la producción queda bien reflejada en la grandiosidad de la escenografía espacial. También en la consumación del triunfo de unos efectos especiales que ya no tienen nada que demostrar respecto a su capacidad de recrear las características de los superhéroes. Y finalmente, en la creación por fin de un malvado convincente que aquí brilla con luz propia.

¿Y lo malo? Bueno, un exceso de personajes puestos al servicio del fandom, que en muchos casos parecen más motivo de cameo que de protagonismo. Se agradece no obstante que algunos los que más metraje se llevan sean los interpretados por mejores actores (Downey, Cumberbatch...) o los más carismáticos (Hemsworth, Holland). La sucesión de mamporrazos es también demasiado intensa , aunque disfrutable en general, mientras que en las escenas de frenada y conversación el ritmo se resiente y el sentido incluso se pierde.

Pero, en definitiva, el principal problema que podemos señalar es que la obra, a pesar de que contiene detalles de cierta entidad, no acaba de trascender su condición de entretenimiento superheróico, ni siquiera ante la llegada del Apocalipsis. Pero si les atrae, vayan a verla que no les decepcionará.