Me tomo una pasti y se me vuelcan los ojos.
Todos podemos ser zombies de vez en cuando.
Una bonita historia de amor, de carne y sangre, como las que a mí me gustan. Nada de mariconadas de esas en las que se ven cuarenta segundos de medio seso y el tío se corre y si ya es Bisbal es que te suicidas.

La fotografía es excelente, sobre todo en los magníficos videoclips cargados de sentimiento.
Yo en verdad pienso que a Bisbal le han dicho que iba a vivir un reality y el tío ni ha podido actuar porque lo estaba viviendo todo intensamente.
Cabe destacar la impresionante actuación de Bárbara Goenaga, se nota que está llegando a un momento clave de madurez interpretativa.
La otra tía pos estaba buena, qué quieres que te diga, y para tener el valor de acercarse a más de cinco metros al Bisbal ya da igual que actúe o no. Es un reto vital.