REMAKE!

Eso fue lo que dije en voz alta nada más entrar en la página de filmaffinity. Supongo que para hacer una crítica verdaderamente interesante tendría que haber visto la versión original y así llevar a buen puerto un toque de sabiduría extra. Pero no, ya que vivo en un país donde se archivan las denuncias por intrusismo contra una política porque no era arquitecta cuando firmó los proyectos, yo, que soy más guapo, me permito el lujo DE.

Al diablo, vamos a empezar. Tengo por costumbre (invent) ponerme películas "light" por las noches, para cuando ya el cerebro está frito y lo que menos me apetece ver es a una señora coreana metiéndose media docena de anzuelos por el toto. Cosa que provocó mi mayor sensación de desagrado en lo que va de año (y eso que Abascal visitó mi pueblo en verano). Esas películas las dejo para las tardes. Así, mi zumito y yo tenemos horas de sol para asimilar qué estamos haciendo con nuestro tiempo libre. No me miréis con esa cara. Es eso o la droga. Tengo Vigo a 30 minutos.

Pues nada, que me puse Al Diablo con el Diablo básicamente porque el día anterior me permití la osadía de perpetrar esa cosa llamada Austin Powers en Movistar. Tener padre astronauta es lo que tiene. Bien. Y bueno, en Austin Powers, que me voy, sale Elizabeth Hurley. ELIZABETH HURLEY. Hasta ese día no era capaz de ponerle cara, pero que me aspen si a mi no me puso el fruto de la papilonasia como la vara de un gitano durante media película. No dio para ejercitar fricción en la ducha como los sabios debido a que 1) Eran las 2:09 de la madrugada 2) El antierotismo inglés me paró los pies. God Save The Queen. Antierotismo inglés dice uno que se descargaba todos los martes Nuts Magazine para "leer" los "artículos".

En fin. Me encontré esta cinta en Movistar y al ver que Liz salía por ahí no lo dudé dos veces. Jamás.

Yo había oído hablar de este largo antes, y todos los chicos de los 90 (93) hemos crecido viendo a Brendan Fraser haciendo el camándula por ahí. Así que bueno, no esperaba nada y tampoco estaba recibiendo mucho. Lo dicho, algo "light". Todo iba como la seda.

Durante los primeros 10 minutos.

Luego aparece Elizabeth y ahí todo se va al traste. Vamos, como darle una pelota a Llul. A ver como lo explico. La película funciona de la siguiente manera:

Elizabeth, le concede 7 deseos a Brendan a cambio de su alma, quien va eligiendo "sabiamente" pensando que así podrá enamorar y pasar el resto de su vida con la chica que le gusta (aka Alison). Por supuesto, algún deseo va a salir mal de alguna manera y cada vez que no le guste lo que está pasando tendrá que volver a junto de Liz para implorar otro deseo hasta que consiga que Alison caiga rendida a su amour. Y entre deseo y deseo ocurre lo importante. Repasemos un poco como va avanzando la película:

Brendan falla deseo y vuelve a Elizabeth Hurley, quien esta vez está caracterizada, porque si, de policía sexy.
Brendan falla deseo y vuelve a Elizabeth Hurley, quien ahora está caracterizada de profesora sexy
Brendan falla deseo y vuelve a Elizabeth Hurley, quien está caracterizada de ángel sexy
Brendan falla deseo y vuelve a Elizabeth Hurley, caracterizada de...

No hace falta que siga. El gancho es ese amigos. Y la razón fundamental para seguir viendo la película. Exactamente igual que el de Antena 3 en las campanadas. El GANCHO. Es lo mismo. Una de las mayores definiciones de "¿Qué vestido (no) se pondrá la Pedroche este año?" de la historia del cine. Es cierto, gente como Pam Grier hacían lo mismo, pero nunca de un modo tan exagerado como en esta.

Y mientras un bondadoso y desesperado Brendan hierbe a fuego lento el corazón de unos, la Elizabeth Hurley revienta el alma a otros entra aparición y aparición.

Tanto fue así que necesité una ducha fría...

A Kitano se la pela. Y a mi también. Y a los de Estopa parece que también le da igual si llueve o nieva. A Kitano no va a venir nadie ahora, por muy "escribo en Variety, cuenta verificada en twitter" a decirle como hacer SU cine. Porque sólo él es dueño de su obra y cero problemas para aclarar las cosas como son. Kitano dijo en aquella sacada de chorra que tituló "Glory To The Filmmaker" (2003) que el director de esa película (él mismo) era (literalmente) gilipollas por abandonar el estilo de cine que mejor se le daba: Las pelís de Yakuzas. Kitano siempre un paso por delante de sus haters. Más talibán del señor del tic en el ojo que Cristobal Soria de los tíos.

Los tíos.

Aquí están los tíos. Y tíos hay muchos. Y las mujeres de florero. Típico. Y a Kitano se la sigue pelando. Porque lleva décadas poniendo a Susumu Terajima en sus pelís haciendo de Yakuza (o policía, para Kitano no hay termino medio), incluyendo incluso un pequeño cameo en Aquiles y la Tortuga que bien creo/supongo/intuyo que la única explicación por la cual esa escena está en el film es debido a que Takeshi no podía dar por finalizada la película si no había algo relacionado con yakuzas. Sus Yakuzas. Su cine. Y al Susumu llamó corriendo Kitano para salir 1 4 segundos en pantalla metiendo una hostia y poniendo esos morritos tan carismáticos que hacen que se pronuncie todavía más mi bisexualidad asexuada. Supongo. Pues va el cabezas de Takeshi años después y se monta un trilogía de pelis de yakuzas y no cuela ni un mísero nanosegundo en pantalla del Sr. Terajima en ninguna de ellas. A tomar por saco. En su lugar mete a Miura.

Hablemos de Miura.

A mi Miura me cae muy bien. Miura es un señor que lleva casi 5 décadas viviendo de que su mujer sea Momoe Yamaguchi (una DIOSA que literalmente ha hecho más dinero estando en el sofá de su casa desde su retiro a principios de los 80s que su marido trabajando en multitud de películas desde entonces). En una sociedad sutilmente machista como la japonesa, que tu mujer ganase más que tu (y más en aquel tiempo) era motivo de sonrojo para cualquier hombre. Pero no para Miura. Para él, que su mujer fuese (y siga siendo) una de la personas más conocidas y amadas de Japón (tanto es así que se oye comentar a las gentes del lugar que si Momoe decidiese un día volver a los escenarios, literalmente se necesitaría un estadio entero para atender la demanda que habría de entradas. Poca broma. Ni la Orquesta Panorama en Galicia) es motivo para estar orgulloso sin importar que eso te coloque en segundo, tercer o trigesimocuarto plano debido al nombre de tu mujer.

Y yo aquesto lo valoro.

Kitano también asemeja valorarlo. No tanto parece ser el señor Charles Boyer. No te enrolles Charles Boyer decía Carlos Boyero. Que gilipollez de párrafo estoy escribiendo diría Carlos Boyero si yo fuese él. Gilipollez también es lo que piensa Boyero que es esta película. Pues bien. A Boyero no le gusta, entonces buena dirían los listos de twitter cine aka señores con barba que por haber visto el coño de la Sharon Stone en pantalla grande porque perdón por nacer en el 93 y no en el 73 ya tienen una opinión más valida que la tuya. Yo ya viera el toto de la Stone antes de hacer la comunión, tu tuviste que esperar 20 años. Payaso. Vox Smith también es gilipollas. Y mira, si a Kitano le mola que Boyero le insulte pues a mi también. Si al final en 89% de escenas de Takeshi son Carlos Boyero un jueves cualquiera en el bar de la esquina. Valors.

¿De qué va esta película? Pues de Yakuzas y sus cosas de Yakuzas. Rollos muy de ellos sobre luchas de poder, asesinatos entre hermanos (influencia borbónica supongo) , señores de Ghana que montan casinos y Kitano en el papel de M. Rajoy en el papel de Kitano revisando que todo vaya como dios manda. Lo de Rajoy no lo digo por decir, hay un momento de la película donde uno de los personajes le dice a Kitano algo así como "tú y tu gente llevais años cometiendo crímenes y siempre actúas como si no supieras nada". Vamos, es que hasta el maestro japonés se influencia de un gallego. Joer. Dan ganas de votar al BNG.

La película gira en torno a los movimientos que el lider supremo de la organización (aka Floper) manda ejecutar a sus marionetas para mantener la paz y armonía en la banda criminal siempre con cara de estar rememorando y/o reconstruyendo sus años en chándal mizuno y nunca volver a ser tratado de tu, sino de usted. Obviamente todas sus actuaciones penden del hilo de sus propios intereses. Y vamos que la película se tira el rollo mafioso que ni PACMA defendiendo el cambio de piel del zorro albino durante aprox dos horas. Lo mismo da a decir verdad, mientras tengamos a Takeshi matando con cara de quien está comprando bonos del estado y excelentísimos tatuajes nunca carentes de estética todo lo demás es aguantable.

No cabe duda. Hablar a estas alturas de Campamento Flipy es hablar de una de las más incendiarias genialidades del séptimo arte. Aura de clásico desde el minuto 1. Poca broma.

El debutante Rafa Parbus - en plena etapa artística berlinesa, para más inri - nos aborda con un perfecto 3-4-3 humorístico casi al nivel de los grandes del género como Groucho, J.C. Monedero o el gif de McMahon.

La película va de un fanático de The Hoff llamado Flipy, interpretado por Flipy - jugada maestra - que por error se convierte en una especie de adulto con el cerebro de un niño. Bien. Hasta ahora ciencia ficción de la buena. Luego va a un campamento de "humor" con su amigo gordo (llamémosle Fran) y allí conocen a su nuevo colega uber friki (llamémosle Lorenzo, porque de hecho se llama Lorenzo).

Mención aparte merece la interpretación para nada sobreactuada de un pasadísimo Pablo Carbonell en el que es su último papel cinematográfico hasta la fecha. Un detalle que habla por sí solo. Como dicen los de La Renga "es mejor consumirse que dormir oxidado". ¿Quiénes son La Renga? Ni idea. Google es maravilloso. Ya puede venir mi primo J.J. Abrams con Serpientes en el avión 2 que Pablo no se va a mover del sofá. Faltaría mas. Una vez pruebas el cielo todo te parece un infierno. Menos Helen Mirren en Herostratus.

El guión es tan demencial que no me llegan las palabras. El campamento es una especie de reclutamiento de nuevos humoristas - todos socialdemócratas imagino - que deben competir por ver quién de ellos es el mejor cómico. Esta síntesis saca a relucir la influencia que la obra de Dante ha tenido en la película de Parbus. Más concretamente en el concepto de su círculo de Podemos... digo... de infiernos. ¿Qué no me creéis? Vamos a repasar por alto los particulares personajes que nos podremos encontrar en el campamento: Una sueca gorda, tías lanzándose mocos, un perro que habla, un gorila inteligente, Ignatius Farray, un lisiado, un hombre de los bosques, gente random... coño, es que ni el mejor Carlos Lozano esnifando 3 gramos de farlopa del pelo de María Patiño te monta este pseudouniverso.

Una maravilla. Sin duda a mi me cambió la vida. Empiezo a sentir cosas que no había sentido antes. Por ejemplo, envidiar a los muertos.

Lynch coloca en la bandeja de su DVD el disco que contiene Campamento Flipy. Tras 1 hora y 22 minutos de fotogramas el bueno de David comienza a afirmar con rotundidad, alcanza un bolígrafo con su mano derecha, lo lanza por la ventana, se gira de golpe y se queda toda la tarde mirando fijamente una pared vacía.


ESO es Campamento Flipy.

The Rock.

Desde el día en que a algún iluminado se le ocurrió hacer el pintamonas delante del fuego de una hoguera y contemplar las sombras que esto producía - hasta hoy - nunca nadie ha representado mejor la figura del autónomo en una gran pantalla como nuestro querido Dwayne Johnson. Me río de los parguelas de ADE. Como yo.

Dwayne interpreta, que digo interpreta, vive en sus propias carnes la difícil vida de ser entrepreneur en un antiguo Egipto donde las grandes empresas monopolizan los negocios de la zona. El bueno de John inicia una odisea a través del sistema empresarial y monta junto a miembros de su familia una suerte de sociedad designada al noble arte del asesinato. Como la de Coco Chanel. Solo que estos te matan con una espada y el señor/a este/a vendiéndote una camiseta a 125 euros. Yo tengo una. Tener padre astronauta es lo que tiene.

Pues bueno, The Rock & Family deciden tirar la casa por la ventana y aceptar un encargo de manos de unos jefes de tribus con aires de superioridad pero que no tienen ni media hostia como para hacer frente a un ejercito de inútiles que a nada que les sopla una brisita entran en coma.

En un principio la empresa asemeja fácil: Matar a una señora que dice tener poderes y por la cual nuestro villano ha conseguido todo el reino posee. Un pichafloja que tuvo la suerte de conocer a una chiquilla con poderes cuando era joven, que ahora que lo pienso, en la película la bruja dice que el fulano este la hizo suya desde que ella era una niña, pero desde luego él no parece mucho más mayor que ella... Bueno, algo haría. Ahora vive en palacio como una reina. Después de morir a manos de Jason en Viernes 13 parte 8 y aparecer en un episodio de Nash Bridges ya era hora de que a la buena de Kelly Hu le tocase no tener que sufrir. El cine se lo debía. Así como la televisión le debe una estatua a Alfredo Duro. Otro mesias.

Nuestro intrépido The Rock, demostrando que es humano (superior) cae en las garras de la incuestionable belleza asiática y decide no ejecutar la orden de asesinarla. "Maldita sea tu gloria The Rock. Has defraudado a todo el circulo de empresarios de oriente próximo" dirían algunos.

Algunos estarían equivocados.

Todo es por una buena causa ya que Kelly Hu y su belleza están hasta el gorro del villano ese que no contento con poseer -25 en carisma, tiene pinta de ser un autentico gilipuertas. Y solo por eso, se le perdona.

A partir de ahí el maestro Chuck Russell decide hacer lo impredecible y, como si de un mago se tratara, formula en pantalla exactamente todo lo que cualquier espectador con cierta experiencia ya habría predicho. Como si nos hubiese leído la mente. Todo un mago. ¿David Copperfield? Un aficionado.

No voy a perder ni un minuto en seguir contando las idas y venidas de nuestro héroe local. Eso tendréis que averiguarlo vosotros, pero si estáis impacientes... spoiler.

Ya han pasado 8 años desde aquel 25 de junio de 2009. ¿Os acordáis? Que jovenes éramos. Yo todavía estaba en tercero de la ESO. Tenía más pelo, más novias y más ganas de vivir que ahora. Cosas de hacerse mayor, supongo. Michael Jackson murió en esa fatídica fecha, la cual, cuadró con el día en que entregaban las notas en mi colegio (jugada maestra del destino). Imaginaos la situación. Llegar a clase (yo estrenaba peinado pasando de las melenas de Kurt Cobain a la cabeza rapada de Billy Corgan) y tener que contarle a los retrasados que Michael Jackson había muerto. Retrasados porque todavía no se habían enterado de la noticia del día, semana, mes, año y milenio, no porque fueran tontos. Al menos no todos.

En esa época todo el mundo tenía un Michael en su vida. Michael Robinson, Michael Jordan, Michael Schumacher (el hermano de Ralf) el propio Michael Jackson e incluso algún perturbado destinado a acabar cantando Wonderwall a pleno pulmón tras una suerte de performance delante de su hoguera de San Juan que adoraba a Michael Owen.

Si, ese perturbado era yo.

Nacer el 1993 y crecer con la cultura del 2000 te hacía más fuerte. Decían. ¿Y qué era la cultura del 2000? Ni puta idea. Solo se sabía que a Michael Jackson había que respetarle por su pasado y odiarlo por su presente. ¿Por qué? Pues porque daba miedo. Y ese miedo fundía nuestros cerebros, que no paraban de preguntarse cosas como ¿Qué es ese ser? o ¿De verdad era negro?.

Ardua tarea la de nuestros progenitores el tener que explicarnos que Michael Jackson fue el señor más respetado de los 80 y por lo tanto el ser humano más guay del universo.

Los cojines 33 decía yo en ese momento.

Cuando Michael murió comenzaron los homenajes. Yo, como buen intento de hijo del metal que se suponía que era, trataba de ocultar mi interés por la muerte Michael en un intento desesperado de ser aceptado en la comunidad rockera de mi generación. Casi lo conseguí. Suerte de gitana que me di cuenta de una pequeña cosa que al resto les costaba divisar.

MICHAEL JACKSON ERA UN GENIO.

Por encima de Carlos Boyero y a la altura del que le puso un caramelo a un palo y lo llamó chupa chus. Ahí está MJ. (Perdona Michael pero te voy a tutear un poco). El carisma, el baile, LAS CANCIONES, la voz, las letras... ¿Es que había algo que MJ no podía hacer?. Si, gustarle a todo el mundo.

Pero como se suele decir: no se hizo la miel para la boca del asno.

Si queréis disfrutar de Michael Jackson, buscad videos en Youtube, bucead en su discografía y pensad que este señor solo quería un mundo mejor para todos. Este muy poco original documental sobre la que pudo haber sido una de las giras más rentables de la historia de la música popular no sirve para otra cosa que para hacernos ver que todavía podía hacerlo. Y nosotros así lo quisimos. Gracias Michael.