Biopic de superación el que nos muestra James Marsh, basándose en la vida de Stephen Hawking y por medio de un excelente Eddie Redmayne.

La historia, como no podía ser de otra forma, viene marcada por la grave enfermedad que padece Hawking, rompiendo la predicción médica de su corta esperanza de vida, augurando que sólo viviría 2 años. Actualmente tiene 72 años.

Por lo que respecta a Redmayne, encarna al personaje de una forma sublime, poniendo de relieve y en su favor la compleja figura del cosmólogo, logrando emular su estado físico con un realismo de nota, del mismo modo al transmitir con sus gestos, la gran veracidad de sus sentimientos.

En lo que se refiere al relato de su vida, bien es cierto que no se profundiza en exceso en los aspectos por los cuales Hawking ha alcanzado la fama, es decir, su "teoría del todo", pero sinceramente creo que resulta en cierta forma beneficioso para el film, pues en ocasiones se tiende a no tratar adecuadamente temas que son difíciles de explicar y hacer llegar al espectador, principalmente por su complejidad técnica y de conocimiento. Así, James Marsh opta por humanizar intensamente el metraje a través de las personas que lo han rodeado y cuidado, como su primera esposa, sus hijos, amigos de la juventud...quedando perfectamente aderezado con una emotiva banda sonora, que sube la calidad de acabado del film.


Resultado, una película que resta protagonismo al aspecto profesional de Hawking, sin profundizar en exceso en los aspectos que rigen sus teorías, para mostrarnos una vida de superación continua a todos los niveles. Un verdadero alegato a las ganas de luchar y vivir con dignidad, con un talento que pocos poseen y que se sobrepone a los duros obstáculos que la vida decidió imponerle.

"... no hay ningún Dios. Soy ateo. La religión cree en los milagros, pero éstos no son compatibles con la ciencia".

Fdo. Stephen Hawking.

Anhelaba ver un film de este tipo pero sin excesos innecesarios.

Ben Affleck vuelve a sorprenderme una vez más y, afortunadamente para bien. Este chico que prometía en sus primeras películas y que después, había derivado en un error tras otro, parece estar encauzando su camino y la verdad, quien lo iba decir, como director.

En cuanto al cómo llegué a optar por ver "Argo", siendo sincero he de decir que ni me lo había planteado. No sabía de su existencia, ni me había documentado sobre el suceso de 1.979 en Teherán, simplemente pinché en cartelera de Filmaffinity y me topé con ella y su media de 7'5. Después, su sinopsis, sus similitudes con la satisfactoria "Munich" y las buenas críticas de los usuarios, acabaron de convencerme de que valía la pena pagar la indecencia que valen hoy en día, las entradas de cine.

¿El resultado? 2 horas de buen cine y un final de tensión máxima. Ninguno destaca, ni Affleck pero todos rayan a un buen nivel, no se peca de empalago documental, algo típico en films de este típo, donde el afán por relatar con todo detalle el suceso real, acaba por dotar de una tediosidad innecesaria el resultado final, con la consecuente irritación del respetable.

La ambientación correcta, los personajes notablemente fieles a quienes fueron en su realidad y para terminar, John Goodman, el siempre y entrañable Good, con un papel modesto pero más que acertado, representando a John Chambers, un oscarizado maquillador de efectos especiales del cine Hollywoodiense, por la famosa película "El Planeta de los Simios", entre muchas otras y que jugó un papel capital en la operación "Argo".

Por todo ello, recomendable película, de las pocas que compensa rascarse el bolsillo en estos tiempos difíciles.

Un joven y prometedor James Spader, un thriller con sabor ochentero y las horas de más que la Navidad me suele brindar, fueron los alicientes necesarios para iniciar este film. En mi error olvidar que en toda película existe un director, algunas veces para bien y en este caso para mal.

Rowdy Herrington, director que apenas ha existido en la gran pantalla, con títulos medianos como "De profesión duro", "Persecución mortal" o "Nido de cuervos" entre otros, nos propone, nos vende desde un comienzo algo que luego no es.
Y es que "Jack's Back" o "El Retorno de Jack el destripador" en español, lo mismo da viendo lo mostrado, es el resultado comparable a una noche de tapas en un garito de poca monta, donde pides de todo, picas de todo y al final no sabes ni que has comido, todo te sabe igual, a frito. Y es que la sensación, el poso que queda, es el de una película muy poco trabajada. La limitada profundización en cada uno de los pilares del film, reflejada en el leve o casi inexistente ahondamiento sobre la figura del asesino, algo capital en un thriller, la relación fraterna surgida por arte de magia, el pasado de Spader sin referencia alguna, la incompetencia policial, que parece más bien un grupo de ineptos con placa, te hacen comprender en gran parte el por qué Jack's Black es una película mediocre en todos los sentidos.

En medio de todo este atropello sin sosiego, se encuentra James Spader, aquél actor que prometía a finales de los 80' y 90' pero que al final se quedó en algo parecido a un "casi".
Un chico promesa por aquellos tiempos, que interpreta a un joven médico en prácticas que sin desearlo se topa con el asesino en serie. Desde ese momento y suprimiendo un dato que no quiero desvelar por aquello del Spoiler, es aquí donde la película, su argumento, su guión cae en una espiral de giros forzados, poco elaborados y hasta por momentos ridículos que hacen que el resultado final sea un trabajo lleno de injertos improvisados que no convencen a nadie.
No existe intriga, ni thriller como tal, ni si quiera la clásica relación sentimental que suele tener lugar, sólo inicios, intentos de algo que no llega a nada. Herrington no se molestó en cementar ningún punto, dejándonos un surtido de cosas que dan un resultado vacío. Sólo una serie de parches continuos para evitar que una película ya mermada desde casi su comienzo perdiese más aire del que ya poco le quedaba.

Reflexionando la carrera de James Spader, y a pesar de que tras "Jack's Black" llegaría uno de sus principales éxitos, "Sexo, mentiras y video" puedo empezar a comprender el por qué este actor se quedó en una correcta década de los 90' y poco más. Y es que, la mala suerte en sus proyectos, su poco acierto o motivos que desconozco, le fueron minando su fama paulatinamente.

Una auténtica lástima, siempre pensé que fue un talento mal gastado.

Cierto es que si se te presenta uno de tus actores favoritos, uno de tus directores predilectos y un género con el que antes de iniciar el film ya te pone contento, la cosa esta prácticamente ganada.

Scorsese y su apadrinado Di Caprio vuelven a demostrar que son dos de los pocos que, cada uno en la parte que le toca, defraudan en contadas ocasiones.

Shutter Island es una angustioso thriller psicológico que a pesar de su aparente complejidad te va enganchando en progresión sin llevarte a la confusión paranoica. Perfectamente ambientada, con unas soberbias interpretaciones, mención especial a Ben Kingsley y Mark Ruffalo, este último dando mucho de sí en tan poco espacio, hacen de toda ella un verdadero suspense de los clásicos. Aquellos en que poco tienen que hacer las balas, las desmedidas escenas viscerales o los sobre usados efectos especiales.

Sólo el pincel de un siempre genial Scorsese y el cada día más consagrado Di Caprio se bastan para dejar en muy alto lugar Shutter Island.

Fiel a la cita y como cierre, no podía faltar ese final sui generis, ese punto definitivo, esquivo e impredecible, brillante que nos suele brindar Scorsese. Pocos como él logran elevar en su último tramo, en su suspiro de despedida, el film dos peldaños más.

Frase que da título a mi crítica, que da sentido a todo el film, que lanza reflexiones, en definitiva, que muestra todo en nada.

Señor Di Caprio y Señor Scorsese no se separen nunca!!

Notable drama del Director Paul Morrison donde nos muestra la intensa relación de tres grandes artistas del siglo XX y que tuvo lugar en la conocida "Residencia de Estudiantes" de Madrid .

Por un lado y ocupando claramente un segundo plano, nos encontramos con Luís Buñuel, definido por algunos como un anarquista con matices, cuya relación con Lorca se ve eclipsada por la llegada del peculiar y extravagante Dalí. Se nos muestra un Buñuel rebelde, cansado del sistema, asfixiado por la España del momento y que desea fervientemente marchar a la ciudad vanguardista del momento, París y poder desarrollar su definitiva vocación, el cine.

Por otro lado, la gran relación de amor prohibido mostrada entre Federico García Lorca y Salvador Dalí que marcaría sus vidas y que ocupa el tema principal del film. Morrison trata la trayectoria artística de ambos genios de una forma supérflua para dar paso a un profundo interiorismo personal, emocional que revelará el verdadero ser de cada uno y el porque de sus destinos.

En cuanto al reparto, destacar la gran actuación de Beltrán y Pattinson, gran atención a éste último que logra con gran nota representar fielmente la complicada figura de Dalí. Promete por ahora, veremos como llevará en el futuro la etiqueta de Eduard Cullen.

Así ponemos como cierre, que estamos ante un film fiel "en su medida", con buenas representaciones y sobretodo fluído y con ritmo, nota importante en este tipo de géneros biográficos en los que suele pecar de densidad.

Como nota señalar la similitud entre "Sin limites" y "Vidas al límite" de Agnieszka Hollandma, siendo esta última mas lenta y confusa.