Hace mucho tiempo no veía una película que se centrara en el ser humano como tal, y que dejara develar lo maravilloso que puede ser una relación entre dos personas buscando ante todo la esencia de cada una de ellas. Muchas veces las cosas suceden así no más, lo importante es saber hacer una adecuada lectura de lo que la vida nos trae. Cuántas veces no nos quedamos pensando en el qué hubiese podido ser. Abrir los ojos, seguir adelante y disfrutar el momento que las vida nos trae, quién sabe, tal vez los vientos que soplan a nuestro alrededor pueden traernos buenas sorpresas; pero al fin y al cabo, el viento sigue su camino.

Si bien es cierto que este tipo de películas poseen el encanto para el entretenimiento, es importante tener presente que también deben generar la sensación de estar frente a una obra de arte. A esta película le falta mucho de esto último, ya que su pobre argumento hace de ella un film totalmente predicible en sus acontecimientos.

Lamento que James Franco haya hecho este papel, pues posee la categoría de actor para poder desarrolla mejor sus interpretaciones y tal vez mucho más decepcionante es el caso de Rachel Weisz.

En fin, muchas escenas de visión, un color mágico dentro de la película, pero que no pasa más allá. Es la lucha entre los efectos contra la actuación; en este caso, lamentablemente, ha ganado el taller de efectos.

Cuando llegué a la sala de cine, tenía muchas expectativas con lo que me podía encontrar y la verdad salí contento con el producto, bueno, con una parte del producto. La super estrella: Charlize Theron.

Siento que la fantasía con la que crecí, creyendo el cuento mágico de Blancanieves, se fue esfumando y perdiendo poco a poco, era una historia nueva la que estaba presenciado y lo mejor de todo, es que a medida que avanzaba la historia me encantaba. La actuación de Theron me dejó con la boca abierta, qué actiz, qué mujer tan sensacional.

Es bueno que las telarañas del color rosa que pintan muchas veces las hitorias de hadas, se vayan desvaneciendo poco a poco, porque la vida es real y tiene el matíz que nos muestras esta historia: dolor, rencor y deseo de venganza.

Esto ha sido un buen reinvento de los cuentos de hadas. El mundo sin ser perverso, es más cruel de lo que muchos pensamos y no es bueno andar con los ojos tan tapados. Tampoco sin ir al extremo de satanizalo todo, pues la esperanza, la bondad y el buen deseo de corazón se pueden hacer manifiestos cuando dejamos de lado nuestros propios egoísmos. Eso le sucede al cazador, quien descubre todo esto cuando deja de la lado sus primeras intenciones. ¿Quién en el mundo no haces las cosas con un interés?

Dejar estos intereses nos permiten descubrir el lado bueno que podermos tener, que el mundo puede tener.

Estae es una de esas historias que te mantienen pendiente de comienzo a final, que te invita a un viaje por tus sentimientos, desde la pasión, ternura, ira, alegría, dolor, angustia y desencantado, desde otros más. No cabe duda que con esta magnífica obra hay una gran invitación: vivir el presente, intentado dar lo mejor para la constucción del futuro, pero sin poner la felicidad en el mañana, solo contemplándola desde el presente, porque eso es lo que hay.

Una bella historia que tal vez muchos de nosotros hemos vivido desde varios escenarios y que nos preguntamos: ¿Qué pasó? Lo importante es no quedarnos en la pregunta, sino seguir adelante buscando caminos alternos de solución, si se puede, para hallar la felicidad, intentando que ella sea lo más perdurable posible.

Una bella película que nos ayuda a rescatar el quiénes somos desde las respuestas de nuestros contextos. Muchas veces, debido a las dificultades sociales y económicas de nuestros pueblos, tenemos la tendencia de abandonar nuestros lugares de origen y buscar nuevos horizontes, con el prexto del progresar cuando tal vez está de por medio el miedo a enfretar las dificultades y ayudarles a hallar las adecuadas soluciones. Encontrar el lugar de donde soy e identificarme con mi tierra, son los sentimientos que afloran en esta película.

Muchos pueblos viven situaciones de violencia o del desarraigo de tierra y el camino que tal vez muchos han optado es el de huir; pero, ¿Qué pasaría si nadie lo hicera y se unieran para hallar nuevas altarnativas de solución? Lo más importante es ser valientes.