Esta es la historia de una vienesa judia, exiliada en los Estados Unidos, que decide recuperar varias obras que Hitler expropió a su familia, entre ellas el maravilloso cuadro de Gustav Klimt Woman in Gold.

Muchos tópicos en el argumento: la protagonista no entiende de leyes pero está dispuesta a ponerse el mundo por montera, enmendándole la plana a los más altos cargos austríacos; el abogado que la ayuda en un joven todavía inexperto, casi arruinado, pero que es capaz de encontrar los vacíos legales más recónditos; el periodista independiente que se suma a la causa actúa de la forma más desinteresada, ni siquiera pide la exclusiva de su artículo...

Sin embargo, la historia funciona: está basada en hechos reales (eso ayuda), Helen brilla espléndida y creíble en todo momento y Ryan y Daniel también están a la altura. El personaje que sobra es el de Katie Holmes, la abnegada esposa, la verdad.

La fotografía y los flashbacks de la infancia y juventud de la protagonista ayudan a componer un cuadro armónico y una estructura equilibrada de la película.

Puedes disfrutarla como telefilm de sobremesa pero también como película de tarde. Y terminarás buscando en la wikipedia la historia real. Diversión garantizada.

Lo dicho: no es una obra maestra pero se disfruta.

¡Qué película, señores!

El director es tan implacable con el espectador como el asesino de mujeres con sus víctimas.

La historia es cruda, sin escapatoria. Solo su mensaje feminista deja un poso de esperanza que, me temo, no compensa.

Voy al spoiler.

Esta crítica de usuario llega 20 años después del estreno de la película. Y la escribo para elogiar el mérito de que no ha envejecido, casi que mejora como el buen vino, sobre todo si la comparamos con otras películas, series y sagas de telefilm que están prostituyendo el fascinante mito del vampiro.

Seguro que es porque, partiendo de una magnífica novela, se ha mantenido un buen guión acompañado de estupendas interpretaciones actorales.

Hay que volver a verla de vez en cuando para confirmar el efecto. Un clásico.

No he leído el libro del que deriva la película pero estoy segura de que habría dado para un estupendo guión. Pero no es el caso, cuando se llevó al cine. Sensación de corta y pega a partir de un contenido presumiblemente atractivo que termina siendo embarullado y sin interés. ¡Y qué interpretaciones! El paraíso de la ñoñería amparado por un absurdo argumento.

Una de esas películas de las que nadie habla y que te encuentras por casualidad. Divertida, sarcástica y magníficamente interpretada por el inimitable Mr. Price.

Aunque de ritmo irregular, te engancha y no te suelta. Sorprende cuando no te lo esperas.

Se disfruta mucho más si no te la tomas en serio ni te empeñas en encontrarle fallos a la trama y al guión.

Yo se la recomiendo incluso a niños no demasiado pequeños.