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Críticas de Alexander_Supertramp
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Críticas 26
Críticas ordenadas por fecha (desc.)
8
7 de octubre de 2017
6 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
La luz se tiñe de nostalgia, los decorados se erigen como santuarios de la memoria, los planos sugieren y construyen ideas nuevas al mismo tiempo que recuperan marcos ya transitados, la belleza plástica sigue conjugando y mimetizándose con ecos de aquella mítica partitura de Vangelis, los silencios prolongados y tensos, el aroma a cine negro, su nunca gratuita violencia, su lírico sentido de la tragedia y la lluvia... el universo de Blade Runner en manos de Villeneuve no sólo resucita décadas después sino que prudentemente se expande, se abre conscientemente hacia nuevas esferas que conducen inexorablemente al punto de incio para seguir cerrando en falso, con preguntas y dudas que siguen sin encontrar respuesta. Y en parte, así es como empieza a vivir su protagonista, K, cuando empieza a dudar.
¿Qué es ser humano en el año 2049? Dioses que juegan a crear vida; vida que subsiste en un mundo degradado, devastado climatológica y moralmente, en su fase terminal ¿Qué significa ser humano a un paso del abismo? la vida natural al borde de la extinción por culpa propia, y los replicantes, quizás el futuro, la esperanza.
La gran fuerza de la ciencia ficción como género es la de permitirse hablar del presente desde diversos futuros, probables o no, incluso futuros que ya han pasado y seguirán pasando, y con ello, plantear también debates sociales de rabiosa actualidad. La idea de los replicantes como metáfora de los refugiados, de immigrantes sin papeles a quienes se les despoja de su identidad ¿y si los personajes soñaran un futuro que ya han vivido? ¿Soñarán los humanos del futuro en una vida ya escrita? A veces funcionan como espejos que reflejan situaciones del pasado en el futuro, los personajes en Blade Runner se encuentran sumidos en un largo y futurista adiós, en su último atardecer, quizás para comprender antes de desaparecer. Blade Runner 2049 es una historia sobre el ocaso; la luz es crepuscular, un dorado crepuscular que conecta con la idea del fuego, que está muy presente en el film. Cenizas y el color oro, es amarillo, casi quemado, todo el contexto funciona casi en clave pictórica clásica, con reminiscencias de temática mitológica. La caída de los dioses, la idea de la inmortalidad, el fuego de Prometeo; todo, todo se funde, forma y fondo de un modo casi místico y poético.
Para ser justos, habría que evitar algo inevitable, comparar esta tardía secuela con la original. Habría que valorar su persistente voluntad de honrar a su memoria; habría que valorar tantas y tantas cosas pero en claves tan distintas a las de la original y sin embargo, siempre teniéndola tan presente. Quizás la gran diferencia es que aquella película echó a volar nuestra imaginación. Nos hizo necesitar revisitarla una y otra vez. Blade Runner 2049 hace parte del trabajo por nosotros, y por ello, carece del aura de su magistral predecesora.

Excelente película.
Alexander_Supertramp
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9
25 de junio de 2011
10 de 17 usuarios han encontrado esta crítica útil
El universo infinito, el comienzo y el fin de todas las cosas, la vida y la muerte… Malick y su aliento caótico de poeta enfermo, tratando de dar forma de prosa enamorada a un laberinto espiritual, que da tregua al desorden cósmico y también narrativo que inevitablemente sufre la obra.
Excesiva, pero lo logra. Sosteniéndose desde la poderosa idea de que la complejidad obedece a lo sencillo, la película hilvana un discurso que el autor teje a partir de los detalles, y de un lenguaje común que lo comprende todo. Malick no resuelve nada, pero si colma con las expectativas pretendidas desde un principio, que no es decir poco.

Cabe decir, que durante la primera media hora parece más un documental del National Geographic que otra cosa. El montaje, y la catarsis de imágenes de factura impecable, evocadoras y sugerentes, confluyen en un mismo sentido, tratan de contarnos, no sin cierto letargo a nivel narrativo, el nacimiento del mundo, el comienzo de todas las cosas, el “Big Bang” y cómo no, el principio de la vida tal y como la conocemos en la tierra. Una odisea poética por los recónditos parajes de nuestra genealogía existencial. Durante esa larga y parsimoniosa presentación, la película nos consume como espectadores, como oyentes y como cómplices de esta gesta espacial y terrenal.

Malick actúa siempre desde el asombro, su propio asombro, desde la incertidumbre, sin buscar respuestas a pesar de las infinitas contradicciones que representa enfrentarse a tal reto, ni resguardarse bajo los muros éticos y morales de las religiones, tampoco los cuestiona, o quizás si…
Hurgando entre capas y capas de incomprensión narrativa, el autor intenta encontrar un sentido global en el eje de una familia americana de clase media. A partir de ahí pulsa, si cabe con más fuerza, el resorte de las emociones, avanzando siempre con la ayuda de una voz en off tan bucólica como necesaria, y de una cámara que se mueve como un espectro, obviando lo obvio y centrándose en los pequeños detalles, la obra adquiere un tono mucho más tangible y próximo. Esta es sin duda la parte más disfrutable, la más detallista y la que avanza de un modo más orgánico y “convencional”.

El retrato recto y autoritario del padre, la representación dulce e indulgente de la madre, todos los personajes obedecen una idea, son estamentos de lo que la vida les da, de lo que la vida les permite ser. Bajo esa premisa tan básica tratar de juzgar a los actores es imposible, aunque siempre es agradable contar con la presencia de intérpretes de la talla de Brad Pitt y Sean Penn.

CONTINUA SIN SPOILER
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Alexander_Supertramp
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5
13 de agosto de 2010
11 de 23 usuarios han encontrado esta crítica útil
Detrás de esa cara de bulldog con mala ostia, esa peluca teñida y esos músculos tuneados, se esconde alguien que lleva años explotando el cuento de vieja gloria del cine de acción, y aunque este más para museo que para otra cosa, a tenor de los resultados de sus últimos proyectos parece que el rollo le sigue funcionando.

El caso es que el viejo Sly una vez más ha sabido venderse con una nueva película que no es una adaptación ni tampoco una secuela, ni tan siquiera un remake, o quizás lo sea todo a la vez, no busca la tan sobreexplotada tridimensionalidad, tampoco espera la bendición de la crítica, e incluso me atrevería a afirmar que lo que piense el público le importa un pimiento.

Mercenarios es salvajemente estúpida, tan mala como se quiera ver pero cumple con su cometido, atesora todos y cada uno de los valores del peor cine de acción de los ochenta, no hay nada que ver aquí más que guantazos por doquier. Una gamberra voluntaria que mientras la ubiquemos dentro de su género funcionará, casi como pieza única y legado de una forma de entender el cine que ha pasado a mejor vida.

Y hay mucho por lo que sentir vergüenza ajena, a Stallone da pena verle la cara llena de botox hasta las cejas, pero no engaña a nadie, si hay algo que cabe reconocerle es que no entiende de complejos.
No escatima en gastos y en recursos pirotécnicos, es una película de los 80 con presupuesto actual.
En la larga lista de invitados no falta el chino karateca del momento (Jet Li) tampoco Rourke, que vuelve a las andadas después de vendernos humo con su regreso al ring de la vida y del cine de calidad con aquel encumbrado personaje, paradigma de su propia existencia, en la estupenda The Wrestler de Aronofsky. Y luego aunque su presencia sea prácticamente anecdótica, míster gobernator también hace acto de presencia, reforzando mejor que nadie la idea de que todo lo que vemos es digno de museo, un cine que por suerte de algunos y desgracia para otros caducó hace ya mucho y que Stallone se ha empeñado en homenajear, quizá porque sin él su carrera no hubiera tenido sentido, o qué diablos, simplemente por pasta.

En cuanto el argumento ¿Alguien esperaba que saliera algo bueno de allí? Verdad que no, pues eso la misma estupidez de toda la vida, los buenos se lían a tortas con los malos repartiendo estopa hasta dejarlos K.O.…en fin hablar de despropósito no sería justo aunque lo sea, hay que entender la cinta como lo que es, y saber a lo que te expones entrando a la sala. Y la verdad es que el morbo de ver juntos a Stallone y sus muchachos ajusticiando el mundo no tiene precio, te ríes mucho con ellos pero sobretodo de ellos, que no parecen tener el sentido de la dignidad demasiado desarrollado.
Alexander_Supertramp
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5
2 de agosto de 2010
14 de 24 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tanto la brillante acción ofrecida como el punto de partida del argumento hacen pensar que la movida de la peli viene motivada en torno al éxito que cosechó Bourne en su día, la reconversión de sexo del protagonista y la poca enjundia que presenta la historia son las únicas diferencias que servidor puede apreciar entre obra y obra, aunque Salt tiene la decencia y la virtud de no tomarse muy en serio a sí misma.

Es la ley de la pasta, si la fórmula Bourne funciona para que cambiarla, si lo que quieres es confundir a la audiencia sin estrujarte demasiado el cerebro, pones un careto nuevo (a poder ser conocido) y listo. Y que hay mejor que los labios de Jolie para distraer al personal, mientras la actriz juega a ser Dios sirviéndose del atractivo escaparate que proporciona la peli, el producto funciona y cumple la misión de erigirse como un ligero divertimento con vida propia, digno y solvente.

Y no hay nada de malo en ello mientras no esperes más de lo que pueda dar, el entretenimiento está más que asegurado presentado en forma de acción a la vieja usanza, francamente bien elaborado, a decir verdad el argumento solo existe para dar sentido a la acción que se consolida como la columna vertebral de la obra, con tal premisa es posible que toda neurona que se precie pida el cierre por derribo voluntariamente y permanezca más fuera que dentro de la sala, el espectador saldrá más tonto que cuando entro pero habrá pasado un rato desconectado de todo, que en definitiva es una de las máximas de toda película.

Buen pulso narrativo y una más que digna dirección ayudan a que el argumento avance sin altibajos, todo a un ritmo endiablado que contribuye a que no te pares a pensar en lo simple que resulta todo, no faltan sus descalabros argumentales y sus malas artes para hacer más ameno el producto pero menos realista, como he dicho antes tiene la decencia de no tomarse demasiado en serio.

En última instancia y a pesar de todo Salt sobrevive como lo que es, entretenimiento puro y duro, un vehículo de abstracción de poco más de hora y media que te exigirá más bien poco y que para bien o para mal te ofrecerá lo que promete, ni más ni menos. Cumple.
Alexander_Supertramp
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3
31 de julio de 2010
22 de 26 usuarios han encontrado esta crítica útil
Película relegada a lo peor del género de serie B, con explosiones aparatosas y disparos a mansalva, que incendian y dan tregua al cine más basto y artificial posible.
Mucha acción y poca coherencia, el director no parece centrado en otra cosa que en lo escabroso y perturbador del relato, rebaja y confunde la brutal contundencia del comic y en ningún momento logra pillarle el tono.

Es alarmante que una película que no llega a los 85 minutos de duración se te haga poco menos que eterna, tanta acción y flashbacks mal utilizados ralentizan el ritmo, del mismo modo que el penoso montaje evidencia las pocas luces del guionista para dar cauce a esta historia que a nivel narrativo no ofrece absolutamente nada, ningún aliciente.

Jimmy Hayward el director, no comprende el lenguaje y el universo de los comics, es cierto que el tiempo cinematográfico nunca puede ser el mismo que el de un cómic, pero es que ni tan siquiera el envoltorio es admisible, el embalsamiento expresivo que le acompaña es deprimente, brusco y exagerado.

Los personajes tampoco parecen haber superado el umbral que les separa del papel a la pantalla, Josh Brolin hace un trabajo más que decente, tanto como el guión le permite, en cuanto a la Fox, su presencia es casi anecdótica, se limita a mostrar sus encantos, cuatro carantoñas en forma de patadas y disparos, y lista, y luego esta Malkovich perdido en su habitual histrionismo, esta vez algo más acentuado.

Le falta sentimiento y le sobran entrañas, es la enésima muestra del poco garbo que tienen algunos para dar vida a esas viñetas, que bajo la protección del papel adquieren dimensiones verdaderamente catastróficas (en el buen sentido de la palabra) en comparación a cuando nos lo dan masticado en pantalla grande.

Cine de tirar sin usar.
Alexander_Supertramp
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