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Críticas de sotapacadelupiak
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Críticas 43
Críticas ordenadas por fecha (desc.)
7
16 de febrero de 2009
8 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ben Murphy está a punto de casarse con Sadie Jones, su queridísima novia. Como es habitual, antes deben acudir al típico curso de preparación al matrimonio de la parroquia. El problema es que caen en manos del reverendo Frank, que por exceso de celo somete a los novios a duras pruebas, para comprobar si se aman realmente y son capaces de seguir unidos frente a la adversidad.

El director Ken Kwapis, forjado en series televisivas como la versión estadounidense de The Office, parte de una idea que podría haber dado lugar a una pequeña crítica a la sociedad actual, en la que aumenta de forma alarmante el índice de divorcios, por culpa de matrimonios precipitados, cuyos cónyuges no se han planteado seriamente la relación. En este sentido, la figura del sacerdote preocupado porque sus novios estén preparados, podría haber resultado exagerada, pero simpática. Sin embargo, Kwapis se decanta por un tono de comedia alocada y ligera, especialmente concebida para ser estrenada en verano y deja vía libre al cómico Robin Williams, en su faceta más histriónica. Cosechó unas críticas terribles en su estreno estadounidense y pasó desapercibida por las taquillas.
sotapacadelupiak
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7
16 de febrero de 2009
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Landon (Shane West), el típico guaperas guay en un instituto. Tiene su pandilla de amiguetes, y gran éxito entre las chicas. Pero es un tipo vacío y superficial, sin grandes planteamientos vitales. Una gamberrada pasada de rosca con un recién llegado, conduce a éste al hospital, donde se recupera muy lentamente. A modo de correctivo, Landon debe ser tutor de un chaval los fines de semana; además deberá colaborar con el grupo de teatro, donde según él y sus colegas, está la gente más aburrida del instituto. Entre ellos, Jamie (Mandy Moore), hija de un clérigo (Peter Coyote), que tiene un aspecto y ropa muy serios, y a la que no tiene más remedio que pedir ayuda para aprender su papel en una obra. Con lo que no contaba Landon es con enamorarse: lo que le produce un conflicto, ya que por un lado no le apetece que sus amigos la vean con una chica supuestamente friqui, y por otro admira su inteligencia y visión trascendente de la existencia.

Acostumbrados a tanto film de adolescente descerebrado, sorprende esta historia, de más altos vuelos. Basada en una novela de Nicholas Sparks, presenta una historia de amor, en la que deben ser superados los prejuicios y el miedo a lo que piensen los demás. Cuestiones como esperar al matrimonio para mantener relaciones sexuales no son muy habituales en el cine reciente. Adam Shankman sabe presentar la cuestión sin mojigaterías; a la vez, aborda el misterio insondable del dolor y el sufrimiento, a través de la grave enfermedad de uno de los personajes. Además de los jóvenes actores, muy en su sitio, podemos ver a Peter Coyote, sacando adelante el papel poco agradecido del pastor.
sotapacadelupiak
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8
16 de febrero de 2009
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Wayne y Eileen. Un matrimonio maduro y rico. Sus dos hijos ya se han independizado. La rutina preside sus vidas. Él se pone cada día su impecable traje, besa distraídamente a su esposa, y se encamina al trabajo. Pero en una jornada como cualquier otra algo sucede. Un hombre se acerca al coche de Wayne. Se trata de Arnold, un rostro vagamente conocido. Y la amenaza con una pistola no deja lugar a dudas: se trata de un secuestro. Seguimos entonces dos hilos narrativos: el recorrido de la víctima y su captor a un lugar convenido con los cómplices de éste, y los nervios deshechos de mujer e hijos, asistidos por la policía.

El holandés Pieter Jan Brugge ha desarrollado una notable carrera de productor en Estados Unidos, con títulos como El dilema. Ahora debuta en la dirección con un drama de aires clásicos, y pegado a la realidad, con personajes bien perfilados, que son un regalo para los protagonistas, unos Willem Dafoe, Robert Redford y Helen Mirren de lujo Lejos de las fantasías hollywoodienses, Brugge apuesta por la normalidad, una historia de personas vulgares con taras reconocibles, a las que una desgracia obliga a reaccionar. Maneja así un guión bien escrito, donde lo sorprendente son las pocas sorpresas. Sólo existen algunas dudas que deben ser despejadas, a las que alude el certero título original, The Clearing. Alrededor de la psicología del trío protagonista, su pena y amor por lo que se hizo y se dejó de hacer, la película avanza inexorable hasta su emotivo y sobrio final.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
sotapacadelupiak
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7
16 de febrero de 2009
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Aventuras y desventuras de un superhéroe atípico que ha caído en desgracia. Se trata de Hancock, un tipo borracho, solitario y con malas pulgas, que duerme en la calle, va harapiento y sin afeitar y que, sobre todo, tiene una forma muy peculiar y desagradable de ejercer su oficio. Hancock vuela supersónicamente y tiene una fuerza descomunal, con un cuerpo a prueba de balas; sin embargo, cada vez que ayuda a la población no puede evitar comportarse de modo antipático y le da igual si por el camino destroza autopistas, provoca accidentes, etc. La consecuencia es que todo el mundo está harto de él, no le cae bien a nadie.

El papel parece hecho a la medida de Will Smith (que no por casualidad ha ejercido también de productor), ya que el film contiene dosis parecidas de acción, humor y drama, y el protagonista de superéxitos como Yo, robot o Soy leyenda da el aspecto físico perfecto del superhéroe venido a menos, a la vez que sabe transmitir la desidia de alguien que está completamente de vuelta de todo. Pero, cuando su vida toca fondo, conoce a Ray (Jason Bateman), un hombre idealista, experto en marketing, que le ofrece un plan para recuperar su buena imagen. Las cosas no serán fáciles para ambos, porque Mary (Charlize Theron), esposa de Ray, no confía para nada en Hancock y quiere impedir que su marido fracase en el empeño de convertir al superhéroe en alguien de provecho.

Peter Berg, actor y director, vuelve a ponerse detrás de las cámaras en una película de acción, después de la vibrante La sombra del reino. La cosa le sale bastante derecha, los efectos especiales son espectaculares, el ritmo es el adecuado, y sin embargo no estamos ante un film típico de superhéroes. Porque aquí la acción no tiene la importancia que se podría esperar, sino que parece simplemente un añadido. Eso provoca que se eche en falta, es verdad, algo más de emoción real, un malvado de entidad, que implique más al espectador, aunque lo cierto es que precisamente ése es el sello de identidad del film.

¿Pero cómo? ¿Una película de superhéroe donde la acción no es la protagonista? Justo. La trama se centra en otra cuestión de fondo y mucho más interesante: la aceptación del propio destino es lo único que hace posible que abramos nuestro horizonte al prójimo y dejemos de pensar en nosotros mismos. "Sólo cuando aceptes quién eres, serás feliz", le dice Ray al protagonista. Todo superhéroe ha de llevar su uniforme, y Hancock ha de aprender a vivir con el suyo. El film remarca esta idea central en algunas escenas muy eficaces, alguna con mucho sentido del humor. Y hay además en el guión de Vincent Ngo y Vince Gilligan un modo muy original de afrontar el tema, tan clásico como ineludible, del superhéroe que ha de elegir entre el amor personal y la propia misión al servicio de todos los hombres por igual.
sotapacadelupiak
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7
16 de febrero de 2009
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
El actor irlandés Stuart Townsend -despedido por Peter Jackson, que le había contratado para interpretar a Aragorn, en El señor de los anillos- debuta como director con esta cinta protagonizada por Charlize Theron, su novia. Protagonizada por personajes ficticios, tiene como fondo sucesos reales, las protestas que tuvieron lugar en Seattle en 1999, durante la reunión de la Organización Mundial de Comercio (O.M.C.). A esta ciudad del estado de Washington acudieron a manifestarse entre 50.000 y 100.000 personas, entre sindicalistas, anarquistas, ecologistas y militantes de organizaciones variopintas. Aunque su objetivo era en un principio protestar de forma pacífica, la escalada de violencia se fue intensificando, hasta que se generalizaron los enfrentamientos entre antidisturbios y manifestantes, la ciudad se convirtió en un caos, y se declaró el estado de emergencia.

Townsend, que también ha escrito el guión, se ha propuesto ofrecer el punto de vista de todas las partes implicadas, los manifestantes, los agentes de policía, los delegados que acuden a la reunión y los ciudadanos de Seattle. Salvando las distancias, su modelo sería Bloody Sunday (Domingo sangriento), excepcional cinta de Paul Greengrass. Se puede decir que el film de Townsend tiene a su favor que las secuencias dramáticas -que se alternan con imágenes de los auténticos sucesos- resultan bastante convincentes. En esto tiene mucho que ver que Stuart Townsend sabe dirigir muy bien a los actores. Algunos realizan estupendos trabajos, como Ray Liotta (el alcalde) o Woody Harrelson (un agente de policía traumado por la pérdida de su hijo).

No puede evitar Townsend que su visión de los sucesos parezca excesivamente incompleta. Sus manifestantes están motivados por nobles ideales que despiertan la simpatía del público, pero no es capaz de explicar por qué la O.M.C. es un obstáculo para que se cumplan esos objetivos. Resulta especialmente brillante un diálogo entre dos manifestantes, que llegan a la conclusión de que antes de sus protestas nadie sabía lo que era el FMI. "Ahora, tampoco lo saben", dice uno de ellos, y el otro replica: "Pero por lo menos saben que es algo malo".

El film disimula muy poco -menos que otros títulos similares- hacia dónde se dirigen las simpatías de su director. Éste explica mejor las posturas de los manifestantes que la del alcalde, por ejemplo, desbordado por los acontecimientos. De la misma forma, sólo da voz a los delegados que disienten de la política de los países ricos. Y muestra con una gran crudeza secuencias de brutalidad policial.
sotapacadelupiak
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