Tokio tiene muchos lugares que merecen la pena ser visitados: edificios históricos, museos, centros comerciales, parques... pero lo que menos podía uno imaginar es que visitar sus váteres públicos, fuera uno de ellos. Gracias a esta peli del famoso Director alemán, Win Wenders, "Perfect days", hoy todo el Mundo sabe que son lugares de visita obligatoria., por su variedad de diseños, modernidad, etc. El resto de la peli carece de cualquier otro atractivo, como no sea la música "encassetada" de los noventa: ni tiene un guión coherente, ni los personajes tienen profundidad alguna, y para colmo carece de desenlace. Pero eso sí: según se va aproximando el final, nos vamos dado cuenta de que el Wenders este nos ha tomado el pelo vilmente. Su protagonista sí, ese sí que se ha ganado el sueldo: es casi el único que aparece en toda la peli.

Una cosa es querer "epatar" a críticos y público, y otra rebasar toda nuestra capacidad de aguante y complicidad. La protagonista se nos muestra como una alocada ninfómana, a quien además le gusta que "la cosa" vaya acompañada de un elevado grado de masoquismo. Y no, no se trata de objeciones morales, sino de un mínimo de lógica y consecuencia. Los diversos personajes son, en principio, más o menos creíbles, pero es que es precisamente la relación con la protagonista lo que les convierte en estereotipos. El vecino y su mítica mujer, el calvo y su atractiva mujer, la madre y su gigolo, la casa con tantas ventanas que resulta raro que no la roben o violen todos los días. En fin: intentar ser rompedora y quedarse en sobre-actuada. Por si le faltaba algo, la prota es también algo lesbiana.

Tras leer unas críticas tan elogiosas, me dispuese a verla. El nombre de un buen Director y de conocidos actores, también me invitaba a ello. Así que mi disposición inicial no podía ser mejor...y mi deceptción posterior, tampoco.Vale, reconozco que Nick Nolte hace todo lo que puede por construir su personaje, pero, en mi opinión no lo logra. En ocasiones da la impresión de ser un tipo duro, en otras un blandengue, a veces un romántico y en la parte final un sádico. Otro tanto le pasa a James Coburn, que aparece como un anciano ya acabado cuando muere su mujer, y luego se rejuvence como veinte años y vuelve a ser un hombre fuerte y malvado que era antes. Y la pobre Sissy Spacek, en el que puede ser el peor de sus papeles, no logra dar la menor credibilidad a su relación amorosa con el prota. Lo de al muerte del rico cazador, sigue resultando tan misteriora al principio como al final, y la venganza del prota, carece de todo sentido. Y para colmo de males, larga, muy larga, interminable.

Creo que es un buen reflejo de aquella época oscura, años 50 y 60 del pasado Siglo, cuando la homosexualidad era considerada como un delito, además de, por supuesto, un grave pecado. La relación entre los dos hombres protagonistas está bien esbozada y tratada, de principio a fin, aunque, a mi entender falla la tardía reacción de la protagonista femenina, debido al mucho tiempo transcurrido entra la primera y la segunda época de la narración. Si ese lapso hubiera sido menor, estoy convencido de la que la historia hubiera ganado en credibilidad. Aún así está muy bien rodada, ambientada en interpretada. De nuevo, mejor los actores de la primera época que los de la segunda. En concreto, el Tom de la segunda parte, no concuerda en lo físico ni en el caracter, para nada, con el de la primera.

Aun contando con dos grandes actores, Pierce Brosman y "el gran Lebowski", la peli se hace insufrible desde el principio por su maniqueísmo: un padre tan malo, una esposa tan desgraciada, una querida del padre tan tonta, y un vecino tan bueno y un chico tan pusilánime. La cosa, según va avanzando, se va hundiendo aún más en el folletín y la tontería. Mejor dedicar el esfuerzo de aguantarla, a otra cosa más productiva.