No se si será por el delicado tema de su pasado, pero parece que hay un grupo de gente en Hollywood que ya quiere jubilar a Woody Allen y, para ello, han encontrado sustituto. De esta manera, se dice y se comenta que Noah Baumbach es el próximo Woody Allen. Y bueno, vale, puedo ver alguna similitud pero yo creo que el señor Allen no haría una película tan plana y aburrida.
Y no es que sea una película de mala calidad. De hecho, tiene sus cosas, ciertos diálogos inteligentes y una cierta mirada al art business que da para una buena conversación tras el visionado del film, pero vamos, para aquellos que no son muy de irse a los trasfondos de las trastiendas de las películas es simplemente una historia aburrida sobre una familia con un padre peculiar. Mezclen eso y un reparto, literalmente, estelar y NO te sale una película de Woody Allen. Prueben con la siguiente, a ver.

¡Pero qué buenos profesionales del marketing hay por el mundo que son capaces de vender una película como ésta para que cuente con estrellas internacionales y se estrene en cines y no haya sido rodada en alemán y emitida en Antena 3 un domingo por la tarde!
Y es que estamos en el siglo XXI, ya hemos visto muchas películas y muchas historias, es inevitable repetir. Pero, señores Spaihts y Tyldum, si van a rodar la misma historia que ya hemos visto mil veces, por lo menos arriésguense un poco y háganla diferente. A su manera. Pero no, tanto el guionista como el director han seguido, en Passengers, la estructura estándar de historia de cine romántica. Y sí, es en una nave espacial y la premisa de que, de repente, despierten de la hibernación antes de tiempo sea interesante, en realidad es un espejismo, porque al poco de empezar el film te das cuenta que, aún en ese contexto, no es una película de ciencia-ficción y que vas a adivinar todos y cada uno de los "giros" y acontecimientos de la película, incluido el final. Y aciertas.
A lo mejor os gusta esto porque consideráis que es interesante la ambientación o que los protagonistas estén buenos; vale, pero para mí es una película aburrida. Previsible. Mediocre. No lo hice, pero podría haber estado hibernando en el cine tranquilamente.

No soy muy dado a ver biopics, sobre todo porque lo que más me gusta de una película es encontrarme con una historia original. Y, bueno, si sabes previamente lo que pasó con el personaje "biopicado", pues sorpresas no va a haber muchas. De todas formas no todo es la historia, el desarrollo y el modo de hacer cine también cuentan. Y aunque tampoco es que esta película brille, vamos, se trata de Stephen Frears, siempre hay que darle una oportunidad.
Como digo, este film no brilla en su conjunto, la historia la conocemos todos así en amplio, y viendo esta película podremos saber los detalles de lo que ocurrió con uno de los mayores mentirosos del deporte, Lance Armstrong, que pasó de ídolo mundial a repudiado. Pero Frears consigue, aunque todos nos sepamos el final, hacer una peli entretenida que no aburre. A los amantes del ciclismo les gustará, aunque se arroje mucha mierda con las prácticas que, bajo ese programa del doctor Ferrari, ponían a todos los ciclistas como ídem.
La interpretación de Ben Foster es brutal. Es lo único que brilla del film. Pero de Oscar, quiero decir. Además, siempre se agradece ver a Dustin Hoffman, aunque sea poquito. Y ya cuando aparece el verdadero Sergio Sauca, ni te cuento. Por cierto, podrían haber cogido a un español para hacer de Alberto Contador, que actores aquí tenemos unos cuantos. Y delgaduchos, también.
En fin, una película que no está mal pero... yo me esperaba más. No se dopa, eso está claro. En ese sentido, podemos estar tranquilos, aquí no hay EPO.

Como diría Papuchi, esta película es "rara rara raaraa". Y esto puede ser bueno o malo, porque es peligroso jugar con fuego. En este caso no hay peligro, Ben Wheatley ha parido una película con una premisa ya vista, pero hecha con mucha personalidad. Y muy bien.
Y es que a mí siempre me gusta cuando un director arriesga. A veces sale mal, pero el hecho de arriesgar para no ofrecer la misma película que muchos otros antes ya es para tener en cuenta. Lo mejor de esto, ahora, es que aquí ha salido muy bien. Y ya lo he mencionado, no es la primera vez que vemos esta historia: nos encontramos ante un edificio en el que se pueden diferenciar las escalas de la sociedad y cómo los de los pisos superiores, o los más ricos, controlan todo el cotarro a su manera y a su antojo. Por ejemplo, me viene a la cabeza la película de Bon Joon-Ho "Rompenieves", pero en aquella ocasión de manera horizontal en vez de vertical. ¿Cuál es la diferencia entre las dos? Que High-Rise está hecha con más mimo, cuidando los detalles, cuidando mucho más lo visual y con elementos que hacen que tenga personalidad. Ahora bien, las masas irán corriendo a ver la otra -que, ojo, no me parece una mala peli-.
Además me gustaron mucho todos los actores, incluso Sienna Miller. Parece que en el ambiente adecuado todo es posible.
Bravo (de nuevo), señor Wheatley.
Por cierto, la idea de ese edificio, con esa vida tan idílica e ideal, me da bastante miedín.

Natalie Portman enfundada en el personaje protagonista de un western. La verdad es que poco más se necesita para convencer a alguien a ver la película. Lo malo es que casi no le podrás convencer con nada más que eso.
Como el propio título español indica, Gavin O'Connor nos trae una historia servida fría sobre una mujer que tiene que enfrentarse con el malo malísimo del pueblo, genialmente interpretado por Ewan McGregor, por cierto, por unas historias del pasado. No quiero contar más, ya lo iréis descubriendo a través de los flashbacks. Lo peor de todo esto es que la historia se ha servido fría, pero sin visos de calentarse. No, no es lo peor, esos flashbacks que ya he mencionado y que te explican la situación principal también están bastante fríos... y eso que en ocasiones son más interesantes que la propia trama. Aún así, llega un momento en que la cosa se pone interesante. Hay que esperar unos 70 minutos, pero la parte final de la película ya se levanta un poco y logra no decaer.
Me gusta que el protagonismo y la voz cantante de un western los lleve una mujer, le da otro toque. La verdad es que tiene elementos para atrapar a un público que, normalmente, no es consumidor de este género. Pero a los sibaritas los va a echar a patadas.
Sinceramente, uno empieza a pensar en una buena venganza para O'Connor y compañía