Ja ja Antonio Banderas y Penélope Cruz con acento andaluz, ja, ja gays estridentes, ja ja gritan palabras soeces, ja ja mamada, ja ja esto es como una peli de Pajares y Esteso, ja ja no tonta es como una de John Waters, ja ja de las que se hacían hace 30 años... ja ja calla tonta que han dicho mamada ja ja Carmen Machi haciendo de Chus Lampreave, ja ja hacía tanto que no me reía así qué peliculón de Almodóvar.

No voy a recitar la lista de películas de amigos adultescentes que el cine americano nos ha regalado (bueno sí, va St Elmo; Reality bites; Singles; Los amigos de Peter...) durante finales de los 80 y los 90. Beautiful Girls es una nueva historia de la vieja historia de crecer, cumplir los sueños de juventud, afrontar las decepciones y bajar de esa nube de la adolescencia y postadolescencia al mundo real en que todo aquello que no nos importaba, de repente, es fudamental. La vida no es fácil, el potencial no siempre estalla en una realidad plena y hay que saber conformarse y reconocer las cosa buenas que la vida nos da, aunque no sean las que esperásemos. El mensaje, ciertamente me resulta trillado, Demme (que hizo un gran trabajo en Blow) intenta una película de personajes, quizás con algún estereotipo. Alguna reflexión me chirría por su (no siempre lograda) intensidad moral, en labios de personajes (como el de Rappaport), a priori menos intensos. El pianista Hutton (arquetipo del héroe que vuelve a sus orígenes y se reencuentra consigo mismo) acumula tópicos (de la ciudad al campo buscando la pureza; de la adultez en NY a su adolescencia en el pueblo). Uma es casi un ser irreal (sí, ya sé que adrede, pero es que tampoco me la creo). Rosie O Donell la clásica amiga poco agraciada pero deslenguada y así casi todo el metraje. Dillon el atleta centro de atención en el Insti que se siente defraudado por su realidad pero se redime a través del amor de una chica inestable e insegura...(Mira Sorvino hace un gran papel, en serio, hasta me sorprendió). Supongo que no hay nada que te sorprenda y todo queda en una almibarada convencionalidad, aún asumiendo que en este tipo de cine de amigos no se trata de sorpresas argumentales sino de retratar emociones.
En resumen, que creo que Demme más que retratar deja hacer a las emociones sin ningún esfuerzo, quedando una película pastelera en exceso pero sin más momentos de emoción que los que el espectador quiera concederle y apoyados constantemente en muletas musicales y diálogos que se supone pretenden hacernos reflexionar. Tiendo a pensar que cuando un director nos pone música sin parar es para emocionarnos con la canción, más que con la imagen o el diálogo. Vamos, que el cinco es por Natalie Portman, que es una pedazo de actriz y una mujer preciosa.

Difícil. Desde Europa es complicado comprender el cine de Spike Lee. Aquí no tenemos Harlem ni pandillas, ni la banda ni el "Barrio"... Sí, buen director en lo visual y al llevar una historia pero yo no soy negro y no comprendo sus reinvidicaciones ni la dimensión de su lucha, ni sé como se vive en un barrio marginal siendo una clase maltratada por la opulencia sajona. Por eso me costó digerir "Haz Lo Que debas".
"Clockers" es diferente. Aquí la novela de Price toma auténtica vida cinematográfica y la película es apabullante. La novela del "Barrio" se hace cine del "Barrio" (no el de Carmen Sevilla y Parada...claro). Spike Lee desarrolla todo su talento y cuenta con muchísima vida una historia de polis y traficantes de puro cine negro. Porque la película esta viva, vivísima, se nos pasan dos horas en un suspiro, nos metemos en la piel de los personajes y nos entran por los ojos con tanta facilidad que nos vemos allí, en el "Barrio"; comprendiendo por fin, lo que debe ser ese mundo de pandillas y bandas, ese Brooklyn, ese Harlem, ese Bronx todos esos lugares que no conocemos y que ya Scorsese nos traía en "Malas Calles" y "Toro Salvaje"...
Ya era hora de que Lee hiciera lo que debe...

Es difícil seguir a Winterbottom. Cuando un director cambia de registro a tal velocidad, dando bandazos tanto de estilo como de genero y formas es muy complicado sintonizar con él. Pero hoy Winterbottom, en ese aleatorio dial en el que ha convertido su cine ha coincidido en mi frecuencia. Nostalgia líquida derramada en hora y media. A ratos triste, muchas veces reflexiva, otras pretenciosa, la mayor parte del tiempo arrastra simplemente sensaciones en bruto. Esa sensación que uno adquiere a ciertas horas de la madrugada en un club lleno de gente, solo en sus pensamientos y escuchando esa "Song n.6" de Freak Power.
De acuerdo que me sobra la voz en off; que tiene cierta pose de intelectual sobrado con el que se puede no simpatizar. El argumento es solido,muy bien desarrollado y con un tempo más que correcto. Pero hoy no hablamos de nada de esto...

Winterbottom sintoniza la frecuencia correcta, me transmite la sensación que necesito, me empapa con esa nostalgia vital. Supongo que a veces eso es lo que uno busca con una película...

Hay películas destinadas a reflejar una época concreta de la historia y de la vida y con el paso del tiempo se ven lastradas precisamente por ser una imagen bastante fiel de ellas. Me sucede con "Historias del Kronen" y me sucede con "Reality Bites". Película generacional y de esas que se ven más con el corazón que con el cerebro,pues sí, soy X- generation, qué se le va a hacer, cada uno nace en su época.

Estos bocados de realidad son eso, reales. He leido críticas sobre conversaciones trascendentales que no llevan a nada y se quedan en la superficie, afán combativo y rebeldía limitada a rechazar un coche pagado por papá y dudas existenciales ancladas en qué hacer al acabar el instituto o si ser un ciudadano convencional de esos que trabajan de 8 a 17h es lo que en realidad deseamos... pero señores, es que eso es lo que éramos. Yo que fui X era así y mis amigos muy similares. Buscando respuestas desde el desahogo económico y social y preguntándonos si queríamos ser "normales" como nuestros padres o había posibilidad de ser otra cosa...
El guión puede parecer pueril, pero la generación X en cierto modo lo éramos, y con cierto orgullo porque no hay nada malo en venerar y añorar la infancia y la despreocupación, al menos hasta ser mordido duramente por la realidad.

Ya sé que la película no pasará a la historia del cine pero Stiller consigue exactamente lo que quiere, una película pura. Es un acertado retrato generacional, bien interpretado y anclado en la realidad que vivían. Quizás eso es lo que la lastra, que las cosas cambian y es difícil verla si no se ha conocido esa época, porque no se comprenderá su pureza, porque no explica nada, si entiendes la mentalidad la entiendes y si no, pasa de ella y sigue yendo por el carril "normal"... ah y eso también es muy X.

PS. Adoro a Winona