Siempre es otoño es una película de modesto presupuesto que retrata el reencuentro de una pareja, 7 años después de dejarlo. Con bastante realismo, el director se vale de primeros planos y la frescura de sus actores protagonistas, para sumergirnos en esta historia de sueños incumplidos, pasiones frustradas y desencuentros varios…. Pero pese a la química de sus protagonistas y su prometedor arranque, la película decae hacia la mitad del metraje e incluso las interpretaciones se hacen un tanto forzadas (lastradas quizás por un guion que peca de un uso continuado de convencionalismos y resulta bastante reiterativo y lento pese a sus 75 minutos de duración)
Ya al final, se recupera un poco el pulso de la historia y se entienden varias incongruencias de estos jóvenes personajes con reflexiones y balances vitales impropios para su edad.
Estamos ante una película pequeña y con buenas intenciones, aunque no todas logradas.

Intemperie es la inmersión de Benito Zambrano en el western. Ambientado en los años 40, esta historia de pocos personajes goza de una excelente atmósfera donde vemos la aridez, pobreza y destrucción de la postguerra española.
La búsqueda descarnada del capataz de un pueblo hacia un niño que escapa despavorido en el desierto de Almería, es el eje de la trama principal. Este niño encontrará un oasis en un pastor interpretado por Luis Tosar que le ofrecerá cobijo y protección ante tan desesperante situación.
En el reparto sobresalen Callejo y sobre todo, Tosar volviendo a bordar el personaje mejor construido del reparto.
El desarrollo de la trama principal se realiza de manera solvente y fluida y es quizás la baza más fuerte de esta película en la que se hecha en falta algo más de empaque y originalidad.

Unidos por el vientre amanecen los dos personajes principales de esta pequeña película que conforme avanza te va desgranando el porqué de esta peculiar situación. Con gran maestría y un impecable sentido del ritmo e intriga, su director nos va desgranando todo lo que ha llevado a estos personajes a encontrarse de esta manera tan desagradable. Sus dos actores protagonistas se entregan literalmente en cuerpo y alma para sus personajes fundiéndose en un gran trabajo actoral. Muy destacable es también la ambientación en esta película y la tensión que nunca decae. Pese a lo desagradable que puede resultar en ciertos momentos la situación de estos personajes, merece la pena seguirlos y sentir con ellos sus frustraciones sus dolores e incluso su tensión sexual. Dos es un thriller extraño y extravagante pero también un film de personajes, de dos desconocidos con encuentros y desencuentros y con vínculos insospechados.
Pese a su desangelado final, estamos ante una más que correcta película, diferente y con una discreta pero muy buena factura técnica.

De la necesidad de cicatrizar las heridas abiertas de una sociedad aparentemente fuerte y sanada nace esta historia cargada de emotividad y paralelismos.
De una manera un tanto desigual Almodóvar intenta equilibrar dos tramas en una misma película, Por un lado el tema del descubrimiento de las fosas comunes llevado a cabo por el personaje de Janis (queriendo ver en ellas los restos de su bisabuelo) y por otro lado, la historia de dos mujeres que se conocen en un hospital al dar a luz.
Janis ( Penélope ) y Ana (Milena) van a ser los personajes centrales de este melodrama dónde la casualidad hará que sus vidas se crucen y aflore una historia de encuentros y desencuentros, sentimientos al límite y verdades ocultadas, con la necesidad de cicatrizarlas. Estas madres imperfectas vienen muy bien representadas en sus construidos personajes y con el más secundario pero imponente personaje de Aitana Sánchez Gijón.
Esta última trama va a ser la principal en la película y la que mejor se desarrolla, haciendo uso de las elipsis y giros narrativos con los que Pedro vuelve a desenvolverse con una enorme maestría… Las relaciones que se crean con los personajes así como las impecables interpretaciones de sus protagonistas elevan la película al primer nivel.
Sin embargo, el desarrollo algo atropellado de la subtrama de las fosas desluce un poco la historia y deja un sabor un tanto agridulce.
No obstante el poso que dejan los personajes de Aitana, Milena y sobre todo Penélope Cruz, son lo mejor de esta película que yo situaría en un nivel medio/alto dentro de la excelente filmografía de Pedro Almodóvar.

Trinchera infinita aporta una nueva mirada a ese oscuro momento de nuestra historia tantas veces reflejada en nuestro cine.
Con una recreación sencilla pero impecable, La película nos adentra en la guerra y posguerra de un pequeño pueblo del sur. Sus directores nos crean una atmósfera inquietante que nunca decae gracias a un solvente guion, que se sustenta en las maravillosas interpretaciones de sus dos actores protagonistas.
Antonio de la Torre se mete de lleno en la piel de un marido refugiado que evoluciona en el tiempo. Impregna de misterio y magnetismo cada una de las fases por las que pasa su personaje. Por otro lado, Belén Cuesta, deja la comedia para meterse de lleno en el drama. Y se mete el Goya en el bolsillo con un personaje que sabe sentir y sobre todo sufrir muy intensamente esta dura historia de amor.
Es impactante como se mantiene la tensión durante sus más de dos horas de metraje con un argumento aparentemente tan sencillo. Dura e inquietante, Trinchera infinita es una de las mejores películas que se han visto este año en nuestro cine. Muy recomendable.