Destacar primero que todo la banda sonora que tiene esta película, es fenomenal todos los ritmos que suenan durante esta historia que creo yo está muy bien contada y su trasfondo es muy claro, y es que este grupo de muchachos vive un momento no muy alentador en sus vidas, y es en eso en lo que se da vuelta todo el tiempo, la forma en la que vivimos la vida, llenos de prejuicios y miedos que de alguna forma u otro a este grupo les impiden decidirse de hacer el show ante un centenar de mujeres.
Siento que el director logra de manera excepcional ese apego del espectador para con los personajes, sinceramente hubieron pasajes de la película que de verdad sentía a este grupo de compañeros, mis amigos, parte de mi familia y se valora como en tan poco tiempo podemos sentir tanta empatía.
Despojarse de los prejuicios y problemas que atormentan a cada uno, es lo que tienen en común los protagonistas y en la actuación final, lo logran literalmente, se despojan de todo, quedan totalmente desnudos, ante todas las personas (incluso sus familias) y mientras lo hacen, el director los mantiene en un primer plano a cada uno, para hacernos notar que ellos están siendo felices tras este acto de suma valentía que enfrentan.

De la primera historia no hay mucho que decir, salvo la constante campaña que promueve el uso del condón (incluso hay una escena completa que son las alucinaciones de Juan mas la perra SIDA mas la polera del Rumpy “Sin Condón NICA”) que lo encuentro novedoso, siempre serán bienvenidas, creo yo, este tipo de cosas. Lo otro que destaco de esta historia es la curiosa escena de la mesa en la parte final, cuando la tía Lastenia le dice al papa de Juan que “Las cosas por la capital andan BIEN, aparte del Smog, la drogadicción, la delincuencia…” y le comienza a nombrar un sinfín de cosas que cuentan como esta Santiago, al parecer no tan bien como decía la veterana.
La segunda historia es de una gran crudeza, hace olvidarnos de la historia pasada que fue muy simpática y nos pega un combo de inmediato, al escuchar la voz de Carmen (Notable Ximena Rivas) triste, desamparada, desesperada. Como nos presentan este armario y este ojo en primerísimo primer plano que lo ve todo y que no puede hacer nada, imagino la rabia que tiene acumulada Carmen que lo hace notar muy bien la actriz en una escena mientras llora en su escritorio. De un momento a otro me di cuenta que la voz del Rumpy y sus intervenciones que existen en las otras historias aquí desaparecen y solo escuchamos a ella relatándonos todo lo que ocurrió, como que nos hacemos parte de la historia aun mas, destacar los movimientos de cámara dentro de la casa, sobretodo en la pelea de las dos hermanas, curioso lo de la voz del papa de Carmen, al principio de la historia, a propósito es mas ronca y de hombre fuerte haciendo alusión a esta figura que tenia la protagonista con su progenitor.
La tercera historia nos cuenta la vida de una pareja que le es imposible llevar una vida sexual como cualquier chileno y nos transporta a una de las poblaciones más populares de Santiago, villa El Volcán (destacar el rodaje con todos los extras, que tengo entendido son los mismos propietarios de allí) donde viven en una sola casa más de ocho personas, allegados, familiares, etc. Y es una realidad por sobre todo, a mas de a una pareja en condición de allegado seguramente ha tenido el mismo problema, problema que en algunas familias aún perdura (esa población sigue igual hoy 2014). La sobrepoblación en la casa se puede ver en la escena en que Jhonny está despertando a Tota, su madre y dentro de las piezas (en el mismo plano) comienzan a aparecer toda la gente que habita en este departamento que se hace chico para esta pareja, aun así en la escena que viene Jhonny disfruta con sus hijos felices que recién vienen levantando, ante todo está la familia que es lo más feliz para Jhonny y para todos.
Destacó aquí la escena en que Mia (curioso lo del nombre, se llamaba MIA pero para Jhonny hace mucho tiempo no era de él) se mira al espejo y recuerda las palabras de Tota, que le dice que esta fea, lo hace mirándose ante un espejo sucio, viejo, gastado, que es como se está poniendo ella, como ella se está sintiendo en definitiva.
La lucha de los pobladores por encontrar soluciones de verdad para sus vecinos también es algo que destaca el director, esa unión entre pobladores para un buen vivir a futuro.
La escena de la playa es muy significativa, vemos que las olas chocan y chocan ante ellos, como si el mar fuera la pobreza y la injusticia que viven día a día la Mia y el Jhonny que los choca sin siquiera consultar, que nos los deja ni hablar tranquilamente o en este caso, que ni siquiera les haga ver “el ojo a la papa” a ninguno de los dos.
La dirección de arte en la última historia se valora.