Últimamente acudo al cine sin leer sinopsis ni ver tráiler. Voy absolutamente a ciegas y me dejo sorprender (o no) con lo que el director y el resto del equipo haya preparado. Menuda sorpresa ha sido Robot Dreams.

No conozco a Pablo Berger, no había visto ninguna película suya. Solo puedo decir que ha tenido que dedicarle mucho tiempo a este proyecto para poder crear una obra tan cuidada, tanto a nivel estético como a nivel argumental. Robot Dreams toca la soledad, la pérdida de un ser querido, la nostalgia, la imaginación de lo que podría ser y no es, los afectos, el cuidado y apoyo personal, etc; con una profundidad y una delicadeza digna de enmarcar. Fue maravilloso entender a mitad del metraje que la película no quiere hablar nada más que de la vida misma, de como el tiempo nos permite evolucionar y de como, en consecuencia, se tranforman los vínculos de nuestro entorno.

¿Eso es malo? ¿Eso es bueno? Eso es la vida. Qué guay que haya gente capaz de plasmar esto. Cualquiera podrá sentirse identificado, pues todos participamos en este juego.

No conocía a la directora, ni siquiera de qué iba la película, pero me decidí por ver Cafarnaúm. Sin duda, es una de las mejores películas del año, tanto por su construcción externa, como por la interna.

Nadine Labaki muestra una historia de supervivencia en un mundo alejado de la tónica europea occidental, una historia de escape hacia la esperanza de una calidad de vida mejor, una historia tan dura, como real; en la que no hay lugar para la felicidad, solo para el sufrimiento y la agonía.

La película está montada de tal forma que no puedes identificar un protagonista, ni un antagonista; a pesar del claro mensaje que aparece en la sinopsis. No se puede culpar a ninguno de los personajes, tan solo intentan sobrevivir, cueste lo que cueste; y eso deja entrever una desinformación e incultura que trascienden a las atrocidades que se ven en la película, de las cuales, desgraciadamente, nadie parece hacerse cargo.

Tras finalizar la película, y sin entrar en detalles, inevitablemente te invade un vacío existencial que duele. Te das cuenta de lo bien que estamos y de lo poco de lo que tenemos que preocuparnos en comparación con otros compañeros, que temen día a día por su existencia. Tan solo recomiendo encarecidamente el visionado, y espero que piezas tan bien armadas y encajadas como Cafarnaúm tengan la aceptación y repercusión que se merecen.

Salí del cine con muy malas sensaciones: no la recomiendo por las siguientes razones.

Entiendo que en un primer momento se caricaturice a los protagonistas y se juegue con su naturalidad para generar risa al espectador; lo consigue, lo que no puede ser es que sea un recurrente durante las excesivas 2 horas de metraje, a partir del primer tercio de la película, todas estas bromas pasan a ser repetitivas y cargantes.

Si el mensaje de la película consiste en respetar a todo el mundo por como es, sentirse unido en un equipo, y no darle importancia a frivolidades como ganar o perder, no entiendo porque el director dedica tanto tiempo a retransmitir el partido de la final y enseñar como va el marcador continuamente.

Qué eufórico me he sentido cuando he visto tanta crítica positiva dirigida hacia "The Florida Proyect", estaba preparado para ver una gran película, y, sinceramente... qué decepción: aburrida y soporífera.

Se aprecia ese aire de cine independiente. Se aprecia una gran crítica al sistema, que permite que los más adinerados disfruten de sus vacaciones en un parque de atracciones, mientras que los pobres tienen que arreglárselas para pagar a un gran Willem Dafoe el alquiler del mes. Se aprecia una evasión a nuestros tiempos mozos con unos niños que hacen lo que quieren a cada momento. Se aprecian muchas cosas...

Pero al final lo que yo veo es un collage de escenas superpuestas en las que unos criajos malcriados hacen gamberradas con el consentimiento de sus padres. Además, con un metraje excesivo, ya que a partir de la media hora te sientes totalmente acostumbrado al entorno y ya no hay nada que te sorprenda... Monotonía.

PD. Un aplauso a esas pequeñas interpretaciones que suman tanto al producto. (Madre de Jancey)