Extremadamente decepcionante miniserie que parte de la premisa de una niebla extraña y repentina que cubre dos plataformas vecinas en un campo de petróleo que, tal vez, han perforado de más. Con este argumento se podrían haber hecho muchas cosas, desde una serie B de monstruos divertida hasta un thriller tipo la Cosa, pero lo que no tiene perdón es haber acabado en este ladrillo aburridísimo donde una no puede evitar pensar en cada escena con potencial -que haberlas, las hay- que de haber estado rodadas de otra forma y dialogadas de otra manera, igual podrían haber sido infinitamente mejores. A esto hay que sumar la regla de oro de "si no tienes pasta para FX, no los pongas". Hay series que se mantienen perfectamente sin enseñar nada sobrenatural y que funcionan mucho mejor que si te ponen un bicho de cartón piedra o cuatro efectos de photoshop aquí y allá. Esperaba mucho más, sobre todo por el casting, pero ha sido una perfecta pérdida de tiempo que, además, ni siquiera tiene un desenlace per se. Quiero entender que, donde esperaba algo tipo terror Lovecraftiano o similar, me he encontrado una trama ecologista a medio cocer, que tampoco se desarrolla adecuadamente, pero de verdad que he llegado hasta el final por pura fuerza de voluntad. No se que pasa con las series y películas menos conocidas de Prime, pero deberían hacérselo mirar.

Guión nunca visto en la historia del cine en que Estados Unidos (los malos) se enfrenta a Nueva Asia (los buenos) porque los primeros quieren exterminar a las IAs y los segundos ayudarlas. El plan de los americanos es un arma gorda que vaya liquidando las bases de las IAs al merme, porque, claro, haciendo uso de su superior raciocinio han decidido ligarse a un cuerpo físico y olvidarse de TODAS las ventajas que supone ser un código en la nube. El plan de las IAs hacer otra arma que se cargue la de los primeros, porque es obvio que después los americanos no van a intentar construir otra. Y el motivo de la guerra ... mejoro cuento más por no hacer spoilers, pero me temo que cualquiera que haya visto el poster ya va a imaginarse toda la trama después de los primeros 5 minutos.

Si has visto suficiente cine, esta película te sonará de algo. De mucho, porque han copiado el 90% de las ideas, incluido el final en si, de otras películas mejores. Para mi gusto, se ha sacrificado el guión y la coherencia para meter a escoplo -porque parece que los espectadores somos más tontos aún que los militares de ambos bandos y las IAs de la peli- donde deberíamos posicionarnos rotundamente, además de todos los efectos especiales que les han costeado los productores. En serio, que cansina es buena parte del cine de hoy...

La cosa es que empieza bien y podría haber sido una película de terror/tensión más que aceptable si no cayese en picado, a partir del primer tercio, en un qué se yo en que ya no te puedes tomar nada en serio y que finalmente dejas fluir porque no te queda otra.

En esta historia, una oficial de aviación/mecánica/artillera con un extraño paquete de contenido confidencial y un brazo que está roto o no en función de la escena se incorpora en el último momento a un vuelo sobre el Pacífico en mitad de la Segunda Guerra Mundial. Con poca o ninguna gana la recibe lo que debe ser la asociación de machistas cliché de pelis de guerra, más un único oficial buenorro a la par que sensible que nadie puede imaginar que papel jugará en la película -guiño, guiño-. Al no haber sitio en cabina, le toca ir a la torreta inferior para el despegue y proceder a quedarse allí atrapada porque el avión está hecho un cascajo. A partir de ahí le tocará enfrentarse a cazas enemigos, goblins de ala, total incompetencia del equipo de mantenimiento de tierra y, como no, a las gracietas de los sufridos actores que tienen que hacer de neanderthales todo el rodaje. Pero es igual, porque nuestra heroína lo mismo se cuelga del meñique al fuselaje en pleno vuelo que derriba al enemigo a escupitajos (tampoco es que las pelis de acción habituales sean mucho más realistas, la verdad). Y, en todo esto, el responsable de raccord en la peluquería.

Lástima de viraje de guión de lo que apuntaba a ser algo pasablemente decente y se transforma en una ida de olla, pero en relación entretenimiento/presupuesto, supongo que las he visto peores. Curioso el metraje de aviadoras reales de la época durante los títulos de crédito del final.

No puedo negar que me ha gustado. Tiene una animación muy bonita, fluida, casi pictórica, que encaja bien de principio a fin. Lamentablemente, la historia es más sencilla que el mecanismo de un chupete. Entiendo que es un corto y que da para lo que da, pero no puedo evitar recordar los episodios, aún más cortos, de Genndy Tartakovsky y como daban de si a nivel de guión y pensar que, muchas veces, en las series de cortos predomina la estética sobre la historia. Si hubiera tenido algo más de sustancia, sería un 7 alto o un 8. Incluso con lo sencillota que es, aún así es agradable de ver.

Bond, tras su retiro, es contactado por su amiguete Felix que tiene un problemilla que, previsiblemente, va a ser un problemón (habida cuenta de la tradicional mala suerte de Felix en las pelis de Bond). Ana de Armas se da un garbeo gratuito por la película y, a continuación, se entra en el meollo de la misma, con el clásico enemigo malísimo con un plan terriblemente complejo del que Bond se tiene que encargar básicamente en solitario. Bueno, casi en solitario, porque también sacan a Lashana Lynch como la nueva 007 en lo que puede venir a ser el papel más desaprovechado de la película (está ahí, ahí con Malek). En conjunto, al igual que Skyfall, no me ha gustado mucho, y eso que Craig si que me gusta de Bond. Igual esto significa que me tira poco el género Bond-Craig sentimental y despechado y carreras de coches por carreteras genéricas y bastante más el Bond-Craig corriendo por tejados de sitios exóticos y ganando peleas imposibles en situaciones absurdas. O qué se yo. En fin, en resumen, igual que Skyfall, me ha aburrido bastante en algunas partes. Definitivamente en mi top Craig sigue reinando Casino Royal.