Aparte de que la productora sea HBO suele ser garantía de calidad, esta serie me he hecho pasar buenos ratos. Tan oscura como blancos sus exteriores está perfectamente interpretada por las dos protagonistas, que le confieren credibilidad y dureza. Jodie Foster y Kali Reis además están perfectamente acompañadas por un grupo de secundarios que configuran ese terrible escenario que tiene que ser una semana sin ver luz diurna, con unas temperaturas tan salvajes que te obligan a estar permanentemente bajo techo.
Perfectamente ambientada y con presencia de elementos mágicos, cuenta una historia no demasiado extraña de avaricia y locura, mezclada con una contaminación ambiental brutal para beneficio de los de siempre. Recomendable.

Esta buena película me ha puesto bastante difícil hacerle una crítica. Me ha parecido una mezcla de varias, una comedia de situación, un thriller, una historia de amor. Hay un jardín primorosamente cuidado, que tiembla cuando llega la sobrina de la dueña y se descontrola con el resto de los muchos elementos del guion.
Es dinámica, violenta, a veces tierna, pero siempre interesante, que te atrapa y te amarra en la butaca hasta que termina. Son personajes bien elaborados, con actores sólidos y con cambios permanentes en la trama, que la hacen amena y digna de recomendar.

Tres horas de película, con diálogos sin fin y sobre un tema espeso, es todo un reto para un director de cine. Personalmente me ha parecido inteligente, con personajes potentes y perfilados y con el ritmo exacto para contar todo lo que desea el señor Nolan: que nos atrape a los espectadores, que nos mantenga sin mirar el reloj.
Quiere explicar el contexto histórico de aquella barbaridad y las consecuencias posteriores, mucho más allá de las víctimas de aquel momento. Las que todavía hoy vemos en los informativos y que solo ahora parece que evolucionan en otra línea novedosa.
Salgo con la sensación de haber visto una película sincera, dura y demoledora con determinados personajes. Un ejercicio de gran cine que analiza un momento histórico personalizado en Oppenheimer, su obra, su caída y su posterior recuperación, probablemente solo para acallar las malas conciencias.

La película tiene un inicio dubitativo, incluso algo confuso. Luego remonta en la dirección del habitual del buen cine negro belga (al menos en las series que he disfrutado), siempre de la mano de la pareja de actores protagonistas. Aunque termine con un final tan bonito como poco creíble. Antonio de la Torre está muy bien en su papel, como suele ser habitual, aunque hay veces que no sé si se lo acaba de creer. Su personaje es un hombre serio aunque con dobleces, que tan habitual es en su cinematografía. Marine Vacth, para mí una desconocida, hace un buen trabajo en un duelo interpretativo en el que no sale perdedora en ningún caso.
La labor del director puede ser complicada por un guion enrevesado, pero no sé si está a la altura del mismo desde el momento que cuesta coger el hilo de la historia.
Para pasar un rato ameno, pero sin esperar ninguna obra maestra.

Me gusta el cine español. Frente a la previsibilidad de la mayoría de producciones que nos llegan de EE. UU., aquí se intenta hacer cine, crear, profundizar en los sentimientos. Claro que hacemos basuras, estaría bueno, pero creo que he visto una película sincera, perfectamente interpretada y que me ha mostrado situaciones cotidianas, que he podido vivir o no, pero que por cómo están contadas te atrapan desde el primer momento.
Los cuatro actores principales están impecables. Laia Costa lleva el peso del relato y me sigue pareciendo un encanto de actriz: no sé definirla mejor. Los otros están a su alto nivel habitual y conforman un escenario perfectamente sincronizado.
Al ser la ópera prima de la directora no sé dónde será capaz de llegar. El film transmite ternura, sensibilidad, amor, pero sin concesiones a la galería, justo lo necesario en cada momento.
Es probablemente la película más redonda, más completa que he visto este año. Zorionak!