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Críticas de jastarloa
Críticas 1.044
Críticas ordenadas por utilidad
7
10 de septiembre de 2006
104 de 123 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuánto me jode escuchar al que no tiene ni puta idea hablar de lo que es o no la guerra, de lo que es o no la milicia. Evidentemente, el que no se crea lo que aquí nos muestran no tiene amigos íntimos en infantería ni en marina. Yo sí los tengo, y hablo muchísimo con ellos sobre el tema. Os aseguro que me han contado cosas que a esos usuarios y a esos críticos –como el zoquete de Kyle Smith, del New York Post, que asegura, porque se le ha metido en los cojones, que lo de jugar al fútbol con las máscaras es falso– les parecerían "poco verosímiles". Por poner dos ejemplos, a uno de mis colegas le daban piedras en vez de munición para defender su barco; y el otro se pilló tal ciego que se presentó a formar en gallumbos y soltando babas por todos los orificios de su cuerpo.

Pero vamos con la película. Para empezar, es de justicia aclarar que es tan intimista como antibélica. Se centra en una división particular de una guerra particular con un punto de vista particular y, desde luego, realista. Nos explica, con pelos y señales, cómo matan el tiempo esos soldados que no entran en combate durante un conflicto, y, por extensión, los efectos que tiene la forma de vida marcial en los jóvenes. En mayor o menor medida, todos terminan tocados del ala; porque, si no estaban ya medio locos al alistarse, terminarán estándolo al convivir con capullos cabezas huecas. Si alguien propone ir de putas, se va; si alguien propone joder al nuevo, se le jode; es adaptarse o ser víctima de abusos continuos.
Por otro lado, la vida del militar está reñida con el amor. Amor y distanciamiento permanente son conceptos opuestos, así que las rupturas y desengaños se producen en poco tiempo.

Además, las interpretaciones son magníficas –sobre todo la de Jamie Foxx–, y la fotografía, y unos efectos especiales tan buenos que parece que hubieran estado rodándola en directo en plena guerra del Golfo.

Como decía un crítico, se trata de una sucesión de detalles, no de un argumento. Aunque él lo veía como un defecto, yo lo veo como una virtud. Otro crítico decía que al final todo es irrelevante. Es una opinión, pero yo creo que si los jóvenes vieran esta película, se lo pensarían más de tres veces antes de firmar el contrato –me refiero a los que tengan un mínimo de cerebro, claro–.
jastarloa
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9
8 de mayo de 2006
94 de 103 usuarios han encontrado esta crítica útil
Auténtica "tragedia grotesca'', como el propio Azcona la definió ayer. Es un lujo poder contar en nuestro cine con una película que, siendo un profundo drama (el fragmento censurado del final lo demuestra), consigue arrancar numerosas carcajadas gracias a unas situaciones que describen a la perfección algunos rasgos de la sociedad franquista que han perdurado hasta nuestros días. No hay chistes verbales, no hay exageraciones; los personajes y los diálogos los he vivido yo en mi propia casa cuando nos trajimos del pueblo a un abuelo ya senil en plena década de los noventa. Esa cotidianeidad, esa identificación absoluta, fue lo que me hizo reír.
La historia sobre el infantilismo de la vejez, que es la protagonista, se cruza con otras secundarias sobre la marginación (tanto por parte de los amigos como en el seno familiar), la picaresca (¡no se pierdan al protésico oportunista!), el egoísmo (tremenda decisión la de vender las alhajas de su difunta mujer, cuando anteriormente no se las había entregado a su nieta por no estar casada), etc.

Imposible destacar partes aisladas: me encantaron todos y cada uno de los detalles.
jastarloa
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9
3 de abril de 2007
101 de 118 usuarios han encontrado esta crítica útil
'El coleccionista' es, para mí, uno de los mejores y más intensos dramas psicológicos que se han hecho. Tiene un punto de partida muy perturbador y un desarrollo pausado que acrecienta la tensión progresivamente. Vamos, que me veo yo como el loco si me toca un porrón de millones. No soy entomólogo, así que en mi caso la película se titularía 'El futbolista', 'El cinéfilo' o, simplemente, 'El salido'.

Mi comparación con Psicosis:
• El perturbado de Stamp tiene poco que envidiar al de Perkins. Yo empaticé más con éste, sin que por ello llegara nunca a justificar sus decisiones. Le vi tan locamente encoñado y tan inadaptado que llegué a compadecerle en algunos momentos. Eso sí, el de Perkins me parece, como mínimo, igual de cojonudo.
• Entre Samantha Eggar y Janet Leigh, me quedo con la primera, que elabora aquí un trabajo delicadísimo para encarnar a una pobre muchacha que ansía la libertad e intenta conseguirla con la manipulación sutil de la mente enferma e inestable que la retiene.
• Este guión casi roza la perfección. Exprime mejor los perfiles psicológicos de sus personajes, sobre todo el de la parte femenina. También aprovecha más la tensión sexual, pues Freddie no tiene una madre imaginaria que contenga sus impulsos, sólo su propia (y peculiar) moralidad. Sólo "falla" (ojalá todos los fallos en la vida fueran así) la teatralidad de un par de diálogos.
• La dirección de Hitchcock tiene muchísimo empaque. Sus hallazgos visuales y narrativos en "Psicosis" difícilmente encontrarán rival. Wyler se centró más en los actores, y no le salió nada mal.
• La música. Aquí no tengo la menor duda: la de Herrmann es mucho, pero muchísimo mejor. En la de Jarre hay pasajes buenos, pero también unos un poco sesenteros, y otros un tanto alejados del espíritu dramático de la producción —algunas escenas llegan a parecer más adecuadas para la serie B a lo Frankenstein o Drácula, como en un par de ocasiones en las que vemos a Freddie bajar por las escaleras entre penumbras. (Re)visítenla y verán cómo no miento.

Curiosidades:
• Se cuenta que John Trevelyan, secretario jefe de la Oficina de Censura Británica, se durmió durante la proyección y, gracias a ello, no vio el final y aprobó íntegramente la cinta. Los propios responsables de la película bromeaban con el asunto y decían que, de haberse despertado antes, o la película habría sufrido cambios, o les habrían arrestado. En cualquier caso, lo cierto es que con Trevelyan, que se confesaba admirador de Bergman y Buñuel, la censura británica se encauzó por caminos menos conservadores.


PD: 'Psicosis', 'El coleccionista' y 'Misery', menuda tripleta tengo en mi estantería. Me doy envidia a mí mismo. Pero si tenéis alguna sugerencia o recomendación, soy todo oídos.
jastarloa
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7
20 de febrero de 2007
98 de 112 usuarios han encontrado esta crítica útil
Les hago una recomendación: no dejen de leer por ustedes mismos "El cine según Hitchcock", de Trufaut, si es que todavía no lo han hecho. Escucharán de boca del propio británico (transcritas) un puñado de interesantes curiosidades.
"El proceso Paradine" no estaba precisamente entre sus favoritas. En el libro, él y un Truffaut un pelín pelota (en entrevistas tan largas hay que serlo en algunos momentos) se ceban con los actores. No es ningún secreto que a Hitchcock le costaba contenerse ante el control casi absoluto que ejercía O'Selznick en sus producciones. En esta ocasión, el director no estaba de acuerdo con la elección de los actores. El propio Truffaut llega a definir el trabajo de Gregory Peck como "hueco y carente de mirada".
De ahí vienen muchos de los rumores y engaños (del propio Hitchcock en las entrevistas) desfavorables por los que muchos se dejan empapar antes de ver la película. Me parece un error porque, si los acepta uno, ya le resultará casi imposible verla sin prejuicios.
Por enésima vez, no estoy de acuerdo con ellos. A mí me gustó la intensidad de las interpretaciones. Hombre, también yo hubiera preferido, al igual que Alfred, a Lawrence Olivier (nos ha jodío), pero eso no quiere decir que todo actor que no sea su preferido sea un inútil. A Peck le van los papeles de abogado. También a Laughton los de juez/abogado/político. Además, en la entrevista el mismo director se pone en evidencia cuando quejándose de Louis Jourdan, el actor que hace de mozo de cuadras, dice que ese personaje, por sus características, "debería haberle dado al espectador la impresión de oler a estiércol". Bien, eso me demuestra que el injusto "odio" hacia esta película tiene su origen en un profundo resentimiento hacia el productor, pues jamás en una película de Hitchcock habría tenido ese aspecto ningún personaje, ni aun siendo un mendigo; ¿es o no es verdad?
Otra cosa que no le gustó fue la falta de sentido del humor en el guión. Yo, sinceramente, lo veo estupendamente como drama.

Bueno, al menos hace un comentario en el libro, que da al traste con muchos rumores, con el que no me queda más que estar de acuerdo: "Mientras lo rodaba, tenía mucha confianza en la historia". No podía ser de otra forma con un guión clásico en el que se degradan por amor desde el Tato hasta el último batusi. Éste, junto a la magnífica fotografía y algunos recursos técnicos impresionantes –los movimientos de cámara que Alfred proponía eran de lo más innovadores y elegantes, como por ejemplo el travelling circular que sigue a Latour mientras entra/sale de la sala manteniendo a la señora Paradine como eje central–, me parecieron lo mejor de la película.

Me parece muy buena, ni mucho menos la peor del director, pero no está dentro del Olimpo del género ("Testigo de cargo", "Anatomía de un asesinato", "Matar a un ruiseñor"...), se quedó a las puertas. Por lo que veo, parece que soy el único que opina así. No me importa.
jastarloa
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9
17 de agosto de 2007
115 de 147 usuarios han encontrado esta crítica útil
No hace mucho que leí "Archipiélago Gulag", de Solzhenitsyn. No hace falta decir que me pareció uno de los gritos más contundentes en contra del totalitarismo, en contra del abuso de poder y de la violación de los derechos civiles. Ver esta película me hizo rememorar sus descripciones de los diferentes tipos de redadas, de interrogatorios y de víctimas. Llamemos a la organización Stasi, KGB o DINA, da igual, todas ellas emplearon métodos terroristas con la intención de eliminar hasta el más mínimo elemento subversivo. Ya fuera de día o de noche, todo civil temía en silencio la repentina aparición en su calle del vehículo de la secreta, del cual bajaba siempre un grupo de incógnito mal camuflado (todos con el mismo atuendo, con el semblante serio y siguiendo raudos unos movimientos perfectamente estudiados). ¿A quién le tocaría esta vez? Era una lotería, nadie estaba a salvo, ni los seguidores del partido; incluso el que era realmente culpable contaba con una clara ventaja: podría tener un plan de escapatoria o un escondrijo. La Stasi en concreto fue una de las agencias de inteligencia más eficientes y moderadas, pero aun así estaba presente el miedo a ser detenido por pensar diferente, por error o injustamente (por ejemplo por la presión de un mandamás en busca de culpables con los que progresar en su carrera, como se llega a sugerir aquí), e incluso estaba presente la muerte (en forma de suicidio debido al ostracismo).
Tan sólo ese sentimiento de terror ya da para llenar una película, pero ¿por qué quedarse ahí si además se pueden seguir las pautas del buen trhiller? Eso es lo que propone este cineasta. Su argumento mezcla a partes iguales la crítica política, el espionaje y el drama (de pareja, de amistad...), resultando una obra de proporciones estratosféricas, delicada a la vez que cruda, pausada pero cautivante, poética, aunque realista, que no sermonea y, sin embargo, hace reflexionar.

Mención especial merece el actor Ulrich Mühe, un veterano de la televisión alemana que gozaba ya de gran reconocimiento en su país. Su protagonista es el más importante, el que sostiene el peso de todo el desarrollo. Había que hacer creíble su extraña reacción, y desde el guión se ayuda mucho y bien, pero es el actor el que finalmente nos hace llegar a un hombre introvertido, perfeccionista (y por ello temible), tan dedicado a su trabajo que no tiene vida social; es su poderosa presencia, es la intensidad de su mirada, es el tono de su voz...; y, al final, da igual que apenas pueda gesticular por exigencias del personaje porque nos transmite perfectamente todo su mundo interior. ¡Chapó para él!
Tampoco me olvido de los demás actores. A Ulrich Tukur y Sebastian Koch ya los conocía de otros films denuncia/recordatorio, y he de decir que me parecen también muy buenos.


Es el primer largo para cine del director. ¿Es un genio en potencia o se trata de un golpe de inspiración? ¡Por Dios, que sea lo primero!
jastarloa
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